Ana Helena Chacón (embajadora de Costa Rica): «Siempre es una lucha la visibilización de las mujeres. La historia se ha encargado de dejarnos en un segundo plano»

‘Muy Segura’ habla con Ana Helena Chacón, embajadora de Costa Rica en España.

Antes de comenzar la entrevista, al hablarle del objetivo del nacimiento de ‘Muy Segura’ y de su razón de ser, Ana Helena no duda en afirmar que «siempre es una lucha la visibilización de las mujeres. La historia se ha encargado de dejarnos en un segundo plano, por lo que es fundamental tener la posibilidad de que nosotras tengamos un lugar a través de la imagen que construyen los medios«. Un impulso maravilloso para seguir adelante con este objetivo.

¿Cuáles son los hitos más destacables durante su extensa e impecable trayectoria profesional y por qué han tenido un significado especial y un valor importante para usted?

Podemos iniciar hablando de mi vida pública, aunque también hay un parte aguas en mi vida personal, que me hace tomar decisiones. Cuando tenía 24 años tuve a mi primera hija y con 27 años nació mi segunda hija con Síndrome de Down. Eso significó el descubrir un mundo para el cual, en algunos momentos, yo consideraba que no estaba preparada. Aunque para la maternidad de una persona con discapacidad, una nunca está totalmente lista, me disgustó mucho encontrar factores discriminantes en la sociedad en donde mi hija iniciaba su crecimiento. En materia educativa, la educación de aquellos años era segregada y nos daba pocas posibilidades de crecimiento académico para las personas con alguna discapacidad intelectual.

«Aunque para la maternidad de una persona con discapacidad, una nunca está totalmente lista, me disgustó mucho encontrar factores discriminantes en la sociedad en donde mi hija iniciaba su crecimiento».

Entonces decido entrar a la función pública, aunque inicio trabajando como una activista en organizaciones no gubernamentales. Ya me había graduado en la Universidad, en Relaciones Internacionales, y veía mi vida más en el campo de la diplomacia, y no tanto en el campo del activismo puro en materia de derechos humanos.

Pocos años después, asumo la presidencia del Consejo Nacional de las Personas con Discapacidad y ahí comienzan a darse los grandes cambios. Aquí quisiera resaltar que ninguna transformación se hace en solitario; todas ocurren en colectivo, con hombres y mujeres con quienes se comparten los mismos sueños. De esa forma, el país tuvo un cambio importante, que fue empezar a construir una legislación que asegurara la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad, durante los años 90. También que tuviéramos nuevas políticas en materia educativa, que empezáramos a tener una inserción de las persona con discapacidad dentro del ámbito laboral, en la empresa privada y pública, con igualdad de derechos, Seguridad Social, salarios dignos, etc. Estos son mis primeros pasos.

«Ninguna transformación se hace en solitario; todas ocurren en colectivo, con hombres y mujeres con quienes se comparten los mismos sueños».

Ya para el año 1998, inicio a trabajar en la Administración Pública, dirigiendo un programa de descentralización, lucha contra la pobreza y participación ciudadana, donde tengo muchas posibilidades de conocer otras realidades, palpando de primera mano las causas coyunturales de la pobreza, cuál es la necesidad de las personas, sobre todo en la ruralidad, de tener una voz en la decisión de las políticas públicas, y de poder, a través de su parecer, llevar a cabo proyectos de alto impacto para sus comunidades. Desde 1998 hasta 2002, se lograron alrededor de 2.700 obras culminadas, pequeñas o grandes, bajo mi gerencia, pero con un equipo de personas muy enamoradas de trabajar en estos proyectos; y hubo otro tanto parecido de obras que quedaron en camino.

«Desde 1998 hasta 2002, se lograron alrededor de 2.700 obras culminadas, pequeñas o grandes, bajo mi gerencia, pero con un equipo de personas muy enamoradas de trabajar en estos proyectos; y hubo otro tanto parecido de obras que quedaron en camino».

Cuando termina ese período, ingreso al Ministerio de Seguridad Pública como su Viceministra. Por allí pasaron solo dos mujeres antes que yo en jerarquías de este tipo; el Ministerio miraba la seguridad pública como el hecho de ‘atrapar’ al delincuente y de prevenir el delito. Mi deseo era enseñar que también había delito en temas que, quizá, no eran tan visibles, como era la violencia de género, que se consideraba que se daba en el ámbito de las familias y privado, donde la policía, hasta el momento, era llamada para el auxilio, pero no lo miraba como prioritario. No eran asuntos prioritarios el auxilio para las mujeres, el que no existiera trabajo infantil, el tener un abordaje diferente para el adolescente que estaba en conflicto con la ley, el hacer políticas en materia de prevención, represión y resarcimiento de las víctimas de explotación sexual comercial, etc. Creo que esos fueron los aportes que yo pude llevar a la institución, trabajarlos, capacitar a la policía… Me encantó trabajar con hombres y mujeres de la Fuerza Pública, que se entendiera que el delito, en muchas ocasiones, nace de la desigualdad, del hacinamiento, de la violencia, y no es que haya seres humanos que nacen buenos y otros malos; es que van teniendo diferentes circunstancias, compañías, entornos, vulnerabilidades, hambres, etc, que los llevan a cometer muchos de esos delitos y, por supuesto, a terminar en un lugar que no es nada constructivo como lo es la cárcel. Lo que uno quisiera es que la gente no vaya a prisión, que no cometa los delitos; pero si hay un delito o un daño a terceros, tiene que pagar esa culpa en un Estado de Derecho. Por eso mi intención era más prevenir que ‘atrapar’ a todo el mundo y llevarlo a la cárcel.

«Mi deseo era enseñar que también había delito en temas que, quizá, no eran tan visibles, como era la violencia de género, que se consideraba que se daba en el ámbito de las familias y privado, donde la policía, hasta el momento, era llamada para el auxilio, pero no lo miraba como prioritario».

En esta etapa se marcaron varios hitos, como hacer comprender dentro de la policía que la violencia de género es un tema de seguridad ciudadana; comprender por qué hay tanto flagelo hacia la niñez y la adolescencia; etc.

Luego, presento mi renuncia en el Ministerio y me voy a una campaña política muy difícil, la cual culmino ganando un escaño siendo diputada nacional. En ese momento traté de mejorar la legislación del país respecto a lo que yo había aprendido en los años previos para poder tener, ya no solo una ley de violencia doméstica, sino una ley de penalización de la violencia contra las mujeres, que es diferente; la muerte de las mujeres a mano de sus parejas es un agravante en la pena de homicidio porque, además, habían tenido una relación de confianza, de amor, hijos, etc., y eso no podíamos seguir permitiéndolo, ni en Costa Rica ni en ningún país del mundo. En Costa Rica logramos, con la venia de mis compañeros diputados y diputadas, pasar esta ley de penalización de violencia contra las mujeres, construir un Plan Nacional Contra la Violencia de Género, que estuviera institucionalizado. También logramos una ley, que fue fundamental, como lo es entender que el castigo físico y toda forma humillante de castigo para los niños y las niñas no va a hacer que se formen adultos sanos, y que eso es un delito; que aprender bajo la humillación y bajo el golpe, realmente lo que hace es construir adultos que pretendamos resolver nuestros problemas a través del golpe y el insulto.

«En Costa Rica logramos, con la venia de mis compañeros diputados y diputadas, pasar esta ley de penalización de violencia contra las mujeres, construir un Plan Nacional Contra la Violencia de Género, que estuviera institucionalizado».

Quizá lo más importante, y lo que me ha movido, es visualizar que la pobreza es la violación más grande de los Derechos Humanos que se pueda acometer, porque es carecer de todos tus recursos, como lo son la seguridad alimentaria, una vivienda y un trabajo dignos, etc. Por eso me aboqué a presentar una gran reforma social, fundamental, que fue la modificación a la Ley al Fondo de Asignaciones Familiares, que es el Fondo que trabaja para dar recursos a las instituciones que están encaminadas a luchar contra la pobreza y, muy especialmente, a luchar contra la pobreza extrema. Esa Ley ha dado sus frutos en el país en disminución de la pobreza y creación de indicadores. Durante esos años, además y aunque no se ha logrado, propuse junto a otros diputados que Costa Rica fuera un Estado laico. También abogué por que pudiésemos tener una ley que protegiera los derechos de las parejas del mismo sexo. Luché por que se tuviese un marco regulatorio en materia de salud sexual y reproductiva. Esos fueron los hitos y los puntos más álgidos.

«Quizá lo más importante, y lo que me ha movido, es visualizar que la pobreza es la violación más grande de los Derechos Humanos que se pueda acometer, porque es carecer de todos tus recursos, como lo son la seguridad alimentaria, una vivienda y un trabajo dignos».

Creo que la desigualdad de género está, precisamente, en que las mujeres no mantengamos una autonomía de nuestros cuerpos; que las mujeres con menor grado de educación sean más vulnerables a la hora de decidir cuántos hijos van a tener y con quién los van a tener (hay relaciones forzadas, abuso, incesto); y, por supuesto, el distanciamiento entre los nacimientos de sus hijos. Es fundamental la educación y el acceso a la anticoncepción para llegar a ser madres cuando tenemos la capacidad emocional y posibilidades económicas. Tener un hijo cuando se vive con hambre resulta algo tremendo. Eso tampoco se logró, pero se puso sobre la mesa de discusión. El que podamos tener un diálogo civilizado basado en evidencias sobre el aborto terapéutico, que es el único permitido en Costa Rica, yo aspiraría a que fuera un derecho a la vida de las mujeres para que no mueran dando vida en la Ley General de Salud. Nada de eso fue posible. Y sigue siendo un punto fundamental.

Un flagelo que continúan viviendo las mujeres es el embarazo adolescente. Los embarazos tempranos son un factor fundamental de la feminización de la pobreza.

Las mujeres seguimos teniendo pagas desiguales por igual trabajo, cargas laborales en horarios mucho más extensos, debido a que hacemos el trabajo doméstico, no estamos en suficientes puestos de dirección, y el cuido sigue recayendo mayoritariamente en manos femeninas. Por eso abogamos por una corresponsabilidad social en la división sexual del trabajo.

«Las mujeres seguimos teniendo pagas desiguales por igual trabajo, cargas laborales en horarios mucho más extensos, debido a que hacemos el trabajo doméstico, no estamos en suficientes puestos de dirección, y el cuido sigue recayendo mayoritariamente en manos femeninas».

Además, me interesa muchísimo trabajar el tema indígena, es una población a la que le he dedicado en mi vida pública tiempo para que tengan autonomía en sus pueblos, para que se respete su cultura, para que se respete su lengua… Pero siempre y cuando no vaya contra los Derechos Humanos, como es el caso del incesto o la violencia de género. Todas las minorías han tenido un propósito para mí en la política pública.

«Me interesa muchísimo trabajar el tema indígena, es una población a la que le he dedicado en mi vida pública tiempo para que tengan autonomía en sus pueblos, para que se respete su cultura, para que se respete su lengua».

El balance como diputada fueron un total de 81 Proyectos presentados, de los cuales 15 hoy son Ley de la República, mayoritariamente que tienen que ver con temas de Derechos Humanos y de lucha contra la pobreza. Eso me hace ser una de las diputadas en la historia legislativa de mi país que más proyectos tiene a su haber en esta materia.

«El balance como diputada fueron un total de 81 Proyectos presentados, de los cuales 15 hoy son Ley de la República, mayoritariamente que tienen que ver con temas de Derechos Humanos y de lucha contra la pobreza».

Cuando se culmina ese período, trabajo en la empresa privada pero también tengo el honor de ser convocada por Naciones Unidas para formar parte de un equipo que se encargaría de escribir el Informe Mundial sobre VIH y la Ley. Se trataba de señalar todas aquellas leyes discriminatorias que existían en el mundo que fuesen estigmatizantes hacia las personas que vivían con VIH. Sabemos que el VIH Avanzado en sí mismo acarrea mucha discriminación. Este tema ya lo venía trabajando desde hace mucho tiempo; había sido parte de la Coalición de Primeras Damas y Mujeres líderes contra la Feminización del VIH, que también tiene mucho que ver con la desigualdad de género, porque las mujeres con VIH son mayoritariamente monogámicas, en condición de pobreza, amas de casa y han vivido violencia. Fue un trabajo grandioso, el cual disfruté muchísimo y me permitió conocer a personas maravillosas, valientes, población trans que me ha golpeado el alma toda la vida por su dificultad para ser reconocidos y reconocidas como se autoperciben, población LGTBI en general y trabajadoras del sexo.

«Las mujeres con VIH son mayoritariamente monogámicas, en condición de pobreza, amas de casa y han vivido violencia.».

En 2014 tengo el honor de acompañar al presidente como su Vicepresidenta y me encargan el sector social. Tenía el mandato del señor presidente de hacer dos cosas fundamentales para la sociedad costarricense: bajar la pobreza y disminuir la desigualdad. Para eso había que comprender muy bien cuáles eran las causas coyunturales de la pobreza, que no se traduce exclusivamente en tener ingresos insuficientes. Adoptamos nuevas metodologías de trabajo; el Índice de Pobreza Multidimensional; trabajamos en un programa específico para la reducción de la pobreza extrema, con mucho éxito en dos años consecutivos. Fue en 2016 y en 2017 cuando logramos bajar por primera vez después de muchos años la pobreza. En 2017, después de una desigualdad creciente que se venía viviendo, logramos bajar el índice de GINI. Hicimos programas dirigidos a pobreza extrema, a personas que viven en situación de calle, a personas que están en situación de abandono; también trabajamos muy especialmente con mujeres emprendedoras (con emprendimientos productivos) para tratar de llevarles de la informalidad a la formalidad; trabajamos con población indígena, con población negra, entendiendo que las mujeres negras tienen otras necesidades de salud, porque tienen más predisposición a algunas enfermedades que las mujeres blancas no tenemos, y viceversa, para hacer protocolos específicos. Coordinamos arduamente con mujeres privadas de libertad y otras instituciones para tener una red, y que cuando fueran puestas en libertad tuvieran un trabajo, pudieran reinsertarse y no estuvieran estigmatizadas, al igual que trabajamos temas de VIH y migratorios. Abordamos políticas nuevas en discapacidad, pasando de un esquema de educación especial a un sistema de educación inclusivo; el país pasó a tener una disminución en la tasa de desempleo para esta población.

«En 2014 tengo el honor de acompañar al presidente como su Vicepresidenta y me encargan el sector social.».

También nos enfocamos muchísimo en temas de niñez y adolescencia, en prevención, en realizar trabajo con niños y niñas que sus padres estaban privados de libertad… Todo esto está en una Memoria en mi página, que es larga y llena de buenos recuerdos y también de mucho esfuerzo.

Me tocó trasladarme, por instrucciones del señor presidente, a zonas que habían tenido el embate de desastres naturales, irme a vivir al norte después del huracán Otto, para reorganizar lo que había ocurrido allí, fue una experiencia inolvidable, pues todo había quedado todo bajo el barro.

Fui la séptima mujer, en casi 200 años de historia costarricense, en ocupar la vicepresidencia de mi país. Logramos bajar la tasa de embarazo adolescente. Hubo muchos desafíos en esos años para tratar de dejar un país con mayor estabilidad y más paz social.

«Fui la séptima mujer, en casi 200 años de historia costarricense, en ocupar la vicepresidencia de mi país».

¿Cómo definiría ahora mismo la visión global de su país, después de tanto trabajo que ha llevado a cabo?

Encuentro que mi país está viviendo una efervescencia social complicada y dolorosa para mí porque, en medio de estos asuntos que he mencionado, están las libertades individuales, como es el derecho a amar a quien se desea, hay miles y miles de personas que han tenido que amar en la clandestinidad a una persona de su mismo sexo. A mí me parece que el amor es el mejor sentimiento que uno pueda tener en el alma. No conozco a nadie que haya construido una política pública basada en el odio, que haya surgido con éxito como sociedad.

Siempre deseo profundamente que existan mecanismos de diálogo para llegar a acuerdos sobre cualquier tema que nos pueda dividir como sociedad.

«A mí me parece que el amor es el mejor sentimiento que uno pueda tener en el alma. No conozco a nadie que haya construido una política pública basada en el odio, que haya surgido con éxito como sociedad.».

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Con respecto a la Ley de Matrimonio Igualitario, ¿puede contarnos en qué punto se encuentra?

Costa Rica no cuenta, a día de hoy, con una Ley de Matrimonio Igualitario, ni Ley de Sociedades de Convivencia, ni unión civil de personas del mismo sexo. Por lo tanto, siendo yo Vicepresidenta, hice una consulta a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la cual se encarga de llevar a cabo el cumplimiento de la Convención Interamericana de Derechos Humanos. Una Convención suscrita por muchos países de la región. Yo hice una pregunta a la Corte en el año 2016, respecto a si los derechos patrimoniales de las parejas del mismo sexo estaban tutelados bajo la Convención; y que si el cambio de nombre para la población transexual era un derecho que se podía hacer de una forma gratuita sin un dictamen médico, para poder tener una identificación con el nombre y fotografía con la cual se sientan conformes. La Corte, el 9 de enero del año 2018 respondió que sí, no solo que sí que se podía hacer el cambio de nombre, sino que los derechos patrimoniales debían de estar sustentados bajo las leyes nacionales que significa el matrimonio civil .

El primer escollo fue que el Consejo Notarial al día siguiente dijo que no se podía registrar el matrimonio y volvimos a enfrentar una cantidad de trabas. Esto ha sido llevado a la Sala Constitucional, y ésta dijo que si para el mes de mayo de 2020 no había una ley expresa que amparar la resolución, el matrimonio civil entraba a regir de forma inmediata.

¿Cuál es su visión del feminismo?

El feminismo nace para asegurar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, nunca para oprimir a otro grupo poblacional. Las feministas queremos igualdad de oportunidades para las mujeres y también para los hombres. Entonces, no es un tema de poder desigual sobre ningún grupo, sino que lo único que se persigue es visibilizar nuestros derechos. Las feministas luchamos por la igualdad salarial y laboral, es una cuestión de justicia. Queremos que exista una corresponsabilidad social del cuido, que no seamos las mujeres las únicas encargadas, exigimos que tengamos poder de decisión sobre nuestros cuerpos, que nuestra opinión tenga validez, y que estemos en lugares de toma de decisiones para dar una visión de 360º.

«El feminismo nace para asegurar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, nunca para oprimir a otro grupo poblacional».

Se tiende a poner adjetivos al feminismo: radical, feminazi… Pero feminismo es uno, y la mujer que me dice: «yo no soy feminista», yo siempre le discuto: «sí que lo sos, porque querés oportunidades para otras mujeres». Pero, a veces, las mujeres tenemos el miedo al rechazo de los hombres porque, desde que nacemos, estamos condicionadas para complacer. Entonces, llamarnos feministas podría ser que, ante algún público masculino, no tengamos cabida.

«A veces, las mujeres tenemos el miedo al rechazo de los hombres porque, desde que nacemos, estamos condicionadas para complacer».

¿Qué tal se encuentra en España con sus funciones actuales?

Muy bien. Aquí he conocido a nuevos compañeros y compañeras embajadores. España tiene una vida diplomática activísima.

Con las compañeras embajadoras he hablado mucho sobre qué hacer, cuál es la diferencia que marcamos nosotras. Tenemos una gran aliada en la Subsecretaria de Estado, que es una mujer extraordinaria que ha llevado un tema de igualdad de género al Ministerio.

«Soy la primera embajadora en la historia costarricense cuyo único núcleo familiar es una adulta con discapacidad intelectual y yo».

Me encuentro muy bien, es una experiencia maravillosa. Soy la primera embajadora en la historia costarricense cuyo único núcleo familiar es una adulta con discapacidad intelectual y yo. Aquí me organizo logísticamente para cuidarla, para que esté bien. Y las dos lo estamos. Vamos poco a poco acostumbrándonos, es toda una aventura vivir lejos de casa, pero Madrid es una ciudad fabulosa y España un país extraordinario. La gente te hace sentir bien, son muy amables. Soy muy feliz y le agradezco a mi país y  a la vida esta oportunidad.

Una respuesta a “Ana Helena Chacón (embajadora de Costa Rica): «Siempre es una lucha la visibilización de las mujeres. La historia se ha encargado de dejarnos en un segundo plano»”

  1. Una muy buena entrevista a nuestra querida representante Ana Helena Chacón! Tuve la dicha de ser partícipe y beneficiaria de sus programas en el Gobierno de don Luis Guillermo Solís. Agradezco profundamente la brecha de oportunidades que abrió para las generaciones venideras en el tema de la Discapacidad, sus implicaciones y logros.

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