‘Muy Segura’ entrevista a Auxiliadora Fernández, directora de la Fundación EMET Arcoiris.
¿Qué hitos identifica en el transcurso de su andadura profesional?
El gran hito en mi andadura profesional fue saltar del mundo empresarial al mundo social. Al finalizar mis estudios comencé a trabajar en una empresa de exportación y posteriormente a una empresa familiar agrícola. Después de cinco años fuera de España, y retirada del mundo laboral, regresé a Córdoba y a finales del año 1999 comencé a trabajar, como secretaria técnica en lo que entonces era la Asociación Benéfico Social Arco Iris. Como dije anteriormente, ese fue el inicio en mi andadura profesional en el mundo social.
Tengo que decir que esta experiencia no solo cambió mi vida profesional sino también, y sobre todo, mi vida personal. Lo que he recibido en este más de 20 años es mucho más de lo que yo he podido dar.
Otro hito importante fue cuando en el año 2013 se jubila el entonces director general de lo que ya era la Fundación Emet Arco Iris y yo asumo esta dirección general. Un reto que afronté con ilusión y ganas de seguir aprendiendo y dando todo lo que estaba en mis manos.
A fecha de hoy sigo creciendo, junto con todo el equipo de la Fundación, que son las verdaderos protagonistas del trabajo que realizamos en todos y cada uno de los programas.
«A fecha de hoy sigo creciendo, junto con todo el equipo de la Fundación, que son las verdaderos protagonistas del trabajo que realizamos en todos y cada uno de los programas».
¿Por qué nace fundación EMET Arco Iris?
La Fundación nació como Asociación Benéfico social por la inquietud de su actual presidente, y durante todos los años anteriores director general, de atender necesidades que no estuviesen siendo atendidas, en sus inicios las de personas con problemas de adicciones, a principios de los años 80, con el boom de la heroína que tantas muertes y tanto daño causó ¿Cuáles son sus principales líneas de actuación?
Actualmente las principales líneas de actuación son, en centros residenciales, la atención a personas con problemas de adicciones (entre ellas contamos con el único centro que existe en Andalucía para la atención a mujeres con problemas de adicciones y el Programa Nara, pionero en la atención a mujeres con medidas de protección, por ser víctimas de violencia de género, y con adicciones); a menores tutelados con graves problemas de conducta; y el acompañamiento y protección de mujeres subsaharianas, acompañadas por menores y/o embarazadas, que llegan en patera a las costas andaluzas. También tenemos programas de sensibilización y formación.
«Las principales líneas de actuación son, en centros residenciales; la atención a personas con problemas de adicciones; a menores tutelados con graves problemas de conducta; y el acompañamiento y protección de mujeres subsaharianas, acompañadas por menores y/o embarazadas, que llegan en patera a las costas andaluzas».
¿Cuáles son sus responsabilidades fundamentales como directora de la misma?
Entiendo mi responsabilidad como apoyo al resto de las 108 personas que trabajamos en la Fundación. Claramente una de las formas es, además de la responsabilidad de la administración de una entidad que ya ha dejado de ser pequeñita, la representación de la misma ante las administraciones, en las redes que trabajan en las mismas líneas que nosotros y con las que compartimos objetivos y formas de trabajo, y, como no puede ser de otra manera, la búsqueda de financiación así como el visibilizar y sensibilizar tanto el trabajo que hacemos como la situación de las personas por las que trabajamos.
«Entiendo mi responsabilidad como apoyo al resto de las 108 personas que trabajamos en la Fundación».
¿Cómo ha sido la trayectoria de la Fundación desde hace más de dos décadas?
La Fundación ha ido dando respuesta a aquellas necesidades que se nos han ido planteando, por parte de administraciones y personas cercanas. Nacimos con una Comunidad Terapéutica, solo para hombres, en el año 83, y contando con la buena voluntad y el buen hacer de personas voluntarias que se fueron formando para poder dar una respuesta eficaz y humana a los primeros drogodependientes.
En la actualidad, la Fundación cuenta con siete centros residenciales, un centro de tratamiento ambulatorio, un programa de atención a maltratadores, programas de sensibilización, programas de apoyo a centros educativos y a padres y una oferta formativa online que empezamos hace pocos años.
«La Fundación ha ido dando respuesta a aquellas necesidades que se nos han ido planteando, por parte de administraciones y personas cercanas».
¿Qué próximos retos emprenderá durante este año?
Para nosotros cada año es un reto el hecho de buscar la mejora continua en todos aquellos programas que he explicado anteriormente. Esto se materializa en seguir afianzando aquellos que tienen más años de trayectoria, adaptándonos a los perfiles que van presentando las personas por las que trabajamos.
Otro de los retos es crecer en la oferta de formación, ya que nos sentimos con la obligación de compartir toda la experiencia acumulada en tantos años de trabajo. Como último reto destacaría el seguir avanzando en el último proyecto que iniciamos en marzo del 2018 y que es una iniciativa piloto para acompañar a mujeres acompañadas de menores y/o embarazadas, que llegan en patera a las costas andaluzas.
Para esto hemos creado una red, que llega a ser transnacional, para dar una respuesta efectiva en la protección de estos menores y, por supuesto, a las mujeres con las que vienen. Es todo un reto liderar esta red, compuesta por otras 13 entidades más, e ir adaptándonos a las necesidades que nos vamos encontrando en la medida que vamos conociendo mejor las realidades tan duras y complicados que estas familias traen a sus espaldas, e intentar responder a estas necesidades buscando entornos seguros y protectores.
«Otro de nuestros retos es crecer en la oferta de formación, ya que nos sentimos con la obligación de compartir toda la experiencia acumulada en tantos años de trabajo».
