David Morello (poeta): «La mujer que abrazaba a los árboles» es un libro que derrama lirismo, emoción y ritmo»

‘Muy Segura’ entrevista a David Morello, poeta, escritor y periodista. Acaba de presentar su último libro, “La mujer que abrazaba a los árboles”. En el siguiente enlace puedes leer un poema de esta obra: Soy una mujer.

Poeta, escritor y periodista: ¿puede hablarnos de los hitos más destacados de su trayectoria personal?

Para mi, los hitos son las últimas cotas que se coronan. El camino va dando, a cada paso, lo mejor de cada uno. Como poeta, «La mujer que abrazaba a los árboles», que es mi último libro publicado después de unos años de silencio; como escritor, la novela en la que vengo trabajando en este último año y que está próxima a alcanzar su medida, y como periodista, la investigación que vengo realizando en los últimos tiempos y que se está materializando en una película documental, Negro Limbo, que está en fase de producción y rodaje, y que llegará a los cines en un año, aproximadamente, que tiene como trasfondo ciertos hechos que no se habían dado a conocer hasta ahora, que ocurrieron en Guinea Ecuatorial, cuando aún era colonia española, a finales de los años 50.

«Para mi, los hitos son las últimas cotas que se coronan. El camino va dando, a cada paso, lo mejor de cada uno».

También es cantante de flamenco. ¿Qué puede contarnos de esta faceta suya?

Es una faceta que a mi mismo me sorprendió. Yo no había cantado nunca flamenco. Siempre había escuchado copla en mi casa, pero me crucé con una manera de ser y vivir que me arrebató, y aún lo hace, y me lancé al estudio y aprendizaje de un complejo arte. Me propuse actualizar letras del flamenco con poesía contemporánea de algunos de los autores y autoras más importantes vivos de nuestra literatura, y realicé una labor de selección y adaptación de poemas a diferentes palos flamencos, respetando las estructuras tradicionales de los diferentes palos, en la mayoría de los casos, pero también creando diferentes canciones con base de bulerías o rumbas. He disfrutado muchísimo en este periodo y he pisado las tablas de numerosos escenarios en los que jamás hubiera pensado que actuaría. En realidad, nunca pensé que actuaría dando conciertos de flamenco.

«Me propuse actualizar letras del flamenco con poesía contemporánea de algunos de los autores y autoras más importantes vivos de nuestra literatura».

¿Qué significado tiene la poesía para usted?

La poesía es una manera de vivir y estar ante la vida, aunque resulta complicado llevarla a cabo hasta el extremo, que sería lo ideal, en una vida tan compleja y desenfrenada como es la que vivimos en una ciudad europea, cosmopolita y con un ritmo desenfrenado como tiene Madrid. La poesía es silencio, pausa, reflexión, y ver la realidad desde un prisma distinto al de la realidad, porque conjuga un lenguaje salpicado de estructuras y realidades que no se ajustan a las pautas marcadas. La poesía es el margen que contempla el devenir de los hechos, y para mi es un territorio de emoción. No concibo la poesía sin emoción, que habita nada más que en la forma o la mera belleza o fealdad.

«La poesía es silencio, pausa, reflexión, y ver la realidad desde un prisma distinto al de la realidad, porque conjuga un lenguaje salpicado de estructuras y realidades que no se ajustan a las pautas marcadas».

Acaba de presentar su último libro, “La mujer que abrazaba los árboles”. ¿Cómo describiría su nueva obra y cuál ha sido su objetivo al escribirla?

«La mujer que abrazaba a los árboles» es un libro que derrama lirismo, emoción y ritmo. Encarna los márgenes a los que nos condena la despiadada tarea de ir caminando a una muerte segura. La figura del desamparo, la proyección del miedo a la muerte, a la desaparición o al olvido encuentra aquí una respiración profunda, quizá la última, y un momento para la reflexión antes de que caiga el telón de la luz final. Es un libro de amor en el que reina la emoción y la búsqueda de amparo. Vivimos un tiempo poco propicio para ello. Este libro apuesta por la caricia ante la intemperie, por el abrazo ante el miedo y el dolor. El árbol es mujer, es naturaleza, es madre y padre, y es consuelo. He pasado seis años escribiendo este libro, gozando y sufriendo entre las ramas de sus versos. Sitúa a una mujer, que es un caleidoscopio de mujeres, ante un instante final, en diálogo con una voz poética. 

«Este libro apuesta por la caricia ante la intemperie, por el abrazo ante el miedo y el dolor. El árbol es mujer, es naturaleza, es madre y padre, y es consuelo».

¿Qué emociones predominantes ‘mueven’ a esa mujer protagonista de sus poesías?

La emoción predominante es, sin lugar a dudas, el amor. El amor como razón del mundo y motor de la vida. El amor es cariño y se transforma también en dolor, en miedo, en desamparo y ausencia. Es tan necesario que, sin él, nada sale bien a la hora de cocinar, por poner un ejemplo nimio, pero necesario y común a todas las personas.

«La emoción predominante es, sin lugar a dudas, el amor. El amor como razón del mundo y motor de la vida».

¿Cree que la poesía es el mejor género para dar vida al universo de sentimientos al que nos traslada dentro de su libro? ¿Por qué?

Cuanto no se verbaliza queda al arbitrio del silencio. La poesía tiene esa capacidad para articular aquello no dicho, para desnudar el alma, las pasiones, el amor, el dolor, el miedo…Creo que el lenguaje poético posee los ingredientes precisos para convertir la madeja de la emoción en palabra. Es cierto que no es patrimonio exclusivo suyo; también las canciones, que son otra manera de poesía, o la narrativa pueden articular ese universo de las emociones, pero los poemas están a merced de un cielo de intimidad difícilmente comparable.

«La poesía tiene esa capacidad para articular aquello no dicho, para desnudar el alma, las pasiones, el amor, el dolor, el miedo…».

¿Está su nueva obra dirigida a un público femenino? ¿Por qué?

No considero que una obra esté concebida para un público de un sexo u otro. En este caso, «La mujer que abrazaba a los árboles» es un libro apto para todo tipo de lectores, si bien es cierto que, en él, cualquier mujer puede encontrar reflejada una vivencia propia o conocida, pasada o por venir, que le hará sentir una especial afinidad con la mujer protagonista en la primera parte del libro. Leemos para vernos reflejados en lo que leemos, y para ver lo que no somos o nos gustaría ser.

«Cualquier mujer puede encontrar reflejada una vivencia propia o conocida, pasada o por venir, que le hará sentir una especial afinidad con la mujer protagonista en la primera parte del libro».

¿Qué nuevos proyectos tiene en mente en el medio plazo?

Sigo pivotando en esos tres ejes: la poesía, la narrativa y el periodismo. En poesía, tengo un libro bastante avanzado de poemas de amor, en el que se respira luz, intensidad y emoción; en narrativa, ya comentaba antes algo sobre una novela, mi primera novela, que estoy ultimando, y en la que se rompen múltiples fronteras entre géneros, ya que mezcla la novela histórica, el relato periodístico y la novela negra, salpicada también de mucha poesía; y en periodismo, la película documental Negro Limbo, en la que estoy realizando la investigación, pero también el guión y la interpretación, que está siendo una experiencia apasionante.

«Sigo pivotando en esos tres ejes: la poesía, la narrativa y el periodismo».

¿Desea trasladar un mensaje a la mujer, que constituye una parte muy destacada de la audiencia de Muy Segura?

Tan sólo desear que siga dando los pasos que está dando para transformar la realidad y la vida en algo mejor. Es el momento de la mujer. Ya ha sido mucho, demasiado, el tiempo en el que su figura ha estado relegada del lugar que le correspondía por derecho propio.

«Es el momento de la mujer».

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