Aumentan en Euskadi las consultas al dentista por pérdidas óseas severas en el maxilar superior

Redacción ‘MS’- Hoy, 9 de febrero, se celebra la festividad de santa Apolonia, considerada por la Iglesia católica como patrona de la Odontología. En el marco de esta fecha, que marca en el calendario la importancia de una correcta salud bucodental para toda la población y en todas las edades, el Dr. Javier Palacios, odontólogo y responsable asistencial de las clínicas dentales IMQ, pone de manifiesto una realidad cada vez más habitual en las clínicas dentales de Euskadi: «en la actualidad podemos ver en nuestras consultas, repartidas por Bizkaia, Gipuzkoa y Araba/Álava, un aumento del número de casos de pérdidas óseas severas en el maxilar superior».

Según explica, entre las causas más frecuentes de este problema se encuentran «los fracasos de implantes convencionales, que pueden darse por distintos motivos; la presencia de osteoporosis en el paciente, que provoca la pérdida de masa ósea en el maxilar superior; y los casos que son provocados por necrosis óseas causadas por determinados medicamentos. Éstos tres motivos son los más frecuentes, aunque existen otras diversas causas que dificultan o imposibilitan la rehabilitación con implantes convencionales en el maxilar superior».

Para solventar este problema, «cada vez es más habitual en estas ocasiones la indicación de implantes cigomáticos». Los implantes cigomáticos reciben este nombre porque se anclan en el hueso cigomático (el hueso del pómulo) en los pacientes que han perdido parcial o totalmente la masa ósea del maxilar superior.

«El hueso cigomático no se debilita ni desaparece con el tiempo, ya que su origen embriológico lo convierte en un hueso duro y estable. Estas características posibilitan la colocación de implantes que permiten la rehabilitación de la dentadura superior con una prótesis fija, en los casos en los que no es posible o no es prudente la colocación de los implantes convencionales en el maxilar superior», detalla el responsable asistencial de las Clínicas IMQ.

Evidencia científica sólida

Las publicaciones y la evidencia científica avalan «la fiabilidad, la seguridad y el éxito a largo plazo de los tratamientos con implantes cigomáticos y los convierten en la opción ideal de tratamiento en pacientes sin hueso que están condenados a llevar una prótesis removible que en algunos casos no se puede ajustar bien. Esto causa numerosos problemas de diversa índole y en la mayor parte de las ocasiones, supone una merma muy reseñable de la calidad de vida del paciente».

Ventajas

Las características de los implantes cigomáticos posibilitan que las personas recuperen de forma inmediata la capacidad para masticar y su estética dental. Además, al contar con una prótesis fija, el paciente no se ve afectado por pérdidas de dientes ni problemas periodontales, «por lo que el nivel de satisfacción con esta opción es muy elevado».

Planificación detallada

Los casos se diagnostican y planifican «de un modo muy individualizado según la anatomía de cada paciente, utilizando la última tecnología de planificación por software», pone de relieve el Dr. Palacios. «El proceso completo, que incluye tanto la cirugía como la colocación de la prótesis, se lleva a cabo en un período de veinticuatro horas, tras el que el paciente cuenta ya con una prótesis fija provisional sobre los implantes. Al cabo de unas pocas semanas, esta prótesis fija provisional es sustituida por una de carácter definitivo».

Para la realización de estos implantes, los expertos cuentan con distintos tipos de abordajes. Según sean las características de los pacientes (anatómicas, etarias, historial previo, etcétera), se elige el más adecuado.

Las intervenciones de implantes cigomáticos se realizan de manera habitual «en el ámbito hospitalario, con la asistencia y supervisión del anestesista. Este tipo de tratamientos se desarrollan con la participación y coordinación entre el equipo de cirugía maxilofacial, el dentista y el laboratorio de prótesis dental. Es una labor multidisciplinar que requiere de una planificación y ejecución conjunta, perfectamente coordinada y que da muy buenos resultados», concluye el odontólogo de IMQ.