Dra. Elena Soria, médico nutricionista de Clínica Menorca

Cuando el sudor no da tregua: la hiperhidrosis, una afección invisible con solución

Dra. Elena Soria, médico nutricionista de Clínica Menorca

La sudoración excesiva sin causa aparente genera incomodidad social y malestar emocional.  Conocer esta alteración del sistema nervioso simpático es clave para tratarla de forma segura y eficaz.

¿Qué es la sudoración?

La sudoración es un mecanismo natural del cuerpo cuya función principal es regular la temperatura corporal. Se activa a través del sistema nervioso simpático, que estimula las glándulas sudoríparas para liberar sudor cuando el organismo necesita enfriarse.

Es común sudar ante el calor, el ejercicio físico o como respuesta a emociones intensas como el miedo, la vergüenza, la ira o los nervios.

¿Qué es la hiperhidrosis?

La hiperhidrosis es una condición médica caracterizada por una sudoración excesiva e incontrolable, que se produce sin necesidad de estímulos externos como calor o actividad física.
A menudo se manifiesta incluso en reposo o en ambientes fríos, y puede afectar la calidad de vida del paciente tanto a nivel físico como emocional o social.

¿Por qué ocurre?

La hiperhidrosis responde a un mal funcionamiento del sistema nervioso simpático, que estimula en exceso las glándulas sudoríparas. Aunque no se conoce con exactitud la causa en muchos casos, se sabe que puede haber un componente genético o hereditario.

Existen dos tipos principales:

Hiperhidrosis primaria:

  • No está asociada a ninguna enfermedad subyacente.
  • Las señales nerviosas que activan la sudoración están alteradas y provocan una sobreestimulación de las glándulas ecrinas.
  • Afecta principalmente a zonas localizadas: palmas de las manos, plantas de los pies, axilas y rostro.
  • Suele comenzar en la infancia o adolescencia.

Hiperhidrosis secundaria:

  • Se debe a una causa médica identificable, como enfermedades metabólicas (diabetes), trastornos hormonales, infecciones o el uso de determinados fármacos (analgésicos, antidepresivos, tratamientos hormonales, etc.).
  • Puede producir sudoración generalizada en todo el cuerpo.
  • Aparece de forma más repentina y a menudo en adultos.

Impacto en la vida diaria

La hiperhidrosis puede generar una fuerte afectación emocional: inseguridad, ansiedad social, dificultad en las relaciones interpersonales e incluso aislamiento. Aunque su origen es totalmente orgánico, sus consecuencias psicológicas son frecuentes y merecen atención.

¿Cómo se trata?

Existen varias opciones terapéuticas, según la gravedad y el tipo de hiperhidrosis:

Toxina botulínica tipo A (tratamiento de elección en muchos casos):

  • Se inyecta en dosis muy pequeñas en la zona afectada.
  • Bloquea temporalmente los nervios que activan la sudoración.
  • Es un procedimiento seguro, eficaz e indoloro.
  • El efecto comienza a los 3-4 días y puede durar entre 7 y 12 meses, aunque en algunos pacientes se mantiene hasta 18 meses.

Cirugía (simpatectomía o extirpación de glándulas sudoríparas):

  • Indicada solo en casos graves o resistentes a otros tratamientos.
  • Puede provocar como efecto secundario la hiperhidrosis compensatoria (sudoración excesiva en otras partes del cuerpo).
  • Requiere evaluación especializada debido a los riesgos quirúrgicos.

“La hiperhidrosis es una patología médica real, con impacto físico y emocional, que puede tratarse eficazmente. Es importante acudir al especialista para obtener un diagnóstico adecuado y valorar el tratamiento más apropiado según cada caso».

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