Marco Angheben, Project Coordinator en ENGAGE for ESG
Según datos de 2023 del European Building Stock Observatory, en España más del 20 % de la población no puede mantener sus hogares suficientemente calientes durante los meses fríos y casi un 10 % acumula impagos en servicios básicos. Estas cifras muestran una realidad social urgente que el sector financiero no puede ignorar si quiere cumplir con su función transformadora y responsable.
Hoy, las finanzas no solo hablan de números, sino también de impacto ambiental y justicia social. Las dinámicas ESG —ambientales, sociales y de gobernanza— están vistiendo al sector financiero con nuevas prioridades. En España, esta transformación es una respuesta necesaria para financiar no solo la descarbonización, sino también para combatir la pobreza energética y mejorar las condiciones de vida de miles de familias.
La disponibilidad y calidad de los datos ESG es fundamental en esta transición. La iniciativa europea ENGAGE for ESG, cofinanciada por la Unión Europea, ha desarrollado plantillas específicas para el reporte transparente y homogéneo de datos en préstamos hipotecarios y proyectos de renovación. Esta herramienta ayuda a entidades como Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI) a evaluar con rigor sus carteras. UCI ha utilizado estas plantillas para analizar alrededor de 72.500 préstamos, mejorando la calidad de su información y señalando retos como la necesidad de datos públicos sobre exposición a riesgos naturales o certificación energética para mejorar la clasificación y gestión del riesgo.
Por otro lado, Nationale Nederlanden (NN Bank) ha puesto de manifiesto cómo un manejo exhaustivo y casi completo de los datos permite cumplir con los estándares de la Taxonomía Europea. Gestionan información detallada sobre más de 40.000 préstamos hipotecarios, con una disponibilidad superior al 99 % en aspectos clave como el año de construcción, certificados oficiales de eficiencia energética y clasificación energética, datos imprescindibles para evaluar la sostenibilidad real de sus activos y evitar riesgos financieros futuros.
Las finanzas verdes no pueden funcionar sin transparencia ni justicia social. Financiar la mejora energética del parque inmobiliario no solo reduce emisiones, sino que también genera bienestar y reduce la exclusión social, un doble impacto que la banca responsable debe promover activamente.
«Hoy, las finanzas no solo hablan de números, sino también de impacto ambiental y justicia social».
La gobernanza, por su parte, asegura que esta transformación no quede en buenas intenciones. El Banco Central Europeo insiste en la necesidad de contar con datos fiables y comparables para supervisar riesgos relacionados con el clima y asegurar que el sistema financiero canalice adecuadamente los recursos hacia la sostenibilidad. La calidad de la información es clave para generar confianza en los mercados y prevenir el “greenwashing” que puede desacreditar toda la agenda ESG.
Cuando las finanzas se visten de verde y justicia, no solo cumplen con la regulación o con demandas del mercado. Se convierten en agentes de cambio capaces de impulsar un modelo económico que cuida el planeta y mejora la vida de las personas. La cuestión ahora es cómo facilitar este proceso y superar los obstáculos que aún persisten.
El futuro del sector financiero europeo dependerá en gran medida de su capacidad para integrar estos valores de manera auténtica y eficaz. Las cifras y experiencias de UCI y NN Bank revelan que la transformación es posible. El reto está en extender estas prácticas a todo el sector, con mayor transparencia, datos precisos y un compromiso real con el medio ambiente y la justicia social.