Leandro Ríos, Director de Operaciones y Co-Fundador de FraudKeeper, herramienta tecnológica de prevención y detección de fraudes en seguros que forma parte del ecosistema de soluciones de Charles Taylor
La digitalización del negocio asegurador abrió una nueva era de eficiencia en la cual conviven un onboarding inmediato, suscripciones más inteligentes y el procesamiento de siniestros en tiempo récord.
Pero esta mayor velocidad y agilidad en el negocio no vino sola. “La nueva manera en la cual se concretan los negocios abrió nuevas puertas al fraude, puertas invisibles, a veces inadvertidas, pero absolutamente activas”, sostiene Leandro Ríos, Director de Operaciones y Co-Fundador de FraudKeeper, herramienta tecnológica de prevención y detección de fraudes en seguros que forma parte del ecosistema de soluciones de Charles Taylor.
“Hoy, los directivos más estratégicos saben que no basta con fortalecer los controles existentes. Hay que rediseñar el flujo operativo con resiliencia como principio estructural, no como reacción posterior”, destaca el especialista al hablar del “fraude moderno”, un modelo integrado en donde la amenaza “se viste de flujo normal”, pareciendo una operación legítima que se alimenta de la confianza operativa y de las zonas no mediadas del proceso. “Detectarlo tarde no sólo genera pérdidas, sino que debilita la arquitectura de confianza del negocio”, reflexiona.
Mediador: Eje de Resiliencia Digital
En ese escenario, el mediador no es un recurso técnico, es el orquestador invisible de la calidad operacional. Su misión consiste en introducir fricción inteligente, capturar anomalías antes de que sean problemas y fortalecer el flujo operativo sin sacrificar agilidad.
Un mediador integrado al proceso incrementa la resiliencia sin frenar el negocio, al mismo tiempo que actúa como primer disuasor de fraude en tiempo real.
Sin embargo, debe tener presente que para que no se convierta inadvertidamente en un nuevo vector de vulnerabilidad, tiene que operar bajo principios claros:
- Trazabilidad completa de cada verificación.
- Revisión continua de reglas contra evolución de amenazas.
- División estricta de accesos.
- Auditoría predictiva basada en anomalías, no sólo en ciclos periódicos.
El mejor mediador es aquel que mejora su inteligencia preventiva al mismo ritmo que el fraude evoluciona. Ese mediador, indudablemente, tiene que evolucionar en un mundo donde la medición tradicional ya no basta.
El futuro exige indicadores más estratégicos, inteligentes y anticipativos.
KPIs de Nueva Generación en Antifraude:
Del dicho, al hecho
La realidad del fraude en seguros en España invita a tomar cartas en el asunto. Solo durante 2024 se detectaron 285.407 casos de fraude en seguros, de acuerdo a los últimos datos aportados por ICEA recientemente. Esto significa que el mercado sufre casi 782 fraudes al día. En 2023, esa cifra era de casi 650 fraudes diarios.
“7 de cada 10 compañías no audita la calidad de los datos antes de alimentar sus motores antifraude; que 3 de cada 10 empresas tiene equipos de fraude que también gestionan tareas administrativas, con lo cual no están al 100% dedicados a la investigación; y que 7 de cada 10 aseguradoras no realiza revisiones cruzadas entre suscripción y siniestros, más allá de los casos más evidentes”, complementa Leandro Ríos.
Es por ello que la industria debe enfrentar esta problemática a través de la adquisición del talento necesario para actuar de manera eficiente en el nuevo contexto, adecuar sus procesos de suscripción y siniestros y adoptar las herramientas tecnológicas acordes a las nuevas demandas.
“Desde Charles Taylor, como especialistas en seguros con más de 140 años de experiencia en el sector y con una amplia gama de soluciones digitales pensadas y diseñadas para cada una de sus necesidades, se está trabando con los diferentes actores en pos de un mercado más ágil, moderno y eficiente. Herramientas como FraudKeeper tienen la finalidad de aportar tecnología para que, además, el mercado sea también menos vulnerable sin perder esos objetivos”, concluye Ríos.