Redacción ‘MS’- Aunque hoy por hoy el lupus no tiene cura definitiva, en los últimos años se han producido importantes avances en su tratamiento gracias a la aparición de medicamentos más específicos. Se trata de los llamados tratamientos biológicos, que actúan de forma más dirigida sobre los mecanismos del sistema inmunitario que provocan la enfermedad.
«Gracias a estos tratamientos, muchas personas con lupus, en particular las afectadas por las formas más graves y resistentes a los tratamientos convencionales, están logrando reducir los brotes, mejorar su calidad de vida y evitar el uso prolongado de corticoides, que pueden tener efectos secundarios importantes».
Dr. José Ángel Arzuaga, especialista en Medicina Interna de IMQ.
Medicamentos ya disponibles en España están ayudando a controlar síntomas como el dolor articular, las lesiones cutáneas, la afectación renal y de otros órganos vitales de forma más eficaz y con menos complicaciones.
Estos avances permiten «un enfoque más personalizado para cada paciente, teniendo en cuenta sus síntomas, edad, órganos afectados y estilo de vida. Además, están dando nuevas esperanzas a personas que no respondían bien a los tratamientos tradicionales».
Más de cuatro mil personas tienen lupus en Euskadi
Según recuerda el médico internista de IMQ, con motivo del Día Mundial del Lupus, que se celebra cada 10 de mayo, en Euskadi se diagnostican cada año unas 44 personas con lupus, una enfermedad autoinmune que afecta principalmente a mujeres jóvenes y que, sin cura definitiva, requiere un tratamiento crónico, con cerca de 4.200 personas padeciendo esta enfermedad en el País Vasco.
Además de los tratamientos farmacológicos, el Dr. Arzuaga recuerda la importancia de medidas preventivas como la protección solar, el ejercicio físico moderado y una dieta equilibrada. También subraya la relevancia de evitar el tabaco y vigilar la salud ósea con suplementos de vitamina D y calcio.
En cuanto a la maternidad, hasta hace unos años desaconsejada, hoy es posible si se planifica adecuadamente. «Las mujeres con lupus pueden quedarse embarazadas con supervisión multidisciplinar y siempre que no existan contraindicaciones médicas», aclara el especialista. «Con un seguimiento cercano y un tratamiento adecuado, más del 90% de los pacientes diagnosticados de lupus puede llevar una vida prácticamente normal», puntualiza.
El lupus es una enfermedad autoinmune compleja que puede presentarse de diferentes formas, dependiendo del tipo y de la persona que lo padezca. Existen varios tipos de lupus. El más frecuente es el lupus eritematoso sistémico, que puede afectar a múltiples órganos y tejidos del cuerpo, como la piel, las articulaciones, los riñones o el sistema nervioso. También existe el lupus cutáneo, que afecta principalmente a la piel; el lupus inducido por medicamentos, que aparece como reacción a ciertos fármacos y suele desaparecer al retirarlos; y el lupus neonatal, que se da en algunos bebés de madres con lupus o con determinados anticuerpos, aunque es poco común.
El lupus puede tener muchos síntomas y muy variados, que difieren de una persona a otra. «Entre el 80 y 90% de los pacientes presenta cansancio, cambios en el estado de ánimo, pérdida de peso o fiebre. Además, la mayoría de ellos (entre el 80 y el 95%) padece dolor e inflamación en las articulaciones. Por otro lado, entre el 55 y el 60% presenta eritema malar con forma de alas de mariposa (dermatitis alrededor de la nariz), algo que se relaciona con el origen del término “lupus” («lobo» en latín). Entre el 28 y el 42% sufre afectación renal; entre el 24 y 34%, el llamado fenómeno de Raynaud (palidez y “amoratamiento” de los dedos); y un porcentaje entre el 36 y el 55% padece serositis (inflamación de los tejidos serosos del cuerpo, como la pleura, el pericardio y el peritoneo)», detalla el Dr. Arzuaga.
Entre las herramientas empleadas para el diagnóstico del lupus se encuentran «la historia clínica, la exploración física, análisis de sangre (destacan los anticuerpos antinucleares, ANA, como marcador fundamental), la biopsia de piel y biopsias de riñón o de otros órganos». En los casos de lupus, no existe una prueba única para lograr un diagnóstico diferencial, ya que comparte síntomas con otras muchas enfermedades lo que provoca que su diagnóstico sea, en ocasiones, difícil y largo.
El papel clave de las asociaciones de pacientes
En Euskadi, las personas con lupus no están solas. Adeles Álava, Adeles Gipuzkoa, Adeles Bizkaia o, en el plano federativo, la Federación Española de Lupus trabajan día a día para ofrecer apoyo emocional, información fiable, actividades grupales y acompañamiento en el proceso de diagnóstico y tratamiento.
«Estas entidades son una fuente fundamental de orientación tanto para pacientes recién diagnosticados como para quienes conviven con la enfermedad desde hace años. También desempeñan una labor imprescindible en la defensa de los derechos de los pacientes y en la sensibilización social sobre una patología que, aunque invisible muchas veces, impacta profundamente en la vida cotidiana«, concluye el reciente comunicado de IMQ.