Por Alfonso Linares, Desarrollo de Negocio de Correduidea
Es obvio que hubo un antes y un después, lo sabemos todos y no fue por una nueva tecnología ni por una ley del sector. Fue por algo mucho más humano y universal: una pandemia.
Porque, como decimos en Correduidea desde entonces: “la pandemia cambió al cliente, pero la inteligencia artificial ha cambiado el negocio”. Y en medio de ese cruce de caminos, nació para nosotros una forma distinta de ver el mundo profesional del seguro: Piensa en Qubit.
No fue un proyecto formal, ni una campaña de marketing. Fue más bien una sacudida mental o una intuición que, al principio, no sabíamos ni cómo definir, pero que sentíamos que urgía. ¿Qué pasaría si dejásemos de pensar solo en bits, como si el mundo se dividiera entre “esto sirve” y “esto no”? Ahí nació la actitud.
Durante años, muchos en el sector se han ido moviendo entre dos polos. El profesional analógico, que confunde experiencia con resistencia al cambio. Y el digital binario, que ha ido sumando herramientas, pero sigue pensando con estructuras del pasado. Pero ambos, atrapados en una lógica que ya no responde al nuevo tablero de juego.
Hace unos meses, en una jornada con mediadores, un antiguo compañero (de los de toda la vida, carpeta bajo el brazo y boli Bic comido a mordiscos) me dijo: «Esto de la tecnología está bien, pero yo sigo vendiendo como siempre: café, apretón de manos y a correr.»
Le sonreí y no por condescendencia, sino porque entendí su nostalgia. Pero también entendí, que, si no cambiaba el chip, lo cambiaría el mercado.
Llevamos años oyendo hablar de transformación digital, de inteligencia artificial, de automatización… pero ahora ya no es una charla en un congreso, ni una mesa redonda: es el día a día. La realidad, es que la forma en la que se vende, se asesora, se fideliza y se construye reputación en el seguro ha cambiado. Y no es un cambio tecnológico, es profundamente mental.
Hoy ya no vale con ser bueno en lo que haces. Hay que ser bueno, rápido, flexible y tecnológico. Y ahí entra “Piensa en Qubit”, un concepto que no es futurista: es muy del presente. Ni siquiera es un método, ni un programa, es una provocación, una actitud.
«Un profesional Qubit, no se limita a usar tecnología: la entiende como aliada estratégica. No se define por su edad, sino por su mentalidad. Vive en el “puede que sí y puede que no”, porque sabe que en la duda también se encuentra el descubrimiento».
Un pequeño terremoto interior que nos invita a preguntarnos si seguimos tomando decisiones como hace diez años, en un mundo que ya no se parece en nada a aquel. Es otra forma de estar en el sector, más incómoda, sí. Pero también más potente.
Y no, no se trata de saber programar ni de convertirse en un gurú digital. Se trata de desaprender, de mirar el sector con otros ojos. De dejar de preguntarse “qué herramienta tengo que usar” y empezar a preguntarse “cómo puedo pensar distinto”. Porque los clientes ya no preguntan lo mismo. Las aseguradoras ya no funcionan igual. Y la competencia ya no está en la calle de enfrente, sino en una app, un chatbot, o quizás una startup que todavía no conoces, pero que ya está captando a tus clientes de mañana.
Un profesional Qubit, no se limita a usar tecnología: la entiende como aliada estratégica. No se define por su edad, sino por su mentalidad. Vive en el “puede que sí y puede que no”, porque sabe que en la duda también se encuentra el descubrimiento.
Nosotros siempre hemos trasladado esta mentalidad a todo lo que hacemos. Y, por ejemplo, cuando descubrimos que había tecnología capaz de adaptarse a esta forma de pensar, nació nuestro grupo de trabajo HiveWit (Colmena e ingenio): una plataforma donde convertimos la mentalidad Qubit en soluciones reales de IA y ciberseguridad. Es ahí en parte, donde esta forma de ver el mundo se materializa, se aplica y se vive.
¿Te suena el hashtag #PiensaEnQubit? Lo llevamos usando desde hace un tiempo para presentar avances tecnológicos que no solo son innovadores, sino que también exigen un cambio mental en cómo vendemos, asesoramos y construimos el negocio asegurador.
Y sí, puede que esto acabe siendo una ponencia, una formación o una comunidad aún más potente. Pero por ahora, es una forma de provocar nuevas preguntas.
Porque en un mercado en el que la IA ya redacta pólizas, detecta fraudes o analiza riesgos antes de que tú abras el correo, el verdadero cambio no está en la tecnología. Está en tu forma de pensar cómo utilizarla en tu beneficio.
¿Y si el verdadero riesgo ya no es no saber usar IA… sino seguir pensando igual que antes de que existiera? Ese es el punto de partida. No hay esquema, no hay guion. Solo una propuesta:
Cambia la forma en la que piensas, y el resto (la tecnología, las herramientas, los resultados…) irán detrás.
¿Te atreves a pensar distinto?