Solunion comparte su flash sectorial sobre el sector de la energía, correspondiente al mes de mayo de 2025

Solunion comparte su flash sectorial sobre el sector de la energía, correspondiente al mes de mayo de 2025

Redacción ‘MS’- Solunion comparte su flash sectorial sobre el sector de la energía, correspondiente al mes de mayo de 2025. El informe ha sido elaborado por María Ángeles Piñero, Coordinadora de Analistas Zona Sur de Solunion España.

El informe analiza un escenario marcado por la caída de la demanda eléctrica y de los precios energéticos, con un mix de generación cada vez más enfocado hacia las energías renovables, pero todavía con elevada dependencia externa en el caso del petróleo y el gas. Este contexto plantea importantes desafíos para la rentabilidad del sector, que podrían condicionar las inversiones ligadas a la transición energética, especialmente críticas en el caso del almacenamiento y la transmisión.

La estimación para 2025 es un crecimiento de la demanda eléctrica de entre el 1,2% y el 1,3%, algo menor que en 2024 (+1,4%). No obstante, se situará todavía por debajo de los niveles 2022/2021. Para animar las inversiones, es clave impulsar el desarrollo de mecanismos con claridad regulatoria.

SECTOR DE LA ENERGÍA EN ESPAÑA

Flash sectorial – mayo 2025

Análisis de la situación de la producción de energías renovables en España

Mix energético: principales tecnologías

España presenta una creciente integración de las energías renovables en el mix energético, pasando de tan solo el 15% de generación renovable en 2004 al 45,8% en 2014, y llegando a alcanzar el récord histórico de 56,8% en 2024. Los planes de transición energética han apoyado significativamente este crecimiento.

La energía solar fotovoltaica y la eólica son las tecnologías renovables con mayor crecimiento en potencia instalada en los últimos años. La solar fotovoltaica apenas representaba el 1% del total en 2004, mientras que en 2015 registraba tan solo el 4,46% y, durante los últimos años, ha alcanzado el 19,1% (datos a enero de 2025). En 2024, esta tecnología ha desplazado al ciclo combinado (no renovable) de la tercera posición por su generación récord.

La producción eólica mantuvo el liderazgo en generación en 2024 con el 23% del total, seguido de la nuclear con el 19%.

Las tecnologías fósiles (ciclo combinado y carbón) presentan un notable descenso en producción, con una caída del 24% en 2024.

Los últimos datos oficiales disponibles a marzo de 2025 mantienen esta tendencia alcista, en la que el 61,6% del mix sigue siendo generado por renovables con liderazgo de la eólica, con 28,3%, y la solar fotovoltaica, en tercera posición con el 12,9%.

En el mes de abril se confirma la transición energética en España: la generación de energía nuclear descendió significativamente (cierre de planta y reactores parados, principalmente por cuestiones económicas de contexto de precios muy bajos) y el país abasteció su consumo principalmente con energía renovable (solar, eólica e hidráulica). Dentro de una demanda nacional baja, España llegó incluso a exportar electricidad en determinados momentos de la Semana Santa de 2025, principalmente por generación renovable.

Así, España comparte tercera posición mundial junto a Países Bajos y Grecia en cuanto a integración de eólica y solar en su mix. Lidera Dinamarca seguida de Lituania.

Por último, y según los expertos, cabe mencionar que este cambio histórico en el mix energético podría generar mayor volatilidad y podría estar entre las posibles causas del apagón en España y Portugal del pasado 28 de abril.

Destinos exportadores del sistema energético español

2024 fue el tercer año consecutivo que el sistema eléctrico español cerró el ejercicio con un saldo exportador de energía por sus intercambios internacionales, incluso siendo una isla energética (junto a Portugal), donde el grado de interconexión es muy bajo. Se mantiene saldo exportador en Andorra, Marruecos y Portugal y, tras dos años consecutivos con saldo exportador, Francia pasa a tener saldo importador para España, especialmente por la caída de precios de la energía francesa en el segundo semestre.

España tiene una alta dependencia energética de las importaciones de petróleo y sus derivados, así como del gas natural, para poder cubrir la demanda interna. Si bien esta dependencia muestra una disminución en los últimos años, aún mantiene una proporción elevada, que alcanzó el 66,8% en 2023 (vs 70,6% en 2022 y 73,3% en 2021).

2023 presentó el menor nivel de importaciones en lo que va de siglo, debido a una mayor producción interior, sobre todo por renovables, pero fundamentalmente por una bajada de demanda de la industria, motivada por la mayor eficiencia energética y, sobre todo, por el autoconsumo.

Principales retos que afronta el sector

Demanda y precio

Las drásticas caídas de los últimos meses en los precios de la electricidad tienen un impacto positivo directo en el usuario final, pero el entramado empresarial, especialmente el renovable, se ve lastrado por la caída de la rentabilidad y el atractivo de los futuros proyectos y, con ello, de las inversiones necesarias para la transición energética.

El descenso de la demanda de electricidad, el aumento de la producción renovable con un coste bajo, así como la tendencia a la baja de los precios de petróleo y gas, favorecen la actual volatilidad y caída de precios de la energía.

Se ha recuperado la demanda en los últimos meses de 2024 y el primer trimestre de 2025 (+0,6% YTD 03/2025 y +1% YoY 02/2025), aunque aún se mantiene un escenario bajo de demanda nacional de energía.

En el año 2023 se obtuvo el valor más bajo de demanda desde 2007, influenciado por factores económicos (inflación), geopolíticos (guerra de Ucrania) y cambios en los patrones de consumo energético (eficiencia y autoconsumo).

La estimación para 2025 es un crecimiento de la demanda de entre el 1,2% y el 1,3%, algo menor que en 2024 (+1,4%) por la desaceleración en la zona euro, las tensiones geopolíticas y el impacto en la economía española. No obstante, se situará todavía por debajo de los niveles 2022/2021.

La evolución del precio del petróleo y del gas tiene un fuerte impacto en el precio final de la energía. Con la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China, el pesimismo global del impacto de los aranceles en la economía y el anuncio de la OPEP+ de aumentar su oferta en los próximos meses, el precio del petróleo mantendrá su presión a la baja ya iniciada un año atrás. La misma situación se observa para el precio y futuros del gas que, desde inicios de abril, muestra una abrupta caída con precios a la baja.

Almacenamiento

El almacenamiento de energía es crucial para acopiar los excesos, evitar los precios negativos (producidos en un contexto de exceso de oferta y baja demanda, en el que los generadores deben pagar para verter la energía en la red), y evitar o mitigar considerablemente un posible apagón masivo.

Los parques de baterías se caracterizan por su flexibilidad en inyectar energía al sistema de una forma rápida. España tiene aún un gran recorrido para alcanzar el objetivo de 22,5 Gw de capacidad de almacenamiento para 2030 establecido por el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) donde, según Red Eléctrica Española, a cierre de 2024, la capacidad tan solo alcanzaba 3,4 Gw. En este sentido, hay numerosos proyectos actualmente en proceso de tramitación cuya aprobación aumentaría significativamente la capacidad.

Con el gran crecimiento de la capacidad renovable, el sistema eléctrico aún no puede evitar los llamados “curtailments”, o lo que es lo mismo, la reducción forzada de producción de energía incluso con condiciones de generación óptimas. Esto es debido a restricciones en la capacidad de transmisión de redes o al exceso de oferta y baja demanda en momentos específicos.

Infraestructuras de transmisión

La inversión en estas infraestructuras es crucial para la transición energética y para poder alcanzar la integración de todas las tecnologías generadoras, especialmente las renovables, así como para abastecer la demanda de forma adecuada y evitar la saturación de la red.

Los momentos de alta generación renovable y baja demanda obligan a los operadores a limitar la inyección de energía renovable a la red para evitar sobrecargas y garantizar la estabilidad del suministro.

Claridad y estabilidad regulatoria

En este sentido, es clave impulsar el desarrollo de mecanismos con claridad regulatoria para animar la inversión.

Actualmente está en marcha un programa de cancelación de miles de planes de desarrollo de instalaciones renovables que impactará en la rentabilidad de rotación de activos de las empresas del sector.

Insolvencias empresariales en el sector

El sector energético español está caracterizado por gigantes corporativos con alta integración vertical y flexibilidad en los mercados, por lo que las insolvencias suelen presentarse en perfiles de empresas pequeñas / medianas.

El sector mantiene una muy baja incidencia con respecto a la mayoría de los sectores económicos, situándose en el puesto número 17 de los 20 sectores de actividad en España.

En 2024 se presentaron solo 28 casos, frente a los 1.779 del sector servicios, 1.357 en construcción o 152 en el sector metal. En los últimos ocho años, el nivel se ha mantenido bajo a excepción de 2022, cuando los 51 casos a causa de los altos precios de la luz.

Los actuales precios bajos de electricidad con la caída de demanda tanto de autoconsumo como industrial, así como la eliminación de subvenciones públicas, están impactando de forma negativa en la solvencia de las compañías productoras de energía (especialmente fotovoltaica) de perfil pequeño/mediano.

Asimismo, las oscilaciones en precios también perjudican a la solvencia de las comercializadoras de pequeño/mediano tamaño, con menor capacidad para mantener precios y captar nuevos clientes, frente a las operadoras tradicionales con mayor flexibilidad, fortaleza e integración.

Por la evolución de estos dos subsectores, principalmente, y la tendencia en los últimos meses presentada en el gráfico anterior, estimamos que el nivel de insolvencias del sector energético español para 2025 puede tener un repunte de en torno al 15%. No obstante, y tal y como se aprecia en el siguiente gráfico, seguirá manteniendo un nivel muy bajo en comparación con el resto de los sectores económicos nacionales.