Cada miembro de la pareja ha de tener su propio espacio, tiempo e intimidad para su desarrollo y crecimiento personal

Redacción ‘MS’- La pandemia ha traído consigo a personas de todo el mundo una situación de restricción de la movilidad, toque de queda nocturno y hasta confinamiento domiciliario. Este contexto ha afectado de diferentes maneras a las parejas, impactando de manera directa en los espacios y tiempos propios de cada uno de los miembros.

Tal y como explica el doctor Jerónimo Melchor García San Cornelio, psiquiatra de IMQ, en el marco del 14 de febrero, Día de San Valentín y de los Enamorados, “dentro del compromiso de la pareja de compartir y de vivir, muchas veces la propia intimidad de cada uno de los miembros de la pareja se ha visto alterada o reducida a causa del confinamiento. Una relación de pareja es una relación complementaria, de superposición de tiempos y de espacios. Sin embargo, cada miembro de la pareja ha de tener su espacio y su tiempo, para preservar su propia intimidad, su desarrollo y crecimiento personal, que es lo que le hace único y con lo cual sorprende al otro o a la otra”.

«Antes del comienzo de la pandemia, cuando una persona salía del trabajo, podía ir con los amigos a algún bar o lugar público de reunión, sirviendo esto de esparcimiento y de foro de relación con otras personas, como ocurre en algunos casos con el ocio, el deporte o el desarrollo de aficiones en clubes, sociedades, etc. Ahora, al pasar prácticamente todo el tiempo fuera del horario laboral casi exclusivamente en casa, esta situación puede ser asfixiante para algunas personas, repercutiendo en la pareja”.

Dr.Jerónimo Melchor García San Cornelio, psiquiatra de IMQ.

Según señala el psiquiatra, “dentro de lo que supone el estar juntos durante mucho tiempo, se encuentra el cultivarse personalmente, desarrollando las propias aficiones de cada uno. Son aspectos como la lectura, la escritura, la música, la pintura, hacer manualidades o bricolaje, cocinar, etc. El desarrollo personal dentro de alguna de estas cuestiones u otras de otro tipo son las que una persona puede emplear para sorprender, cautivar, dar motivos para sentirse orgulloso, etcétera”.

Para el experto, “cuando el espacio es reducido, como es el caso de muchos apartamentos, y se vive en una rutina repetitiva y de presencia constante, pueden surgir roces. Por ello es importante tener presente el diálogo, la comunicación, el saber ceder, ser generosos, repartir los tiempos —incluso de manera escrita— y el reparto de las tareas y obligaciones domésticas entre ambos miembros de la pareja. Las parejas que tienen repartidas, consensuadas y habladas todas esas cuestiones, de lo económico y de lo funcional del hogar, no les suele resultar difícil o chocante sobrellevar esta situación”.

El psiquiatra de IMQ, recomienda prestar “especial atención a la empatía cuando la otra persona pueda estar ansiosa o deprimida por la situación actual, o tiene miedo a contagiarse o a contagiar. Esa persona necesita el apoyo y la comprensión de la otra parte de la pareja para explicar cómo tiene esos sentimientos que le paralizan o le inhiben”.

Otro de los aspectos que pone de relieve el doctor Jerónimo Melchor García San Cornelio en el análisis de la situación de pareja durante el confinamiento y las restricciones de movilidad es el abuso del alcohol.

“Considero que se está bebiendo mucho alcohol en los hogares con esta situación. Con el cierre de los bares y los locales de hostelería, el alcoholismo va a casa. La gente que bebe, hombres y mujeres, se muestra tal cual es con este hábito tóxico delante de su pareja. Esto sucede de manera que afecta tanto a los que bebían fuera de casa, como a los que bebían dentro del hogar mientras el otro miembro de la pareja estaba fuera. Esto también puede generar tensiones o discusiones”.

Dr.Jerónimo Melchor García San Cornelio, psiquiatra de IMQ.

En cuanto a la sexualidad, ésta también se ha visto “afectada en cierto modo”, en el sentido de “una menor intimidad de la pareja para sus encuentros, en una coyuntura de restricciones a la movilidad y confinamiento, en la que la mayor parte de los miembros de la familia están en casa una buena parte de la jornada diaria, especialmente fuera del horario laboral”.

En cuanto al uso de dispositivos móviles dentro de la pareja, “siempre dentro del derecho a la privacidad”, podría ser adecuado tener el móvil “en la mesa o en la entrada del domicilio, a la vista, no para que nadie lo controle, pero sí para evitar en cierto modo ‘celos’, de un miembro de la pareja con el otro, al relacionarse con terceras personas”. También es útil para evitar estos ‘celos del móvil’ “compartir con la pareja alguna de las bromas que nos mandan nuestros amigos o amigas, aunque siempre salvaguardando las cosas privadas de cada uno”, o ser razonable con los tiempos que se dedican a las redes sociales mientras el otro miembro de la pareja está presente, concluye el psiquiatra de IMQ.