Pilar Mazas, Directora Técnica de Recoletos Consultores

De la póliza al dato: el nuevo lenguaje del riesgo

Por Pilar Mazas, Directora Técnica de Recoletos Consultores

El seguro siempre ha sido una promesa de protección. Una mano tendida cuando las cosas se tuercen. Pero esa promesa, que durante años se escribió en papel, hoy se escribe en datos.

Ya no hablamos solo de pólizas, coberturas o exclusiones. Hablamos de información, de comportamiento, de decisiones en tiempo real. El riesgo deja de ser estático y se convierte en algo vivo, que cambia y evoluciona con nosotros.

Y esto, aunque parezca puramente tecnológico, es sobre todo una cuestión humana.

Del riesgo calculado al riesgo comprendido

Durante décadas, el sector asegurador ha trabajado mirando al pasado. Calculábamos riesgos con base en lo que ya había ocurrido.
Pero el mundo actual no espera. Los datos fluyen a cada segundo, y con ellos cambian nuestros patrones, hábitos y exposiciones.

Gracias al big data, al IoT y a la inteligencia artificial, el riesgo ya no se analiza, se interpreta.
La diferencia puede parecer sutil, pero lo cambia todo: pasamos de reaccionar ante los siniestros a anticiparnos a ellos.

El cliente ya no es un número: es coautor de su protección

Cada interacción con una aseguradora —una llamada, un trayecto, un smartwatch que mide el pulso— genera información valiosa.
Y esa información permite diseñar seguros más ajustados, más justos y más personalizados.

Cuando un cliente comparte sus datos de forma transparente, obtiene mejores condiciones y asesoramiento más preciso.
Pero aquí está el reto: la tecnología solo genera valor si se gestiona con ética y empatía.
Sin confianza, ningún algoritmo es sostenible.

El mediador, ahora traductor del dato

Muchos creen que la digitalización desplaza al mediador. En mi experiencia, ocurre lo contrario.
El mediador hoy es más necesario que nunca: interpreta el dato y traduce la tecnología al lenguaje de las personas.

En Recoletos Consultores, trabajamos precisamente en esa línea con soluciones como SophIA SmartBroker, que permite a los profesionales analizar riesgos con información dinámica y convertirla en conocimiento práctico.

El dato es una herramienta, pero la confianza sigue siendo el vínculo.

Transparencia algorítmica: el nuevo reto ético

La automatización nos obliga a hacernos preguntas incómodas:
¿Cómo se toman las decisiones cuando las hace una máquina?
¿Podemos garantizar que no haya sesgos en los modelos que evalúan a nuestros clientes?

El futuro del sector pasa por una palabra que no admite atajos: transparencia.
Explicar cómo funcionan los algoritmos y cómo se protegen los datos personales será clave para mantener la confianza del cliente.

Horizonte 2030: del seguro reactivo al seguro predictivo

Imaginar un seguro que se adapta automáticamente a tu realidad ya no es ciencia ficción.
Las pólizas del futuro serán dinámicas, ajustándose según cambien los datos del entorno o del propio asegurado.

Pero algo no cambiará: la esencia humana del seguro.
Porque por mucho que la tecnología avance, detrás de cada dato sigue habiendo una historia, una persona, una necesidad de sentirse protegida.

Mi reflexión final

El nuevo lenguaje del seguro será el dato.
Pero su gramática seguirá teniendo tres palabras de siempre: confianza, empatía y propósito.

Y ahora te pregunto a ti, profesional del sector:

¿Estamos preparados para hablar este nuevo idioma? Únete al cambio, únete a la comunidad ThynkIA para transformar tu forma de trabajar con inteligencia artificial -> ThynkIA