¿El amor puede superar la infidelidad?

Por Mª Jesús Álava Reyes, presidenta de Apertia-Consulting y de la Fundación María Jesús Álava Reyes. También dirige el Centro de Psicología Álava Reyes y el Instituto de Bienestar Psicológico y Social.

Con frecuencia nos preguntamos ¿cuánto dura el amor?, ¿podemos asegurar que los amores auténticos duran para siempre? Y si así fuera, ¿cuáles serían los indicadores que nos demostrarían que una pareja sigue queriéndose?

En el polo opuesto, si pensamos en los peligros del amor, en las pruebas difíciles que tiene que superar cualquier relación afectiva; seguramente, la mayoría estaríamos de acuerdo en que la prueba más difícil es la INFIDELIDAD.

Pocos hechos pueden provocarnos una sensación de dolor tan intenso, como descubrir que alguien vital nos ha sido infiel. El impacto es proporcional a la sensación de fracaso y desgarro que sentimos.

¿Ante una infidelidad, qué factores conviene analizar?

Lo primero que conviene tener en cuenta, es que para la mayoría de las personas la fidelidad no es negociable, y aquí no hay diferencia en función de la edad. Los adultos, pero también los jóvenes, incluso los adolescentes, exigen fidelidad en sus relaciones de pareja.

Ante una infidelidad, conviene que analicemos una serie de factores previos en la pareja y en la persona que sufre la infidelidad:

Cómo es la persona que sufre la infidelidad: es segura o insegura, con mucha o poca confianza en si misma…

Cómo era la relación que tenía con su pareja: ¿la relación estaba muy deteriorada, o por el contrario era buena?

¿Hay hijos por medio?, y si es así ¿qué edad tienen?

¿Cuántos años llevaban juntos?… Así podríamos seguir con muchos más temas, hasta terminar en otro crucial: ¿es la primera vez que se ha producido la infidelidad?

En cualquier caso, para saber reaccionar ante la infidelidad, conviene profundizar en el engaño, y en la forma de descubrirlo.

La reacción es diferente si te la confiesan que si la descubres?

Normalmente, si tu pareja te confiesa la relación de infidelidad el impacto es menor, aunque sigue siendo enorme, pero es menor que si lo descubres por tu cuenta.

En el primer caso, además de contarnos la infidelidad, será crucial la actitud que tenga la persona que ha sido infiel. ¿Nos lo cuenta con arrepentimiento?, ¿nos lo cuenta para decirnos que quiere separarse?, ¿nos lo cuenta con reproches hacia nuestra persona?.

Si nos lo cuenta sintiéndose culpable y pidiéndonos perdón, la reacción nuestra será de dolor, pero no es comparable a cuando te lo dicen llenándote de reproches y diciéndote que, en realidad, tú eres la persona responsable de que este hecho se haya producido.

Cuando descubres la infidelidad, el desgarro, pero también la sensación de injusticia y de deshonestidad es tremenda. La persona engañada no puede dejar de sentirse traicionada. En ese momento siente que el mundo se le viene encima, que ya no podrá tener confianza en nadie, que han jugado con sus sentimientos y que le resultará muy difícil recuperarse de este golpe tan duro.

¿Se puede perdonar?

De nuevo dependerá de muchas circunstancias; se puede, pero es muy difícil perdonar una infidelidad; a pesar de que lo intentemos con todas nuestras fuerzas.

Hay personas que se lo proponen y lo desean por encima de todo, pero sienten que les queda una herida abierta que, cada cierto tiempo, de nuevo sangra.

Uno de los mayores errores que puede cometer la persona que ha sufrido la infidelidad, es pedir detalles de los hechos.

En este sentido, aunque crea que necesita saberlo, sólo sirve para sufrir inútilmente y dificulta al máximo su recuperación. Llega un momento en que nunca tendrá bastante, querrá saber más y más, y entrará en una dinámica de desgaste atroz y de exigencia constante hacia la persona infiel, quien a su vez se siente incapaz de frenar esa sangría.

Se puede perdonar, pero es una prueba que muchísimas parejas no llegan a superar.

¿Qué consecuencias tiene después en la pareja?

Normalmente hay un antes y un después en la relación de la pareja. Si deciden seguir juntos, conviene establecer un pacto, en el que acuerden que no volverán a hablar de la infidelidad, al menos durante los siguientes meses. De esta forma tendrán más probabilidades de superar este hecho.

Pero también se da una situación muy característica, y es cuando la persona que sufre la infidelidad por parte de su pareja, se siente culpable, o al menos responsable, de haber provocado la infidelidad con su actitud. En estos casos estarían las personas que piensan que habían descuidado a su pareja, que no han estado atentas a sus necesidades, que no les dedicaban tiempo, que anteponían su trabajo. Aquí la reacción es muy distinta y, al sentirse culpables, tratan de compensar a la pareja, y de reconquistarla.

Determinadas infidelidades lo que hacen es certificar que una relación ya había terminado, pero no hay que pensar que esto es un axioma incuestionable. También puede darse una infidelidad como consecuencia de una serie de circunstancias, y no tiene que significar forzosamente que un miembro de la pareja haya dejado de querer a otro. No obstante, toda infidelidad exige una reflexión profunda, y la adopción de una serie de medidas de autocontrol, cuando quien ha sido infiel tiene claro que, por encima de todo, quiere seguir con su pareja y desea evitar cualquier otro episodio de infidelidad.

¿Puede haber sentimiento de venganza, qué hacer?

El sentimiento de venganza es muy humano, pero poco maduro emocionalmente. Si una persona siente la necesidad de vengarse, debe saber que eso, a la larga, no le ayudará. En un principio puede creer que su venganza es justa y que se sentirá mejor, pero en realidad estará cayendo en una trampa, en la que ella será la principal víctima.

El tener deseos de venganza significa desesperación y necesidad de reparación, pero también implica que no somos capaces de encauzar racionalmente la situación de infidelidad.

En estos casos, siempre conviene pedir ayuda a los especialistas. La psicología puede resultar crucial para conseguir que estas heridas cicatricen bien, y que lo que ha sido una gran crisis, al menos se convierta en un aprendizaje y en una oportunidad de crecimiento personal.

Yo escribía en el libro Amar sin Sufrir, que: Cuando una persona noble realiza una venganza, siempre se termina arrepintiendo.

Reflexión final (*)

Si has sufrido una infidelidad, y has decidido perdonar, no debes recriminar cada día lo sucedido. Si decides pasar página, hazlo de verdad

(*)  Reflexión del libro de María Jesús Álava: Saca partido a tu vida. Editorial La Esfera de los Libros.