El Covid-19 sigue lastrando la economía mundial

Redacción ‘MS’- El fuerte repunte del PIB en la mayor parte del mundo en 2021 podría ser más un rebote que una tendencia. El poder adquisitivo, reforzado en muchos casos por la intervención de los gobiernos, fue sólido en 2021. A pesar de la fuerte demanda de productos, los problemas de la cadena de suministro han dejado las estanterías de las fábricas agotadas y han disparado la inflación. En Estados Unidos, el incremento de los precios alcanzó el 4,6%, la más alta de los mercados desarrollados, y se espera que se mantenga relativamente alta en el entorno del 4% en 2022. La inflación en la eurozona alcanzó el 2,5% y se prevé que se mantenga cerca de este nivel, en el 2,3%, en 2022. Esto podría frenar la demanda en 2022 y 2023, lo que provocaría una ralentización de las tasas de crecimiento y un aumento de las insolvencias. Así lo detalla Crédito y Caución a través de un reciente comunicado.

Con las nuevas variantes más contagiosas del Covid-19, que han llevado las tasas de infección a máximos históricos, el impacto de la pandemia ha provocado nuevas medidas de contención que se traducen en menores niveles de tráfico, tiendas y negocios de hostelería cerrados, menos viajes, oficinas todavía con poco personal y zonas céntricas menos concurridas. A pesar de ello, la demanda de productos de consumo duradero en particular ha sido buena. Sin embargo, llevar estos productos al mercado ha sido un desafío. La pandemia ha desencadenado una serie de cuellos de botella en la cadena de suministro que han retrasado el envío de materias primas y productos acabados, han agotado los niveles de existencias y han aumentado los costes de transporte. Todos estos factores, que han provocado una escalada de precios especialmente intensa en los combustibles debido a los límites de producción de la OPEP y a la escasez de gas, permiten prever un menor crecimiento del PIB en 2022 y 2023 a pesar del aumento de la demanda.

Aunque el repunte de la inflación está erosionando el poder adquisitivo, esperamos que el crecimiento del PIB mundial se ralentice, pero siga siendo positivo. A pesar del aumento de la inflación, el ahorro de los consumidores se ha acumulado y, en cierta medida, debería compensar la inflación. Las interrupciones de la cadena de suministro deberían remitir en la segunda mitad de 2022 y en 2023. Esto, junto con la política monetaria principalmente en los mercados avanzados, debería crear un cierto alivio de la inflación.

«Nuestra opinión actual sobre la situación es que los niveles actuales de inflación son temporales y no persistirán. Las presiones inflacionistas se desvanecerán en gran medida en los próximos dos años, ya que la fase actual refleja una situación anormal. Las presiones salariales siguen siendo relativamente bajas y las expectativas de inflación se mantienen bien ancladas. Vemos que la alta inflación está obligando gradualmente a los bancos centrales a iniciar un endurecimiento monetario, pero más en los Estados Unidos que en la eurozona«. 

John Lorié, economista jefe de Atradius.