Elena Mayor: «La felicidad no viene de serie, hay que aprender a trabajarla. Podemos empezar a ser felices: ¿empezamos?»

Elena Mayor: «La felicidad no viene de serie, hay que aprender a trabajarla. Podemos empezar a ser felices: ¿empezamos?»

Por Elena Mayor Lozano, CEO en EmotionHR y vicepresidenta de la Asociación Nacional de Felicidad de Personas y Organizaciones, Conciencia y Compasión.

Seguramente has notado que habitualmente tienes que esforzarte para estar bien. La razón es que la felicidad no viene de serie, tenemos que construirla.

Nuestro cerebro no rema a nuestro favor en esto de ser felices porque está diseñado para atender a los peligros y eso implica colocar prioritariamente en nuestra atención las posibles amenazas: nuestro cerebro está preparado para detectar lo negativo. Si no hacemos esfuerzos conscientes esta será nuestra realidad.

La genética, por su parte, juega un importante papel en esto de sentirse bien. Algunos nacen optimistas y otros pesimistas y los primeros cuentan con un kit especial para relativizar lo negativo e incluso para darle la vuelta, si conviene. Ellos nacen con una capacidad que, por suerte, los demás podemos aprender: podemos aprender a ser felices.

¿Por dónde empezar ese aprendizaje?

Por lo básico. Me gustaría transmitiros aquí mi idea de lo que considero la base para empezar a cultivar el bienestar personal, para empezar a hacer cambios de calado en nuestra vida y comenzar a bailar con ella. Veámoslo desde el ángulo del tiempo. ¿Empezamos?

«Me gustaría transmitiros aquí mi idea de lo que considero la base para empezar a cultivar el bienestar personal, para empezar a hacer cambios de calado en nuestra vida y comenzar a bailar con ella. Veámoslo desde el ángulo del tiempo. ¿Empezamos?».

De qué manera nos hace infeliz el FUTURO

El cerebro tiene especial interés en presentarnos los posibles peligros que nos acechan para que nos preparemos anticipadamente y logremos superarlos, así ha conseguido que sobrevivamos y nos adaptemos durante miles de años.

La amígdala es la encargada de fabricar el miedo y así ayudarnos a preparar la defensa. Y el miedo al futuro genera incertidumbre y preocupaciones, los elementos concretos con los que tenemos que lidiar.

¿Qué podemos hacer? Necesitamos hacer un cambio de perspectiva.

Es importante entender que la INCERTIDUMBRE es parte de la vida. La vida está en constante cambio y no es posible controlar lo que pasará. El futuro es sólo un conjunto de expectativas inventadas, no existe en realidad.

«Así que el primer cambio que debemos interiorizar es este: hazte amiga de la incertidumbre, intenta convivir con ella con total naturalidad porque es parte de la vida».

Sé que esto es fácil de decir, pero no es tan fácil llevarlo a cabo, no vamos a poder evitar sentirnos preocupados en algún momento. Cuando esto ocurra, toca elegir: podemos PREOCUPARNOS por lo que pueda ocurrir, o podemos PRE-OCUPARNOS, es decir ocuparnos previamente.

Preocuparnos implica sufrir, sin más, mientras que Pre-ocuparnos implica acción. Impulsarnos a buscar soluciones es la función del miedo y así prepararnos para eliminar las amenazas del futuro.

Evidentemente, no siempre está en nuestra mano la solución, por lo que en caso de que nada podamos hacer, sólo nos queda eliminar de nuestra mente aquel miedo y ser conscientes de que es sólo una idea dentro de nuestra cabeza.

«El segundo cambio que te propongo es eliminar lo que te preocupa: si tienes la capacidad de hacer algo, ya estás tardando. Y si no puedes hacer nada, no permitas que los fantasmas que inventas sobre el futuro boicoteen tu presente».

El pasado se cuela en el presente con su peculiar manera de hacernos sentir mal

El pasado tampoco existe, sólo es un pensamiento que permanece durante un tiempo en tu mente y te hace feliz o infeliz, según cómo interpretes lo que viviste.

Debes ser consciente de que recordar un pasado que te hace infeliz es una trampa del cerebro porque no podemos modificarlo. Es cierto que está ahí y no es posible hacerlo desaparecer de un plumazo, pero sí podemos reconciliarnos con lo que pasó y perdonar a otros o perdonarnos a nosotros mismos. En realidad, es lo único que podemos hacer.

Quizá lo hayas intentado sin éxito, porque no es fácil. Para PERDONAR es útil comprender que los demás y nosotros mismos, hacemos las cosas lo mejor que podemos y sabemos, pero a veces no somos capaces de hacerlo bien, nos equivocamos. Yo pienso firmemente que las personas no se dedican a hacerle daño a los demás por gusto, más bien suelen adoptar actitudes defensivas. Se sienten atacados y reaccionan defendiéndose. Yo estoy convencida. Si tu no lo estás, te invito a buscar otra interpretación que a ti te ayude a perdonarte o a perdonarles, porque si no haces las paces con el pasado, te seguirá atormentando una y otra vez. Es tu elección.

«Aquí te recomiendo un tercer cambio: elimina todo eso que te produce malestar sobre el pasado. Perdona a quien tengas que perdonar e intenta olvidarlo, que no tenga poder sobre ti».

Quizá te preguntes por qué el cerebro conserva recuerdos negativos, teniendo en cuenta que es nuestra principal herramienta de adaptación, es la joya de la evolución en La Tierra. ¿Qué función tiene recordar cosas negativas sobre las que nada podemos hacer?

Yo creo que la capacidad para recodar el pasado existe únicamente para poder APRENDER. Y esto es lo que necesitamos concluir: quizá el pasado solo existe para que seamos conscientes del aprendizaje que nos trae.

«Esto es fundamental y es el cuarto cambio que te propongo: intenta extraer el aprendizaje que la vida te ha traído en cada momento porque si no lo haces, volverá a traerlo muchas veces hasta que consigas aprenderlo. Observa lo que te pasó con una nueva mirada, la de APRENDER para no volver a sufrirlo».

Gestionar el presente para vivir en paz y bienestar

El presente es lo único que de verdad existe y el único espacio en el que podemos ACTUAR. Y es aquí donde verdaderamente podemos trabajar conscientemente en nuestra felicidad.  Hemos escuchado muchas veces la importancia de vivir en el presente, precisamente por esta razón, porque exclusivamente aquí y ahora tenemos el control de nuestras vidas.

Y en concreto, ¿qué significa gestionar el presente?. Consiste en aprender a tener control sobre la realidad desde nosotros mismos. ¡¡Todo está dentro de nosotros!! Sólo comentaré aquí lo más básico: aprender a fluir. Lo más importante para ser feliz es no luchar contra la vida, fluir con ella. Fluir con la vida significa no ir en contra de lo que pasa, no resistirnos.

Habitualmente funcionamos de otro modo: esperamos que las cosas ocurran de una determinada manera, pero no ocurren así. Y nos frustramos, nos resistimos a aceptar que las cosas no hayan salido como habíamos imaginado. Entonces nos quejamos y de esa manera nos generamos una gran insatisfacción y nos sentimos infelices.

Creo que es bueno que abandonemos las EXPECTATIVAS y que bailemos con la vida.

«Lo más importante para ser feliz es no luchar contra la vida, fluir con ella. Fluir con la vida significa no ir en contra de lo que pasa, no resistirnos. Creo que es bueno que abandonemos las EXPECTATIVAS y que bailemos con la vida».

Sé que estás pensando que es inevitable esperar resultados y que además esto de abandonar las expectativas suena contradictorio porque todo el mundo sabe que esperar que todo salga bien es una cualidad del optimista. Efectivamente el equilibrio es difícil.

Esperar que las cosas salgan bien aporta esperanza y bienestar a nuestras vidas. No me refiero a que perdamos esta perspectiva positiva. Desde mi punto de vista, se trata de esperar que vaya bien, pero sin dar por hecho que ocurrirá exactamente lo que esperamos. Confiar sin expectativas.

Por otro lado, fluir con la vida no es resignarse a ella, aunque mientras lees hayas pensado eso. Significa que necesitamos entender que a veces ocurre lo que esperábamos y otras no, y estar preparados para aceptarlo sin reaccionar en contra, sin quejarnos ni victimizarnos. Y liberados del tiempo y esfuerzo que supone andar criticando constantemente lo que nos ocurre en la vida, podemos invertir en actuar para seguir intentándolo.

Fluir NO ES RESIGNARSE: es ACEPTAR y ACTUAR.

Procurarnos felicidad y bienestar requiere de la práctica de muchas más habilidades personales que iremos comentando, aunque fluir sea, desde mi punto de vista, el ingrediente principal.

La felicidad se crea modificando el funcionamiento de nuestro cerebro

Por último, me gustaría llamar la atención sobre dos conceptos fundamentales para aprender a ser feliz: consciencia y práctica.

El primer paso para sentirnos bien es ser conscientes de lo que pensamos y sentimos, para poder realizar cambios. Cuando nos conocemos, sabemos cómo nos boicoteamos y podemos hacer cambios. Podemos introducir paulatinamente pequeñas modificaciones que multiplican sorprendentemente nuestro bienestar. El cambio es paulatino y se realiza conscientemente introduciendo rutinas en nuestra vida, así de fácil.

Esto es posible porque nuestro cerebro es plástico, tiene la capacidad de cambiar. Podemos enseñar a nuestro cerebro a hacernos felices, introduciendo pequeños hábitos que modifiquen su estructura. Cuando hacemos las cosas siempre de determinada manera, creamos una fuerte conexión neuronal y eso nos permite funcionar en piloto automático, que es lo que quiere el cerebro para ahorrar energía. Pero si tenemos programado el piloto automático de manera que nos hace infelices, inevitablemente tenemos que reprogramarlo. ¡¡¡Y es que es posible hacerlo!!.

«Si tenemos programado el piloto automático de manera que nos hace infelices, inevitablemente tenemos que reprogramarlo. ¡¡¡Y es que es posible hacerlo!!!».

Necesitamos hacer las cosas de otro modo y de manera repetitiva para que esa conexión inicial pierda fuerza y se genere otra que sí nos produzca bienestar. Por eso, esto va de generar nuevas conexiones neuronales, cambiando la manera de hacer las cosas hacia modos que nos hagan sentir bien: crear nuevos hábitos.

Ser feliz es una decisión y voluntariamente podemos conseguirlo.

«Esto va de generar nuevas conexiones neuronales, cambiando la manera de hacer las cosas hacia modos que nos hagan sentir bien: crear nuevos hábitos».

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