IMQ: El gran reto de la diabetes hoy en día es avanzar en su prevención

Redacción ‘MS’- La diabetes, uno de los principales retos de salud de este siglo, conmemora cada 14 de noviembre su día mundial, en honor al aniversario del nacimiento de Sir Frederick Banting, quien descubrió la insulina junto con Charles Best en 1922. El Dr. Alberto Olaizola, especialista en Endocrinología y Nutrición de IMQ, destaca que, 101 años después de este hecho trascendental para el devenir de esta patología, «disponemos de tratamientos buenos y eficaces, de tecnología que permite a las personas con diabetes monitorizar su enfermedad y llevar vidas normales. Numerosos medicamentos orales e inyectables, distintos tipos de insulina, sistemas de infusión automática de insulina y sistemas de monitorización continua de la glucosa que se pueden usar con nuestros smartphones, hacen que la vida de las personas con diabetes sea más fácil y disminuyen la complicaciones crónicas que puede producir la enfermedad».

En el sistema sanitario, la atención a la diabetes también goza de bastante buena salud. «Desde la medicina primaria hasta la medicina especializada. Hay muchos profesionales implicados y buenas asociaciones de pacientes. Profesionales de medicina de familia, endocrinología, pediatría, enfermería educadora en diabetes y otras ramas de las ciencias de la salud, acompañan a personas con diabetes cada vez más informadas y con mayor capacidad de toma de decisiones respecto a su enfermedad», apunta el experto.

El reto: mejorar la prevención

Pero junto a la celebración está la preocupación. La mayor parte de las causas de diabetes mellitus se pueden agrupar en dos. La diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2. La tipo 1 representa aproximadamente un 10% de los casos, afecta predominantemente a jóvenes y niños y tiene un origen autoinmune. La tipo 2 representa aproximadamente el 90% de los casos, la presentación es en la edad adulta y su expansión va muy ligada a la obesidad y el sedentarismo. Además, tiene una predisposición hereditaria y en algunos grupos humanos, genética. Ésta es la que más amenaza la salud pública.

«La incidencia de diabetes tipo 2 no ha hecho más que subir en las últimas dos décadas y con carácter general en todos los países y de la mano de la incidencia creciente de obesidad, sobrepeso, sedentarismo y el consumo de dietas “obesógenicas” y “diabetógénicas”», declara el Dr. Alberto Olaizola.

De este modo, se produce una situación paradójica en la diabetes tipo 2: progresivamente se desarrollan mejores tratamientos que consiguen controlar la enfermedad una vez diagnosticada y, sin embargo, cada vez hay más diabetes tipo 2. «Precisamente ahí radica la preocupación. En los últimos años no hemos mejorado sustancialmente en la prevención de la diabetes tipos 2. Es importante que nos tomemos en serio los determinantes modificables de esta enfermedad, porque muchos de ellos están en nuestras manos. La disminución de la incidencia de la diabetes tipo 2 e incluso la curación en sus primeras fases es posible y con ello un impacto en la salud individual y colectiva, disminuyendo de un modo significativo complicaciones crónicas como la cardiopatía isquémica, los ictus, la insuficiencia renal que entre otras producen grandes sufrimientos individuales y costes sanitarios altísimos», explica el especialista en Endocrinología y Nutrición de IMQ.

Hace algún tiempo se acuñó el término “diabesidad” para, de un modo conciso, trasmitir la estrecha correlación entre la obesidad y la diabetes tipo 2. «Llevamos estilos de vida que frecuentemente nos impiden cuidarnos: nos hacen engordar a lo largo de los años, disminuyen la calidad nutricional de nuestra alimentación, nos hacen ser sedentarios, dormir mal… y todo ello abona el terreno para que un día nos diagnostiquen diabetes tipo 2. Esta “diabesidad” es una señal de alarma que nos invita a tomar acciones individuales y colectivas con el potencial de evitar muchos casos de diabetes».

Medidas para una diabetes evitable

Para el Dr. Olaizola, el 14 de noviembre puede ser también una ocasión para reclamar «políticas que nos faciliten la consecución de estos estilos de vida saludables como una estrategia costo/efectiva de gran repercusión en nuestro sistema sanitario. Una estrategia de enfermedad evitable, de diabetes evitable». En este sentido, propone seis medidas.

«Necesitamos que la accesibilidad a alimentos saludables no sea más costosa que a alimentos procesados (estos últimos representan el 50% de la cesta de la compra en una renta media pero en las rentas bajas representan más del 80%). Por ejemplo, en algunos países hay políticas de penalización de la comida basura en la infancia que han sido eficaces en la disminución de la obesidad infantil. En España no se han implantado. Todavía no hemos dado un paso decidido ni legislativo ni presupuestario que permita al ciudadano de rentas medias y bajas asegurarse una cesta de la compra saludable», manifiesta el especialista.

«Necesitamos horarios laborales que nos dejen margen para la práctica de ejercicio regular y mejorar la calidad de la nutrición (comedor escolar) y del ejercicio durante la edad escolar. Necesitamos formación reglada en autocuidados nutricionales durante la edad escolar y nuevas políticas públicas, desplegadas a un nivel comunitario, para una formación continuada en autocuidados de salud. E, igualmente, necesitamos entornos urbanos que faciliten caminar y usar la bicicleta», concluye el endocrinólogo de IMQ.