IMQ Igurco pone en marcha una comisión de buen trato a las personas mayores

IMQ Igurco pone en marcha una comisión de buen trato a las personas mayores

Redacción ‘MS’- Bajo el lema ‘Abordar el maltrato a las personas mayores en centros de cuidados a largo plazo: a través de datos y acciones’, la Organización de Naciones Unidas celebra el 15 de junio el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez de este año 2025. Esta entidad pone así el foco en el cuidado de los mayores en estos centros, ya que, según señalan, «garantizar la seguridad y la dignidad de los residentes es más urgente que nunca».

Consciente de esta situación y comprometido con el bienestar de las personas mayores que son cuidadas en sus centros, el grupo sociosanitario IMQ Igurco acaba de anunciar la puesta en marcha desde principios de año, de una Comisión de Buen Trato, encargada de acometer la formación a las y los profesionales de esta entidad, orientada a mejorar la sensibilización en la identificación de situaciones de trato inadecuado por parte de trabajadores.

Además, según explica la médica geriatra Naiara Fernández, directora Asistencial de IMQ Igurco, «la comisión se encarga de acompañar a los equipos en el abordaje de las situaciones con potencial de convertirse en un trato inadecuado y de la promoción del buen trato a las personas que son cuidadas en nuestras residencias y centros de día para personas mayores. Este buen trato se aplica tanto en su vertiente física (movilizaciones, asistencia en la necesidad de acudir al baño, ritmo de alimentación, intimidad sexual y otros) como en la satisfacción de preferencias (opciones de modificaciones horarias, salidas al exterior, negativa a actividades terapéuticas, elección de profesional de referencia, etcétera) y en el reconocimiento de su singularidad (uso del nombre, atención a especificaciones sobre cómo quieren ser cuidados…)».

Según recuerda, «IMQ Igurco lleva años comprometido con el buen trato a las personas mayores, centrando su modelo asistencial en la identificación de situaciones o riesgos que comprometen el bienestar y la calidad de vida de las personas mayores. Nos centramos en el bienestar físico y emocional, y en su participación en la comunidad como personas únicas y singulares, de la misma forma que lo hacían antes de su ingreso en el centro».

«Defendemos la atención de personas sin sujeciones (físicas y farmacológicas), identificando y abordando necesidades no satisfechas que pueden propiciar la manifestación de agitación psicomotriz, ansiedad o agresividad», apunta la especialista en Geriatría.

Para la experta, el ingreso en una institución «no debería suponer un punto y aparte en las vidas de las personas, ni que ellas tengan que adaptarse a la organización de los centros, sino más bien al contrario». Para lograrlo, la forma de trabajar de las organizaciones y sus profesionales «está evolucionando» hacia un modelo de atención que ensalza que «cada persona es única, independientemente de su enfermedad y edad, y, por lo tanto, debe ser tratada desde su singularidad, con intervenciones flexibles que se adapten a su bienestar subjetivo —lo que pensamos que es mejor para ellos, no siempre lo es—, siendo imprescindible conocer su trayectoria vital y vida cotidiana».

Conocer a la persona en su globalidad «es un aspecto esencial en la humanización de los cuidados», que conlleva trabajar desde la empatía. La historia de vida, sus preferencias y deseos, sus objetivos y expectativas «han de ser el eje central de la atención que damos a las personas en las instituciones». Y en el caso de personas con demencia, «un recordatorio de lo que esa persona ha sido, y por lo tanto sigue siendo».

Una realidad poco visible

El maltrato a las personas mayores no es siempre tangible; existe más allá de un abuso físico. «La infantilización, el paternalismo en el trato, la negativa a satisfacer un deseo, la limitación en el acceso a sus bienes y la gestión de los mismos, la privación de derechos o la pérdida de autonomía en la toma de decisiones son situaciones que sufren diariamente y contribuyen a una percepción negativa sobe sí mismos, viéndose como personas que han dejado de tener valor en la sociedad, pobremente reconocidas», explica la directora Asistencial de IMQ Igurco.

En ocasiones, se tiende a hablar de las personas mayores, como si se tratara de un colectivo homogéneo, que comparte enfermedades, fragilidad o necesidad de apoyo, haciendo uso de términos como “nuestros mayores” como bandera de un proteccionismo innecesario, o como muestra de un compromiso con el buen hacer. Sin embargo, tal y como indica la especialista, no deben ser vistos como un colectivo simétrico, de la misma manera que no lo son los adultos más jóvenes.

«Es necesario mostrar y reconocer la diversidad de personas mayores con las que convivimos, y con las que esperamos convivir muchos años. Avanzar en el buen trato a las personas mayores es la decisión personal y profesional más inteligente, porque si las proyecciones de longevidad se cumplen, viviremos muchos años, y los jóvenes y adultos de hoy, seremos los mayores de mañana, por lo que luchar por un trato digno e individualizado de las personas mayores de hoy, será el trato que tendremos la suerte de recibir en el futuro», concluye la directora Asistencial de IMQ Igurco.