La esclerosis mútliple es la principal causa de discapacidad por enfermedad de las personas jóvenes

Redacción ‘MS’- La esclerosis múltiple es la primera causa de discapacidad por enfermedad entre las personas jóvenes. De hecho, «la esclerosis múltiple debuta, de media, antes de los 30 años y es más frecuente en las mujeres que en los hombres, con una ratio cercana a las tres mujeres por cada hombre». Con una prevalencia de unos 120 casos por cada 100.00 habitantes, «se estima que el número de personas afectadas en Euskadi es de más de 2.400 personas», pone de manifiesto el Dr. Alfredo Rodríguez-Antigüedad, neurólogo de IMQ, en el marco del 18 de diciembre, Día Nacional de la Esclerosis Múltiple.

La esclerosis múltiple (EM) es una patología inflamatoria, crónica, progresiva, neurodegenerativa y, por ello, discapacitante. Se caracteriza por la sucesiva aparición de lesiones inflamatorias en diferentes zonas del sistema nervioso central (cerebro y médula). Su prevalencia es mayor cuanto más alejado se viva del ecuador terrestre, ubicándose Euskadi en una zona de riesgo medio-alto.

Aunque la causa de la esclerosis múltiple es todavía desconocida para la comunidad científica, se sabe que la enfermedad ocurre por la interacción de algún factor ambiental y una predisposición individual. «El incremento paulatino de la EM en las mujeres con relación a los hombres en los últimos años refuerza la existencia de una factor ambiental, pero éste se resiste a ser identificado», apunta el Dr. Rodríguez-Antigüedad.

Síntomas

En relación a los síntomas, cuando una de estas lesiones surge en una zona con expresión clínica, provoca síntomas de instauración aguda (recaída o brote): «la persona pierde la sensibilidad o la fuerza en una o más extremidades, o ve doble o pierde la visión por un ojo, etcétera». Sin embargo, al tratarse de disfunciones que se dan en el sistema nervioso central, puede darse una gran variedad de síntomas. «Además de los síntomas ‘evidentes’, como pérdida de fuerza, sensibilidad, visión, etcétera, los pacientes padecen otros menos aparentes para quien no los sufre, tales como dolor, fatiga, ansiedad, y otros. Estos síntomas ‘ocultos’ externamente son el origen de un importante sufrimiento y, en ocasiones, incomprensión por su entorno», explica el neurólogo de IMQ.

La evolución de la EM puede ser diferente

La esclerosis múltiple recurrente-remitente es la forma de evolución inicial más frecuente. Las personas afectadas presentan sucesivamente episodios agudos de síntomas neurológicos que evolucionan espontáneamente hacía la mejoría con o sin secuelas.

Algunos pacientes que inicialmente tienen una evolución recurrente-remitente desarrollan al cabo de uno años una evolución secundaria-progresiva, en la que el deterioro neurológico se hace lento y progresivo sin relación a recaídas.

La esclerosis múltiple primaria-progresiva es característica en las personas que debutan con la enfermedad a partir de los 40 años. Estas pacientes no presentan nunca brotes y desde el inicio cursan con un deterioro neurológico insidioso y lentamente progresivo.

Tratamiento

Para el neurólogo vasco, «la atención sanitaria que se presta en Euskadi a los pacientes con esclerosis múltiple es del más alto nivel y calidad, lo que permite el diagnóstico y tratamiento tempranos. Esto está consiguiendo mejorar la calidad de vida y el pronóstico de las personas que en Euskadi padecen esta enfermedad».

La esclerosis múltiple no tiene cura. Sin embargo, sí existen tratamientos eficaces que, en muchos casos, ayudan a controlar la patología. Tal y como detalla el especialista de IMQ, en la actualidad, ya se encuentran comercializados catorce medicamentos, con diez mecanismos de acción diferentes. «Aunque ninguno de estos fármacos cura la enfermedad, en estos momentos podemos prevenir de manera muy efectiva los brotes y retrasar o prevenir la evolución progresiva y, con todo ello, la discapacidad».

Investigación

En cuanto a la investigación, «los biomarcadores en sangre nos permitirán monitorizar la enfermedad de una manera más precisa, para valorar de manera temprana la efectividad o no del tratamiento que recibe cada persona, y avanzar en la medicina personalizada de precisión».

Por otro lado, la medicina regenerativa, la orientada a restaurar el daño producido por la enfermedad, «ya no se la considera una utopía, y se investiga de manera intensa en este campo. Los resultados prácticos no se estima que puedan estar en el futuro inmediato, pero ya se han realizado ensayos clínicos con este objetivo», concluye en neurólogo de IMQ.