La práctica deportiva puede reducir el estrés hasta en un 40%

Redacción ‘MS’- En un contexto prevacacional marcado por la posibilidad de la vuelta al confinamiento perimetral de ciudades o regiones, los sentimientos de estrés, hastío y hasta frustración, pueden ser más frecuentes en algunos ciudadanos. Frente a ello, la doctora María Sagasti, especialista en Medicina Deportiva del Centro Médico IMQ Amárica de Vitoria-Gasteiz, en el marco de la celebración el 6 de abril del Día Mundial de la Actividad Física, recuerda que esta Semana Santa, las personas cuentan con un gran aliado para reducir el estrés: el deporte. Así lo explica IMQ a través de un reciente comunicado.

«La actividad física tiene un impacto directo en los niveles de estrés. Son varios los estudios que han investigado esta relación, y se estima que realizar algo de deporte cada día puede reducir el estrés en hasta un 40 %».

Dra. María Sagasti, especialista en Medicina Deportiva del Centro Médico IMQ Amárica de Vitoria-Gasteiz.

Desde un punto de vista puramente químico, la experta apunta que el deporte «ayuda a reducir el estrés porque al practicarlo liberamos endorfinas». Las endorfinas son neurotransmisores que se encargan de transmitir la sensación de felicidad y satisfacción; estimulan las áreas del cerebro que producen placer.

Por otro lado, la actividad física «reduce la producción de hormonas como la adrenalina y el cortisol». La primera es la responsable de poner en alerta el cerebro, genera nerviosismo, mientras que la segunda se libera en situaciones de estrés.

Con respecto a qué deporte se ha de practicar, la especialista en Medicina Deportiva de IMQ declara que «cada persona debe elegir aquella actividad física en la que se encuentre bien, cómoda y que le estimule y motive. Con los años he aprendido que primero debo mirar a la persona, a sus necesidades y afinidades y luego aconsejar».

Tanto para situaciones de estrés, como de frustración o, por el contrario, una carencia de una mínima actividad física, «el deporte puede ser un aliado que nos ayude. Para ello, se debe encontrar una actividad física regular en la que la persona se encuentre bien, sea la que sea. En el caso de que la persona tenga alguna enfermedad, entonces se aconseja una actividad física acorde a la misma y sus capacidades».

El deporte afecta directamente a la salud cerebral

La actividad física protege y fortalece las neuronas.

«Esa sensación de estar más “despejados” después de practicar deporte es real. Igual que se atrofian nuestros músculos, lo hacen nuestras neuronas, y el deporte es una excelente manera de ponerlas en marcha».

Dra. María Sagasti, especialista en Medicina Deportiva del Centro Médico IMQ Amárica de Vitoria-Gasteiz.

La práctica de deporte de manera habitual «supone un triunfo sobre ese efecto paralizante que tiene el estrés sobre nosotros. Imponerse un horario y obligarse a seguir ciertas pautas nos servirá para ver que somos capaces de ponernos objetivos y cumplirlos, mejorará nuestra autoestima, y nos dará una disciplina y confianza que podremos aplicar a otras áreas de nuestra vida».

Deporte equilibrado

Una vez elegida una actividad para cada persona, «ahora nuestra misión desde la Medicina del Deporte es organizar dicha actividad, informar de cómo realizarla, de la carga y descanso que necesita y si es necesario pautar una alimentación para que no se desequilibre el gasto energético de la persona. Es preciso recordar que la clave para un estado saludable es el equilibrio: dar y recibir, ingresar y gastar, fortalecer y descansar», recalca la experta de IMQ.

Realizar deporte de manera continuada «hará que la persona esté más sana y, por lo tanto, se encuentre mejor. También mejorará la apariencia física, lo que le dará más confianza y aumentará su autoestima. La actividad física sirve igualmente para quemar energía, por lo que el cuerpo dedicará las noches a recuperar esa energía. Dormir bien es clave para reducir el estrés, y el deporte ayuda también a dormir bien».

Para la Dra. María Sagasti, el truco estriba en que «si no puedo cambiar el entorno estresante, entonces cambiemos lo que del mismo es capaz de afectarme; es decir, fortalezcamos nuestro terreno físico, mental y emocional y, entonces, ese estrés ya no será tanto estrés. Esto sí está en nuestra mano».

Actividad física y relaciones sociales

La actividad física siempre tiene beneficios innegables, pero «son varios los estudios que afirman que realizarla en grupo es todavía mejor. Y lo es aún más si lo que deseamos es reducir el estrés».

«Los deportes en grupo combaten el estrés por la actividad física y también por su carácter social. Estas prácticas nos ayudarán a relacionarnos con los demás, a sentirnos parte de una comunidad y a que nuestras mentes vean más allá de nuestras preocupaciones».

Dra. María Sagasti, especialista en Medicina Deportiva del Centro Médico IMQ Amárica de Vitoria-Gasteiz.