Las enfermedades del sistema circulatorio se incrementaron un 5,4 por ciento en Euskadi en 2021

Redacción ‘MS’- Durante 2021, las enfermedades del sistema circulatorio supusieron la segunda causa de muerte en Euskadi —tras los tumores—, con un total de 5.915 fallecimientos (304 más que en 2020), equivalentes al 25,63% (+2,53 puntos porcentuales) del conjunto de defunciones. Por territorios, Bizkaia registró 3.151 (-24); Gipuzkoa, 2.045 (+232); y Álava, 719 óbitos (+90), según se recoge en las estadísticas por causa de defunción del Instituto Vasco de Estadística (Eustat).

Ante la celebración, el 29 de septiembre, del Día Mundial del Corazón, el Dr. Enrique Castellanos, cirujano cardiovascular de IMQ y de la Clínica IMQ Zorrotzaurre, vuelve a hacer una llamada a la prevención: «la cultura de la prevención del riesgo cardiovascular debería comenzar en las escuelas. Y la evitación de factores de riesgo, como el tabaquismo, la obesidad y la mala alimentación, desde la propia juventud».

Tal y como pone de manifiesto la Federación Mundial del Corazón, las enfermedades cardiovasculares (ECV) constituyen la primera causa de muerte en el mundo, con más de 18,6 millones de óbitos al año. De estas muertes, el 85% se debe a enfermedades coronarias, como infartos de miocardio, y enfermedades cerebrovasculares, como los accidentes cerebrovasculares (ictus, sean éstos isquémicos o hemorrágicos).

La Federación alerta de que el corazón puede volverse vulnerable debido a factores de riesgo habituales como fumar, padecer diabetes, tener unos niveles excesivos de colesterol, comer una dieta poco saludable o vivir con presión arterial alta. El sistema cardiovascular puede debilitarse igualmente debido a una afección cardíaca preexistente. Cuando las funciones del corazón se ven comprometidas, esto se conoce como enfermedad cardiovascular, un término amplio que cubre cualquier trastorno del sistema que tiene al corazón en su centro.

Control activo del riesgo cardiovascular

Frente al riesgo cardiovascular, los especialistas en Cardiología abogan por un control activo del riesgo cardiovascular. Según explica el Dr. Castellanos, para reducir la carga de mortalidad y, además, la carga de morbilidad, «las personas que tienen una predisposición genética a sufrir enfermedades cardiovasculares pero no presentan factores de riesgo modificables como fumar, por ejemplo, es recomendable que tengan una primera consulta con el cardiólogo a partir de los 40 años. La periodicidad de las visitas sucesivas será valorada por el especialista».

Asimismo, «las personas que tienen antecedentes familiares de enfermedades del sistema circulatorio y, además, han desarrollado a lo largo de su vida factores de riesgo, deben controlarse a partir de los 40 años y, probablemente, con una periodicidad frecuente, como mucho, un año».

Por último, el cardiólogo de IMQ —que en 2014 se convirtió en el primer cirujano de España que verificó externamente sus datos clínicos por AENOR con un índice de mortalidad global sensiblemente menor que el esperado por el Sistema Europeo de Evaluación Operativa del Riesgo Cardiaco (EuroSCORE I)— apunta a que las personas sin antecedentes familiares ni factores de riesgo, «en principio, no precisan una visita al cardiólogo salvo que tengan sintomatología cardiológica, como dolor en el pecho, dolor al caminar, se fatiguen cuando suban una cuesta o noten que les falta el aire, entre otros posibles síntomas».

Enfermedades cardiovasculares y covid-19

En pleno inicio de la campaña de vacunación frente a la gripe y de la vacunación con la cuarta dosis frente al SARS-CoV-2 a grupos de riesgo, la Federación Mundial del Corazón recuerda que los pacientes con enfermedades cardiovasculares son más susceptibles a sufrir una covid-19 grave.

Por ello, desde la Federación se aboga por que los pacientes sean clasificados en función de los riesgos de salud subyacentes, como hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares o respiratorias previas, insuficiencia renal y cáncer, como parte del proceso para identificar a los pacientes con una mayor probabilidad de desarrollar una forma grave de covid-19 e implementar una atención específica.

Cuidado con la polución y el estrés

La Federación Mundial del Corazón también aprovecha la efeméride del 29 de septiembre para advertir de que la contaminación del aire es responsable del 25% de todas las muertes por ECV y acaba con la vida de 7 millones de personas cada año. Ya sean acciones más inmediatas, como caminar o andar en bicicleta en lugar de viajar en automóvil, o esfuerzos a más largo plazo, como apoyar la legislación sobre aire limpio, se invita a la ciudadanía a realizar acciones en pro de un planeta más saludable.

Asimismo, esta sociedad científica alerta de que el estrés psicológico puede duplicar el riesgo de sufrir un infarto. El ejercicio, la meditación y dormir lo suficiente ayudan a reducir los niveles de estrés. Al resistir los mecanismos de afrontamiento dañinos y los malos hábitos inducidos por el estrés, es posible maximizar la salud cardíaca individual.