Mañana será otro día, ¿seguro?

Por Francisco Bartolomé Jimenez, Corporate Financial Controller / Board Member de Ximenez Group

Vamos a hablar en serio. Nadie tiene una bola de cristal para predecir cuándo el destino nos jugará una mala pasada. Piénsalo: cada 24 segundos se produce un daño en algún hogar, cada hora se registran 75 accidentes laborales, y cada día se detectan 785 casos de cáncer en España. Mientras hoy eliges qué serie ver en Netflix, todos estos riesgos estarán sucediendo, y apuesto a que nadie esperaba ser protagonista de uno de ellos.

A pesar de que la estadística afirma que es solo cuestión de tiempo que suframos un mal imprevisto, es comprensible que nadie se levante por la mañana pensando en contratar un seguro. El 95% de nuestras decisiones de compra se basan en emociones. Esto explica qué retrasemos la compra de un seguro hasta que algo nos pone en alerta, y nuestras emociones nos impulsan a actuar.

No menos decisivo es nuestro nivel educativo en finanzas. Según el reciente estudio del Banco de España, el 81% de la sociedad española desconoce el significado de términos básicos como: inflación, fondos de inversión, planes de pensiones o seguros de ahorro. Esta falta de conocimiento contribuye a que solo el 40% de los españoles decidan proteger a sus familias con un seguro de vida, una cifra muy por debajo de la media europea.

Para la mayoría, el seguro no despierta simpatía. Quizás porque se asocia a momentos de desgracia. Lo cierto, es que tendemos a percibir el seguro como un impuesto o gasto no necesario, donde la opción más barata es la que creemos de mayor valor. Profesionales del sector tienen mucha culpa de ello. ¿Te suena este anuncio publicitario?: “vente con nosotros y te bajamos el precio de tu seguro”. Sería más acertado decir: “no hay mayor necio que el que confunde valor con precio”.

Claro que, si el seguro más contratado en España es el del automóvil, y casi diez millones de personas no entienden sus contratos, la falta de conocimiento es un serio problema. Otro dato que resalta es que, por ejemplo, el 80% de los españoles nunca o solo una vez ha hecho uso de su seguro de hogar. Por lo que es normal que nos preguntemos:

¿Por qué pagar por algo que casi nunca usamos?

Nuestro amigo digital ChatGPT no duda en responder: “Un seguro es una inversión inteligente que me protege de imprevistos y riesgos”. El servicio de los mediadores de seguros es y será vital para que el cliente comprenda “la letra pequeñita” de lo que contrata. Para entender que el valor de la inversión no se mide por la cantidad de veces que utilizamos el seguro. Demostrando cómo la mejor opción no se encuentra en lo barato, sino en lo justo.

Errar es humano, pero culpar a los demás de lo que podríamos haber evitado es política. Dice el refrán popular que: “al yo creía” le pasó de todo, mientras que al “por si acaso”, nunca le llegó a pasar nada. El riesgo nos sigue a todas partes, sin descanso. Pero si decidimos afrontarlo con seguridad, podremos dormir sabiendo que mañana será otro día… seguro.

A fin de cuentas, al que asegura, Dios le ayuda.