No hay sol sin oxidación

Por Mayte Martínez, periodista especializada en belleza y bienestar; creadora del espacio Belleza eres tú

Usar fotoprotector no basta para evitar los daños solares. Los suplementos antioxidantes son un buen escudo frente al sol. La unión hace la fuerza.

El sol envejece, y la ciencia tiene datos que lo apoyan. Aumentan los problemas en la piel derivados de los rayos solares, grandes agresores de nuestras células y uno de los principales factores del envejecimiento. Los antioxidantes orales pueden marcar la diferencia. La última década ha puesto a los antioxidantes en el punto de mira como fuente de salud y longevidad. Estas moléculas nos permiten envejecer más lentamente y mejor, cumpliendo una función preventiva en el organismo.

Efectos invisibles del sol sobre la piel

El sol puede provocar modificación genética de las células, fotoenvejecimiento, efectos sobre el sistema inmunológico y oxidación de la piel. Mediante el uso de fotoprotectores en tiempo y forma adecuados estos daños se ven reducidos, pero no regenerados. La fotoprotección oral con antioxidantes puede reducir los daños al máximo. Los nutracéuticos de Longevitas Labs (longevitaslabs.com) están diseñados para aportar una máxima protección antioxidante, vitaminas y minerales esenciales con el objetivo de impactar directamente tanto en el interior como en el exterior.

La exposición al sol mejora nuestro estado de ánimo al aumentar la liberación en el cerebro de una hormona llamada serotonina, que también ayuda a sentirte tranquilo y concentrado. De hecho, durante los largos meses de invierno en el hemisferio norte, cuando hay menos luz solar, muchas personas sufren de trastorno afectivo estacional (TAE), un tipo de depresión resultante de los bajos niveles de serotonina. Además, hay investigaciones que sugieren que la luz solar directa puede hacer que las células de la piel produzcan endorfinas, que también crean una sensación de bienestar. Pero también tiene muchas consecuencias negativas, por lo que es obligado, además de protegerse desde el interior y desde el exterior, minimizar los periodos prolongados de exposición al sol.

Cómo envejece nuestro sistema inmunitario y cómo frenar el proceso

Existimos porque hay oxígeno en la atmósfera. Pero la oxidación también produce efectos no deseables y, entre ellos, encontramos el denominado ‘estrés oxidativo’.

El cuerpo tiene mecanismos que se ocupan de controlar este desafortunado proceder. La clave está en tener controlado el exceso de elementos nocivos.

Dicho de otra manera, hay que mantener a raya lo que produce daños.

La oxidación es un proceso químico que envejece y destruye las células del cuerpo. Este proceso se activa por diferentes motivos: la contaminación del aire, agentes químicos o agentes infecciosos y las radiaciones, entre otros. Y de todos ellos, es el sol el más potente de los factores alterantes de nuestras células ya que afectan a las moléculas haciendo que produzcan radicales libres en la piel.

Los radicales libres son moléculas de oxígeno que han perdido un electrón en su estructura y, al tratar de conseguirlo de otra molécula, inician una reacción en cadena que provocan enfermedades de diversa consideración como diabetes, artritis o, en el caso de la piel, envejecimiento prematuro e incluso cáncer.

Como prácticamente todos los elementos que forman el cuerpo humano, los radicales libres son necesarios en nuestro organismo ya que son los encargados, entre otras cosas, de la eliminación de agentes infecciosos o la creación de diferentes hormonas necesarias para vivir. Mantener un equilibrio entre los radicales libres del cuerpo y las enzimas que actúan como antioxidantes asegura una larga vida. Sin embargo, cuando se producen desequilibrios a causa, por ejemplo, de una excesiva exposición al sol sin la protección necesaria, los radicales libres provocan enfermedades.

La exposición al sol y las reiteradas quemaduras por el sol aceleran el proceso de envejecimiento de la piel, lo que se conoce como ‘envejecimiento prematuro’. Los cambios en la piel provocados por la luz ultravioleta se denominan fotoenvejecimiento y sus consecuencias son:

  • Debilitamiento del tejido conectivo, que reduce la resistencia y elasticidad de la piel
  • Arrugas profundas
  • Piel seca y áspera
  • Venas finas y rojas en las mejillas, la nariz y las orejas
  • Pecas, principalmente en la cara y los hombros
  • Manchas oscuras o decoloradas

Pero los daños no se quedan a nivel superficial, se sabe que penetran en el interior de nuestras células modificando su genética, deprimiendo el sistema inmunológico y alterando funciones importantes del organismo.

Altas dosis de fotoprotector y antioxidantes

Un antioxidante es una molécula capaz de inhibir la oxidación causada por los radicales libres, cediendo electrones sin perder su equilibrio. La fotoprotección oral con antioxidantes consigue activar los mecanismos de reparación en las capas más profundas de la piel donde no llega la crema solar. Siempre debe utilizarse como un complemento de la fotoprotección tópica para garantizar los niveles óptimos de protección.

Sistema de defensa natural contra los radicales libres

Se puede evitar que el 99% de los radicales libres dañen nuestras células ayudando al cuerpo a estar en equilibrio y evitar la oxidación. Hay dos tipos de antioxidantes (exógenos y endógenos) capaces de actuar en el sistema de defensa natural proporcionando al organismo antioxidantes biosimilares a los que él genera, es decir aportando antioxidantes endógenos o iguales a los que el organismo genera: “Ahí está nuestro Ubiquinol (prohormona antioxidante en la que se transforma la Coenzima Q10 que está presente en todas las células de organismo y con el tiempo y todos los factores mencionados anteriormente, se va reduciendo con su impacto). También hemos diseñado una fórmula para aportar al organismo antioxidantes exógenos, aquellos que provienen de la naturaleza con la Fórmula Mamberry, a base de unos extractos de altísima concentración de Garcinia Mangostana y Lycium Barbarum -xantonas, polisacáridos, BetaCarotenos, Vitaminas B, C, E- que además tiene un impacto directo en la inflamación y en el refuerzo del sistema inmune”, afirma Ilona Calparoso, CEO y fundadora de Longevitas Labs.