Sant Joan de Déu y Zurich Seguros, en colaboración con Z Zurich Foundation, presentan Henka, un programa centrado en la prevención y la promoción de la salud mental de los adolescentes

Redacción ‘MS’- Sant Joan de Déu y Zurich España, a través de la Z Zurich Foundation, han presentado recientemente el programa Henka: Creciendo en bienestar emocional, un proyecto inclusivo y universal que se dirige a toda la comunidad educativa y que pone en el centro a los adolescentes.

Se trata de una iniciativa que centrará sus actuaciones en la prevención y promoción del bienestar emocional en los jóvenes de entre 12 y 16 años. Además, promoverá la sensibilización social para que la salud mental de los jóvenes sea una prioridad en el entorno educativo. Las actuaciones previstas en este programa llegarán a Catalunya, Comunidad de Madrid y a otras zonas de España. Su duración será superior a los tres años.

En Cataluña, el programa cuenta con el apoyo de las consejerías de Educación y de Salud y está alineado con las estrategias del Plan Director de Salud Mental y Adicciones para impulsar la promoción y prevención de la salud mental en la población infantil y juvenil.

El objetivo de Henka, palabra japonesa que significa “transformación” es que los jóvenes afronten de forma saludable las adversidades, con herramientas que promuevan el desarrollo de las capacidades de resiliencia, como factor protector. De esta forma, se reduce tanto el riesgo de sufrir un trastorno de salud mental como el impacto negativo de muchos problemas que afectan negativamente al bienestar de los adolescentes.

Los responsables del programa Henka esperan que impacte positivamente sobre más de medio millón de personas, sobre todo alumnos, pero también sobre familiares, maestros y otros colectivos que contribuyan a que la salud mental de los adolescentes sea una prioridad en los entornos educativos. Unas 450 escuelas estarán implicadas en esta iniciativa, de las cuales más de 70 son escuelas de entornos vulnerables.

El programa pretende ser una aproximación holística a las escuelas de educación secundaria empezando por los niños de 12 años, ya que se considera que es un periodo evolutivo caracterizado por una gran neuroplasticidad y en el que el adolescente tiene mucha capacidad para aprender, hecho que es clave para trabajar en prevención. Sus familiares, maestros y otros agentes de socialización recibirán formación en promoción y desarrollo de habilidades de resiliencia de los especialistas de San Juan de Dios para que puedan implementar el programa de forma autónoma en el contexto educativo.

Una vez implementadas las actividades de adquisición de estas habilidades (talleres de aprendizaje socioemocional, aprendizaje de estrategias de afrontamiento, etc.) los adolescentes y sus cuidadores serán empoderados para valorar su experiencia y, en base a la misma y en su contexto particular, se entregarán las herramientas y recomendaciones para desarrollar un plan de acción que permita incorporar los aprendizajes en la cultura de los centros, para que el bienestar emocional se convierta en uno más de los ejes principales de su proyecto educativo.

Este nuevo proyecto supone un avance en los programas sociales de Zurich España, con el respaldo de la Z Zurich Foundation, orientados a apoyar a aquellas comunidades de jóvenes con entornos vulnerables para fomentar la equidad social y la diversidad en el futuro de los adolescentes.

“En nuestra acción social, priorizamos los colectivos vulnerables en especial jóvenes y mujeres y cuidamos del planeta, y por eso debemos ser ejemplo de compromiso y convertirnos en activistas. Esto significa pasar a la acción, realizar proyectos que mejoren la vida de las personas, que creen un mundo más justo y trabajar por un futuro sostenible. Realizar este proyecto de la mano de Sant Joan de Deu nos da la confianza y la experiencia de un equipo que trabaja por y para los jóvenes”.

Cristina Gomis, directora de RSC de Zurich España

«La ambición del programa Henka no tiene precedentes en España y creemos firmemente que tendrá un impacto positivo y duradero en la juventud, así como en el resto de la sociedad. Su enfoque comunitario e innovador puede cambiar, de forma sostenible, la manera en que los adolescentes y su entorno educativo hablan sobre el bienestar emocional, gestionan eficazmente el estrés y les permiten alcanzar su pleno potencial.«

Sofyen Khalfaoui, responsable del Programa de Mejora del Bienestar Mental de la Z Zurich Foundation.

Impacto en la sociedad y ciudadanía

Para que la iniciativa suponga una transformación en la forma en que se aborda el malestar emocional y los problemas de salud mental de los adolescentes y jóvenes, a nivel de toda la comunidad el proyecto incluirá la organización de espacios de reflexión, debate e intercambio de conocimiento en el que participarán representantes de la administración pública, especialistas en desarrollo y salud mental infantojuvenil, pedagogía y educación emocional, jóvenes, agentes sociales y ciudadanos en general. Serán bienales y la primera se celebrará en Barcelona en el 2024 y la segunda, en Madrid en el 2026.

Con este mismo objetivo se llevarán a cabo campañas de sensibilización basadas en la serie documental #YoCambioTodo, y se potenciará la plataforma SOM Salud Mental 360, un proyecto que se puso en marcha hace tres años y que ya es un referente en salud mental en España y América Latina, con más de 40.000 visitas mensuales.

16% de jóvenes con trastornos de salud mental

El 15,9% de la población joven declaró en 2021 haber sufrido algún trastorno de salud mental, cifra que se ha incrementado significativamente en cuatro años, puesto que en 2017 representaba un 6,25 de este colectivo, según cifras del Barómetro Juvenil sobre Salud y Bienestar. Los datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2017 ya mostraban que el porcentaje de población de entre 4 y 14 años en riesgo de tener una mala salud mental era del 13,2%, siendo las comunidades autónomas de Andalucía, Castilla y León y Cataluña las que presentaban los porcentajes más elevados, con un 15%.

La probabilidad de sufrir un problema de salud mental en esta población ha mostrado una tendencia creciente en los últimos años y se ha acentuado con las consecuencias de la pandemia de la Covid 19.

En el contexto de la salud mental, los problemas que impactan en el bienestar emocional de los adolescentes son de distintos tipos. Por un lado, están los trastornos mentales, como los trastornos del espectro del autismo, los trastornos psicóticos, el TDAH, o los trastornos de la conducta alimentaria, gran parte de los cuales (75%) se inician en la infancia y primera juventud.

Por su parte, el malestar psicológico se distribuye en un amplio abanico de gravedad, y no todo son trastornos mentales. De hecho, gran parte del incremento en la demanda actual de asistencia y ayuda proviene del malestar asociado a problemas emergentes que impactan negativamente sobre la salud mental de los adolescentes. Éstos son, entre otros, el consumo abusivo de pantallas, el acoso y las relaciones interpersonales abusivas, la violencia filio-parental, y la generalización en la población general de conductas anteriormente restringidas al ámbito clínico, como son la conducta autolesiva no suicida.

Ante esta situación, es necesario desarrollar estrategias de promoción de la salud mental y de prevención de los trastornos en diferentes contextos y niveles, según el grado de malestar”. Además, afirma que “enfatizando la promoción de los factores protectores y la detección precoz del riesgo puede mejorarse la salud mental de todos los adolescentes, sin introducir en el ámbito natural de socialización intervenciones especializadas y orientadas a poblaciones específicas”.

Según Anna Sintes Estévez, psicóloga clínica del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona y directora del programa Henka.

Por otra parte, en su opinión, las intervenciones deben estar centradas en la persona y en su proceso de desarrollo cognitivo, emocional y social, poniendo énfasis en la autonomía, participación y responsabilidad de los adolescentes y sus familias.

La resiliencia como constructo

Los especialistas en desarrollo infantil y juvenil han identificado la resiliencia como un constructo, con validez científica y que engloba toda una serie de herramientas personales (capacidades socio-emocionales y cognitivas) que determinan el nivel de vulnerabilidad personal ante las dificultades y eventos vitales que generan desequilibrio y malestar.

Actualmente, todos los programas a nivel internacional dirigidos a la promoción de la salud mental en niños y jóvenes se basan en el concepto de resiliencia, como eje vertebrador, para mejorar las relaciones sociales, el rendimiento académico, la participación e integración social, etc.

En definitiva, una mayor resiliencia se relaciona con una menor vulnerabilidad psicológica y, por lo tanto, con una actitud más saludable y perspectiva más equilibrada.

Un proyecto inclusivo y universal

El proyecto impulsado por Sant Joan de Déu y la Z Zurich Foundation es inclusivo y universal, se dirige a toda la comunidad educativa y pone en el centro a los adolescentes en general. No excluye a ningún joven, puesto que promueve el desarrollo de habilidades socio-emocionales generales que mejoran la capacidad de afrontamiento de todos los adolescentes, independientemente del estado actual de su salud mental. La familia es importante porque es el entorno en el que se desarrolla el niño y también lo es la comunidad educativa. El programa se ha co-creado con maestros y otros profesionales del mundo educativo y tiene un cuidado especial de las escuelas de entornos vulnerables, en las que se implementará con recursos adicionales.

Los responsables de Henka parten de la revisión sistemática, exhaustiva y crítica de los programas sobre el impulso de la resiliencia que ya se han aplicado y validado con éxito en otros países. De este modo, se han seleccionado componentes de aquellos que han mostrado una mayor eficacia y aplicabilidad en nuestro contexto cultural.

El programa de capacitación y acompañamiento/transferencia posterior contempla intervenciones tipo talleres o dinámicas de grupo, para ser llevadas a cabo en las aulas, y con las familias, pero también se prevé salir a contextos lúdicos y de socialización en general, mediante la incorporación de recursos para la integración, sensibilización e impacto social.