Qué países europeos se verían más afectados por un posible embargo de las exportaciones de gas ruso

Redacción ‘MS’- Solunion comparte un informe de uno de sus accionistas, Allianz Trade, donde analiza qué países europeos se verían más afectados por un posible embargo de las exportaciones de gas ruso: Who should be afraid of a stop in Russian energy supply?.

A continuación se plantean algunas de las principales conclusiones. Puede accederse al informe completo a través del siguiente enlace.

  • La UE tiene capacidad para gestionar un posible embargo inmediato de las importaciones de crudo de Rusia. En un plazo de unos dos meses, los miembros de la OPEP podrían aumentar la producción de crudo hasta alcanzar los niveles registrados en el segundo semestre de 2018 (lo que implicaría un incremento de 3,3 millones de barriles por día día frente al primer trimestre de 2022) y Noruega, Estados Unidos y el Reino Unido podrían añadir otros + 0,5 millones de barriles/día a la producción mundial. Esto compensaría con creces las actuales exportaciones de crudo de Rusia de 3 mb/d. Si la UE aplicara el embargo en el día de hoy, cabría esperar un periodo de dos meses de precios mundiales del petróleo más altos y volátiles, tras los cuales retrocederían a los niveles actuales.
  • En cambio, la interrupción de las importaciones de gas natural de Rusia podría provocar graves inconvenientes en el suministro energético de muchos Estados miembros de la UE. En caso de que se produzca un «apagón» – es decir, el cese total de las exportaciones rusas de energía- en el tercer trimestre de 2022, los países que dependen en gran medida del gas ruso, como Bulgaria, Hungría, Alemania, República Checa, Eslovaquia, Países Bajos, Austria, Rumanía, Italia y Polonia, serían los que más dificultades tendrían el próximo invierno. El acceso a nuevos proveedores, la sustitución del gas por otras fuentes de energía y una cierta contención por parte del sector privado en respuesta a los elevadísimos precios no serían suficientes para cubrir el incipiente déficit de suministro de gas.
  • Con el considerable riesgo de un «apagón» y los significativos costes económicos asociados, es el momento de prepararse para cualquier eventualidad. Por ello, sería necesario tomar medidas de mitigación, como (i) preparar a la población para un escenario a la baja; (ii) aumentar las reservas de gas mediante esfuerzos orientados al ahorro en el consumo; (iii) acordar un plan de mutualización frente a la escasez de gas en la UE, así como un plan de compra conjunta de GNL para limitar las interrupciones del suministro y, a su vez, los costes económicos; y (iv) decidir un compromiso de reparto justo de la carga entre los sectores económicos a nivel nacional para limitar las implicaciones negativas en la industria y, a su vez, en el empleo.