Catalina García (Myrina): «Myrina nace porque cree que todas debemos tener acceso a prendas cómodas, funcionales y que nos hagan sentir libres y felices»

‘Muy Segura’ habla con Catalina García Quitián, fundadora de Myrina, la nueva alternativa de ropa íntima inclusiva que visibiliza el cáncer de mama y reivindica la diversidad femenina.

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¿Cómo y por qué nace su proyecto?

Myrina nace, por varias razones. Pero para ser breve, en mi familia de muchas mujeres dos de ellas han sufrido cáncer de mama, esto me llevó a escuchar por primera vez sobre esta enfermedad hace ya bastantes años. Sin embargo, en esa época fue mi tía abuela la que se vió en medio del torbellino del cáncer y de manera concreta su experiencia y todo lo que tuvo que afrontar lo llevó junto con mi abuela, su hermana, de manera muy discreta, por lo que a mi incluso me cuesta recordarlo, de manera borrosa me veo jugando con mi hermana y susurrando quizás algo relacionado pero creo que en general fue un intento de esconder o llevar como un secreto todo. 

Después y hace ya unos 6 años, mi tía tuvo que afrontar su diagnóstico de cáncer de mama, ya estábamos en otra época, era el 2014 creó y la información fluía por todo lado, sin embargo nuevamente todo se llevó de manera muy discreta, esta vez hubo más comunicación pero fue todo un proceso hablado con voz muy baja. En ese entonces, después de la mastectomía mi tía que vive en Colombia me contactó para pedirme si era posible que le ayudara a comprar un sujetador para usar con la prótesis externa y posquirúrgico ya que en Colombia era una misión casi imposible. 

Fue ahí cuando me puse a buscar y lo único que encontré fue sujetadores ortopédicos, rígidos, con diseños antiguos y que realmente no reflejaban la personalidad de mi tia y seguro no ofrecerían ningún posible sentimiento de confort o felicidad a la persona que los usara. Adicionalmente los precios eran altísimos en euros así que en pesos Colombianos eran desorbitados, mi conclusión fue que para las mujeres que han sufrido cáncer de mama la opción era gastar mucho dinero (y más teniendo en cuenta todos los gastos que representa la enfermedad) por sujetadores hechos por hombres para mujeres. 

«Después de la mastectomía mi tía que vive en Colombia me contactó para pedirme si era posible que le ayudara a comprar un sujetador para usar con la prótesis externa y posquirúrgico ya que en Colombia era una misión casi imposible». 

A partir de esto, se generó en mí un sentimiento de indignación en el que no podía entender: cómo es posible que esto fuera la realidad que tiene que vivir una mujer que ha pasado por una situación tan delicada como es el cáncer de mama; cómo era posible que la mayoría de las mujeres no estemos al tanto; cómo era posible que la enfermedad tuviera que vivirse como un secreto y casi como una vergüenza; cómo era posible que los discursos trataran de generar culpa o recargar la responsabilidad en la propia mujer por tener cáncer de mama; cómo era posible que las sobrevivientes de cáncer de mama tuvieran que sentirse excluidas y por haber vivido una mastectomía pasar a un colectivo extraño de «seres» más que mujeres que tienen que comprar su ropa íntima en tiendas de ortopedia y dejar de lado las opciones de sentirse cómodas y femeninas; cómo era posible que nadie hiciera nada al respecto; cómo era posible que la ropa intima les generará un problema más en lugar de ayudarles a sanar; cómo era posible que todas fuéramos ajenas a ello y que los senos condicionarán el ser mujer; cómo era posible que tuviéramos que mirara a otro lado o cambiar de tema cuando se menciona el cáncer; cómo era posible que empresas líderes, gestionadas por hombres que no tienen nuestros cuerpos (y no los entienden) determinen incluso nuestros sujetadores; cómo era posible que las marcas de ropa íntima presenten mujeres «perfectas» que casi son imaginarias y no piensan en las mujeres «reales» para realizar sus prendas.

Todas estas cuestiones y muchas otras (que aún están ahí corriendo una maratón en mi cabeza) se quedaron dando vueltas en mi  y durante un par de años con empece a trazar un camino y un proyecto, ya que pensé que si nadie lo hacía pues quizás era mi responsabilidad encontrar una solución y ofrecer una alternativa a nuestro mundo. Por esta razón en Enero de 2017 ya con mi plan de negocio medio dibujado, me encuentro con mi tía, le cuento mi idea y ella tenía algo muy similar en mente, por primera vez, hablamos con completa transparencia sobre su experiencia, sus emociones, su cuerpo, sus necesidades, todo y juntas acordamos que esto se debía hacer, mi primera motivación estaba frente a mí, diciéndome que siquiera adelante. 

«Se generó en mí un sentimiento de indignación en el que no podía entender cómo era posible que empresas líderes, gestionadas por hombres que no tienen nuestros cuerpos (y no los entienden) determinen incluso nuestros sujetadores».

Es allí cuando Myrina nace y empezamos a diseñar prototipos, hacer sesiones de grupo con varias mujeres que habían afrontado cáncer de mama, tanto en Colombia como en España, hicimos modelos de prendas, hicimos sesiones de fitting y durante dos años nos dedicamos a identificar detalles que pueden tener las prendas para dar respuesta a las diversas necesidades que puede tener una mujer a lo largo de su vida. Y más motivación llego, muchas palabras de ánimos, apoyo, buenas energías y todas estas mujeres diciendo que ellas y muchas otras habrian querido y querían conocer a Myrina, que era una labor muy buena y completamente necesaria, esto me reafirmo que no era un idea descabellada y que estaba llena de amor, así que seguí y seguiré. 

Myrina nace porque cree que todas debemos tener acceso a prendas cómodas, funcionales y que nos hagan sentir libres y felices. Myrina nace porque cree que hay que hablar de cáncer de mama y normalizar además de visibilizar esta enfermedad. Y esto, permitirá que todas las mujeres entendamos de qué se trata y podamos exigir cuidados, analíticas, revisiones, etc que son necesarias para la detección temprana y así mismo desarrollemos la empatía que necesitamos como género para sanar de manera colectiva y apoyar la recuperación individual de cada una de las personas que afrontan la enfermedad.  Myrina nace como respuesta a un mundo lleno de tabús en el que la cosificación del cuerpo femenino causa dolor, rechazo, discriminación e incluso violencia. Myrina quiere que todas las personas que necesitan un sujetador lo encuentren sin distinciones, que lo disfruten y lo usen como lo deseen. 

«Myrina nace porque cree que todas debemos tener acceso a prendas cómodas, funcionales y que nos hagan sentir libres y felices»

¿Cuál es su valor añadido?

Más que hablar de un valor añadido, yo diría que Myrina es una alternativa, que tiene corazón y conciencia, esto hace que sea la primer marca de lencería inclusiva que ofrece prendas para todas las mujeres, sin importar la situación de vida, los cambios que haya tenido el cuerpo su cuerpo o el uso que le quieran dar a un sujetador. 

Myrina tiene opciones para todas y si no te van bien pues intentamos hacerla a medida. Myrina insiste en que los estereotipos no hacen falta y que juntas, podemos construir empatía, cooperación, igualdad y procesos de sororidad. Por eso veo a Myrina como un primer paso para transformar conceptos. Como me lo dijo una amiga tu cuerpo cambia, tu vida también y Myrina siempre estará para ti.

«Myrina insiste en que los estereotipos no hacen falta y que juntas, podemos construir empatía, cooperación, igualdad y procesos de sororidad».

¿Qué importancia le otorga a la comunicación dentro del mismo?

La comunicación en Myrina, es fundamental. Es una de las actividades más importantes porque como explicaba antes, Myrina tiene corazón, alma y conciencia y poder transmitirlo, es trascendental para lograr llegar a las personas de manera adecuada sin desdibujar la personalidad y el espíritu de la iniciativa. Adicionalmente, cuando hablas de conceptos como ropa íntima, senos, cuerpo femenino, de manera casi automática la gente recurre a imaginarios de «perfección» en los que todo es simétrico, atlético, inalcanzable por lo que si estas hablando de esto y de repente dices: cáncer de mama, mastectomia, reconstrucción… las personas, incluso nosotras mismas generamos un rechazo inmediato, como si no se pudiera usar el mismo sujetador por una mujer que está lactando que por una mujer que está recién operada de aumento de pecho o que por una mujer que no tiene un pecho. 

Entonces poder articular este discurso y llegar a todas las mujeres para que nos entiendan y reciban el mensaje con amor y empatía cuesta mucho y es una labor de emplear la comunicación de manera precisa. El otro día por ejemplo, estaba en una cena y hablábamos de Myrina con unos amigos, entonces, mi amiga me dice que va a comprar un sujetador y uno de los chicos que estaba presente le ha dicho algo así como «para irte anticipando»,  bueno ya te puedes imaginar todo lo que se explicó después, el corrigió lo que dijo,  pero ese comentario tan desacertado es muy común, por que estamos llenos de prejuicios y estereotipos, así que derribarlos cuesta y la gente tiene miedo a escuchar la palabra cáncer y lo destierra para poder hablarlo solo en fechas de lucha contra el cáncer o a situaciones específicas en ambientes como clínicas, centros de salúd, tiendas ortopédicas, etc. 

Myrina está intentando poder hablar de todo esto al tiempo, de manera abierta y normal, entonces pues es una tarea ardua que con mucho cuidado, cariño y entusiasmo vamos llevando a cabo. 

«Poder articular nuestro discurso y llegar a todas las mujeres para que nos entiendan y reciban el mensaje con amor y empatía cuesta mucho y es una labor de emplear la comunicación de manera precisa».

¿Cómo ha evolucionado durante su primera etapa de puesta en marcha y desarrollo, y qué retos asume, tanto para este año como para el medio plazo?

La evolución de Myrina (y la mía) ha sido increíble. Yo creo que jamás me habría imaginado que aprendería tanto y que pasaran tantas cosas que a veces entiendes y otras veces las interpretas después. El inicio del proyecto, de plasmar todo en papel y tener una idea de lo que debería ser, con timmings, presupuestos, responsabilidades, todo súper ajustado y definido es precioso al mismo tiempo que necesario por que a lo largo del camino te van pasando miles de cosas que muchas veces te hacen perder el rumbo entonces si vuelves a ese plan de ruta te ubicas, pero por supuesto lo vas actualizando por que las cosas del papel yo diría que tienen parecido con la realidad que te imaginas pero cuando ya estas en el campo con las manos en la masa te das cuenta que las cosas cambian mucho y la textura de la masa no es como te la imaginabas y prepararla te va a requerir otros ingredientes, costes, esfuerzo y tiempo. 

Pero es muy bonito, vas aprendiendo de todo ya que estas tan loco por que el proyecto avance que tienes todas las expectativas puestas y entonces cada día pasan cosas y cuando no pasan, te llenas de paciencia y aprendes que es una virtud que al final paga porque cuando estás loco y te anticipas pierdes dinero por ejemplo. Todas las personas que van apareciendo te llenan de ideas, aprendizaje, e incluso miedo y eso también es bonito. Y yo, además he tenido la suerte de contar con amigos muy buenos que me ayudan mucho, que han construido a Myrina conmigo (la sacaron de mi cabeza y la hicieron visible), con un grupo de mujeres increíbles que me han ayudado a que Myrina sea un hecho, me han motivado, inspirado y dado luz y por supuesto con una familia que me ha dado todo, me respaldan, me ayudan,me dan ánimos, me inspiran, me dan golpecitos para que siga y pues han traído a Myrina hasta aquí conmigo.

«Creo que jamás me habría imaginado que aprendería tanto y que pasaran tantas cosas que a veces entiendes y otras veces las interpretas después».

Yo que partí de hacer unos sujetadores mal hechos que dibujé y les pedí a las señoras costureras de la esquina de mi casa que los «materializarán» y me ayudaron durante un par de semanas a hacerlo, de aquí y con un pequeño fitting, pasé a hacer unos patrones de esos diseños, que no quedaron muy bien, pero sirvieron para hacer un fitting más grande y para construir nuevos patrones, hacer más fitting y una pequeña producción inicial para más fitting y aplicar nuevas correcciones para finalmente lograr la producción actual. Parece poco y sencillo pero son ya más de 3 años no solo con producto sino con la idea, que como un bebé, se ha gestado, ha crecido y ha madurado, me ha puesto en duda muchas veces pero que cada día me sigue motivando a seguir. 

Con respecto a los retos, son muchos pero para concretar un poco podría decir que el principal, es llegar, que el mundo sepa que estamos aquí y lograr que más mujeres encuentren en Myrina una alternativa para su realidad y pues poder aumentar las aportaciones que hacemos para investigación de cáncer de mama, ahora mismo una parte de lo que se recibe por cada prenda se dirige GEICAM y me gustaría aumentar ese porcentaje, además de quizás encontrar otras iniciativas a las que podamos apoyar. 

Y después, para este año seguro, lanzar en un par de semanas el sujetador transformable/adaptable que se llama Blanca en honor a mi tía abuela y que el concepto es que puedes adaptarlo para lo que necesites, copas de diferentes tallas, una sola copa, cerrarlo por delante o por detrás, escote más abierto o cerrado, diferentes colores, etc. También quiero identificar mejoras en las prendas y en la marca como tal, mejorar el tema de las bragitas y lanzar una nueva colección de prendas únicas. Para el medio plazo que quizás sea este año, me gustaría lograr hacer la primera colaboración para la colección de firmadas y lanzar los trajes de baño de Sol y Agua. Esto implica muchos retos adicionales para poder llegar a lograr lo que me propongo, pero si los desgloso no acabamos. 

«Para el medio plazo que quizás sea este año, me gustaría lograr hacer la primera colaboración para la colección de firmadas y lanzar los trajes de baño de Sol y Agua».

¿Qué significan para usted la igualdad y la inclusión?

Pues, quizás esto genere polémica porque llegarán los señores que hacen las definiciones de los términos y dirán que me invento cosas o quizás a muchas personas no les parecerá que mi interpretación sea afín a la suya, entonces pues me anticipo a decir que yo tengo mi forma de vivir e interpretar las cosas por lo que si hablamos de igualdad, para mi es vivir sin distinciones entre unos, unes, unas y otros, otres, otras. Igualdad es que todos podamos acceder de la misma forma al bienestar, ser libres, felices, estar sanos y vernos de igual manera unos a los otros. 

Y con respecto a la inclusión, creo que es un término que no debería existir, por que si existe es que mal lo hemos hecho porque hemos ido excluyendo por ahí. Pero como ya nos hemos equivocado pues hay que corregir por medio de la inclusión que para mí significa generar armonía a través de garantizar bienestar para todos y de promover la diversidad (en todos los aspectos) que hay en el mundo, por ejemplo en el caso de Myrina es el acceso a las mismas prendas, a los mismos discursos, al mismo bienestar, sin estereotipos ni distinciones. Borrar estas percepciones de diferencia, rechazo y discriminación, eso es inclusión y permite que se genere igualdad. 

«La inclusión es un término que no debería existir, por que si existe es que mal lo hemos hecho porque hemos ido excluyendo por ahí».

¿Desea lanzar un mensaje a la mujer que forma parte de la audiencia de Muy Segura?

Sí, cooperar para construir, Construir para transformar, Transformar para vivir, Vivir para empatizar, Empatizar para amar, Amara para cooperar y vuelve a empezar. En este caso el orden de los sumandos no altera el resultado, es mi mantra y creo que puede ayudar a todas las mujeres para inspirarse y creer tanto en sí mismas como en otras mujeres. Porque necesitamos querernos, creernos y aceptarnos más. Y el mundo necesitan muchas mujeres que tomen la iniciativa, necesita que trabajemos juntas, que logremos juntas y que creamos en la sororidad para generar bienestar. 

Y a las mujeres que están pensando en emprender pues muchos ánimos ya se que da vértigo pero hay que arriesgarse, vale la pena tomar la decisión y luchar por eso que creemos. Hay que ir dando los pasos poco a poco pero tratando de ir muy segura, no sabemos como resulte todo, pero el proceso definitivamente es enriquecedor y es mejor invertir en ese riesgo y todos los días tener el estómago con mariposas y la cabeza llena de ideas que pasar años frente al ordenador/movil pensado que habría sido si lo hubieras hecho. 

Y mucho amor, empatía y luz. 

«A las mujeres que están pensando en emprender pues muchos ánimos ya se que da vértigo pero hay que arriesgarse, vale la pena tomar la decisión y luchar por eso que creemos».

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