Desmintiendo los mitos más comunes sobre el cuidado del cabello

abril et nature

Son muchos los mitos que las personas concebimos como verdades cuando nos referimos a las rutinas de cuidado del cabello. Que cortarse el cabello hace que crezca más rápido, que no es necesario secarse el pelo en verano o que lavarse el cabello todos los días es malo. Son algunas de las afirmaciones más aceptadas y compartidas, pero, en realidad, se encuentran mucho más lejos de la realidad de lo que te puedas imaginar.

Bajo este contexto, y con la entrada de la época de mayor exposición solar y altas temperaturas, Pedro Abril, fundador de abril et nature; estilista capilar y peluquero especialista en color y cambio de imagen, comparte sus 25 años de experiencia en este campo para desmentir los mitos sobre el cuidado del cabello más extendidos. Y es que abril et nature, compañía especializada en la fabricación, distribución y comercialización de cosmética capilar y facial de calidad profesional quiere que puedas lucir una melena perfecta y sana este verano.

  1. Cortarse el cabello hace que crezca más rápido

Aunque el cabello corto o recién cortado da la sensación de mayor grosor, NO quiere decir en ningún caso que se haya engrosado de verdad. Tras pasar por la peluquería no se ve alterado el ritmo de crecimiento del cabello, que es de entre 1 a 1,5 cm al mes, ni el grosor o la textura, que son determinadas genéticamente. Un simple corte de pelo, por frecuente que sea, no modificará la estructura de tu cabello. Es más, cortar las puntas no va a tener ningún impacto en la raíz.

Es importante que tengas en cuenta que, si el cuero cabelludo y la raíz no están sanos, por mucho que cortes las puntas o hagas un buen tijeretazo, no conseguirás como resultado una malena abundante y saludable.

El cabello crece desde la raíz, por lo que la clave para que crezca a buen ritmo y con el brillo y la fuerza necesarios, es nutrirlo desde la base. Para conseguirlo, usar productos de calidad, como los que incluye la línea Cell Innove con células madre vegetales, o novedades como el serum de reparación total Molecular Therapy, marcaran la diferencia.

  1. No es necesario secar el pelo en verano

En realidad, no es aconsejable que el cabello esté mucho tiempo mojado, ya que, en este estado, se encuentra más débil y sensible, con más posibilidades de producir daños en la cutícula, que es la parte externa del tallo del pelo, y provocar alteraciones. Y lo mismo ocurre con el cuero cabelludo: dejar que permanezca mucho tiempo húmedo perjudica la salud capilar.

Por lo tanto, una exposición prolongada a la humedad conlleva una alta probabilidad de daño al cabello puesto que la fibra se hincha y se debilita. Se vuelve más quebradizo debido a la presión de la humedad sobre las delicadas proteínas que lo componen. Además, la temperatura de desnaturalización del cabello cae cuando el pelo está mojado, haciendo que pierda su estructura original.

Un truco: si eres de secarte el pelo al aire en verano, dale una pasada final con secador.

  1. El sol no afecta a la salud del cabello

Está científicamente comprobado que la exposición continua debilita la fibra capilar, la deshidrata e incluso puede llegar a modificar la textura de la hebra, mientras que el cuero cabelludo puede padecer de dermatitis o hipersensibilidad debido a la agresividad de los rayos UV.

La melanina, ese pigmento encargado de proporcionar al cabello su coloración natural, también suele verse perjudicada por la radiación solar, tendiendo a oxidarse, y a mostrar aspecto opaco y con alteraciones en la coloración.

Es importante proteger el pelo del sol y otros factores ambientales como agua salada, cloro o contaminación. Para ello, el uso de un buen protector solar, tanto si tienes el cabello teñido, como si lo luces al natural, te ayudará a mantenerlo a salvo.  Además, aportar hidratación será fundamental, y cuidar las puntas con más tendencia a abrirse, también.

  1. Lavar el pelo todos los días es malo

No hay ningún problema en lavarse el pelo a diario, es más, en algunos procesos como la caída del pelo (por ejemplo, por estrés), es recomendable. Por otro lado, aunque el pelo se pueda lavar a diario, no significa que tengas que convertir tu lavado en una sauna.

El cabello hay que lavarlo con la frecuencia necesaria para mantener un cuero cabelludo limpio. Y es importante entender que el cuidado básico de nuestro cabello implica una buena higiene capilar, por lo que, si es necesario, lo lavaremos todos los días.

Si mantenemos el cabello limpio tendremos muchas más posibilidades de tener un cabello sano. Por ello, tienes que lavar el pelo cuando lo notes sucio, y si es a diario, no pasa nada.

Champús de uso diario y/o detox resultan la base de la higiene regular, que puede complementarse con otros productos más específicos puntualmente. Exfoliarte el cuero cabelludo te sorprenderá, y te resultará tan necesario como relajante.

  1. No cepillarse el cabello muchas veces, porque hace que el pelo se caiga

El cepillado no solo no conlleva que el pelo se caiga más, sino que, además, puede incluso prevenir la caída. El cepillado elimina las impurezas y ayuda a distribuir la grasa natural del pelo para hidratarlo.

Un cepillado adecuado es recomendable porque estimula la circulación del cuero cabelludo: a mejor riego sanguíneo más nutrientes y oxígeno llegan, y, por tanto, más fuerte crece nuestro pelo. Eso es lo que evita que se caiga, así que, un cepillado correcto previene la caída.

  1. Lavar el cabello con agua fría es la ÚNICA manera de darle brillo

La mejor manera de aumentar el brillo es usar agua caliente al lavar con champú. Ayuda a eliminar la suciedad y la grasa del cuero cabelludo, y, además, potencia la acción del acondicionador.

Después de enjuagar el acondicionador cambia la temperatura del agua, que esté templada, y déjala así unos minutos. Esto ayuda a reducir la inflamación del cabello, lo que ayudará a tu cutícula a permanecer lisa.

Entendemos que, una temperatura más fría sí ayuda, pero no hay que congelarse en la ducha para conseguir un cabello brillante. Líneas como Cell Innove te aportarán suavidad y brillo espejo. La suma de buenos factores dará con el resultado que buscas.

  1. Puedes dominar el frizz con agua

El frizz no se domina con el agua. Se manifiesta cuando existe falta de hidratación, ácidos grasos y/o la fibra capilar se encuentra dañada. Existen factores climáticos que lo propician y agravan, como, por ejemplo, el exceso de sol, el viento o la lluvia. Si bien es cierto que en la mayoría de los casos podemos prevenir antes que curar para ganarle la batalla al encrespamiento

Este frizz aparece cuando nuestro pelo pide a gritos hidratación y nutrición, cuando lo tenemos muy poroso o cuando nos teñimos con mucha frecuencia. No renuncies a usar mascarilla al menos un par de veces a la semana, tu pelo lo agradecerá y tú podrás disfrutar de un momento zen de desconexión. Líneas específicas para combatir el encrespamiento como Nature Frizz, te ayudarán a cuidar de tu pelo y a marcar la diferencia.

Además, al salir de la ducha, evita envolver el cabello en una toalla y frotar. No se va a secar antes y, además, lo vas a dañar y a propiciar la electricidad estática.

  1. Llevar el pelo recogido daña el cabello

Es cierto que llevar el pelo recogido de forma muy tirante y durante un largo periodo de tiempo puede provocar que se inflame el folículo piloso y que, por tanto, el pelo quede más debilitado.

Pero en ningún caso debes evitar al 100% los peinados que tiren del cabello. Simplemente, debes ser consciente de que a largo plazo y poniendo en práctica este tipo de peinados diariamente, las consecuencias pueden ser poco beneficiosas para tu melena.

Hay formas de llevar el pelo recogido sin dañar el cabello, así pues, si no puedes soportar llevar el cabello suelto, tienes varias opciones de peinados recogidos que prácticamente no tiran del cabello. Algunos ejemplos pueden ser el moño bajo, la trenza boho o la coleta pulida.

  1. Solo se encrespan los cabellos finos

Si tienes mucho pelo, todo lo que esté relacionado con él también se multiplicará. Al haber más cantidad y grosor, se gasta más producto en lavarlo y tratarlo, se tarda más tiempo en secarlo y peinarlo, y, no nos olvidemos de los momentos malos: aquellos días en que el cabello se despierta rebelde y no hay forma de hacerse con él.

Cuando se tiene el pelo grueso, el encrespamiento es mayor y los días de pelo descontrolado, apagado, graso o seco también van a más. A la hora de cuidar el cabello grueso, hay que precisar de fórmulas que se adecúen a nuestro tipo de pelo, y hacer especial hincapié en el cuidado de las puntas, así como en los procesos.

  1. Hay que cepillar el cabello nada más salir del agua

El cabello es muy frágil cuando está húmedo. Las escamas de queratina que protegen el tallo capilar se debilitan y se levantan por la acción del agua. De esta forma, la barrera protectora que forman sobre el cabello se debilita, haciendo que la fibra se vuelva porosa y más sensible ante las agresiones externas.

Por lo tanto, el cabello mojado es mucho más vulnerable y tiende a romperse con facilidad cuando pasamos el cepillo. Por esta razón, no debes cepillarte el cabello cuando está húmedo si quieres evitar dañarlo. Los protectores solares cuidan el pelo del sol, agua salada y clorada, protegiéndolo y facilitando el peinado. Son un imprescindible de verano y en climas muy soleados.