Dra. María Agustina Segurado (SClinic): «El comportamiento de la piel ante el sol cada vez se conoce mejor»

‘Muy Segura’ entrevista a la Dra. María Agustina Segurado, de SClinic. Dermatóloga-jefe de sección del Hospital Universitario del Sureste (Arganda del Rey).

¿Qué retos ha de afrontar nuestra piel con la llegada del verano?

La llegada del verano es uno de los momentos más apetecibles del año. Los días más largos, la luz más intensa y el buen tiempo hacen que suba nuestro tono vital.

La piel también agradecerá la llegada de la época estival, si sabemos cuidarla adecuadamente. Para ello debemos conocer a qué nos enfrentamos.

La estación del verano se caracteriza por el sol, los cambios de temperatura, por el empleo de aires acondicionados, el viento y la sequedad del aire. Y es cierto que el sol tiene muchos efectos positivos sobre nuestra salud como la síntesis de vitamina D para nuestro sistema inmunitario y para nuestra salud ósea o el efecto antidepresivo y anti-estrés, pero también produce efectos peligrosos sobre los que debemos insistir. La exposición a los rayos ultravioleta (UV) del sol es uno de los factores más importantes para el envejecimiento prematuro y el desarrollo de cáncer de piel. Y junto con el sol, las famosas lámparas de bronceado que tanto se usan en esta época para “preparar o intensificar” el bronceado, se suman al daño que producen los rayos solares.

Por otro lado el viento, la sequedad ambiental y los cambios de temperatura favorecen la deshidratación de nuestra piel que se traduce en una piel apagada, áspera, descamada y a veces con síntomas de dermatitis.

«La exposición a los rayos ultravioleta (UV) del sol es uno de los factores más importantes para el envejecimiento prematuro y el desarrollo de cáncer de piel».

¿Cuál es la mejor forma de protegerla frente a la radiación solar?

El bronceado de la piel, que nos da un aspecto más favorecido y agradable, es resultado de la síntesis de melanina por unas células de nuestra piel, los melanocitos, en respuesta a la radiación UV. Es decir que el hecho de “ponernos morenos” es realmente una autoprotección fisiológica ante el sol y de hecho la experiencia nos dice que una vez que conseguimos ponernos morenos, es menos frecuente que nuestra piel se queme. Pero es que además la melanina posee una acción antioxidante neutralizadora de los radicales libres actuando como una coraza protectora que impide el daño del material genético ADN celular. Sin embargo, no todas las pieles se comportan igual. Existe una melanina oscura o “de buena calidad” conocida como eumelanina y una melanina de color anaranjado conocida como feomelanina que no posee prácticamente ninguna acción defensiva (personas de piel muy blanca y pelirrojos).

Además del bronceado, que sería el filtro natural, la protección solar más eficaz se consigue con el uso de los filtros de protección solar. La elección de un buen producto es fundamental. Los fotoprotectores se deben adaptar a nuestro tipo de piel, si es grasa- mixta o seca y a nuestro fototipo de piel, es decir a nuestra capacidad para broncearnos- quemarnos. De hecho los protectores solares se denominan FPS 20, 30 o 50+ en función del tiempo que son capaces de impedir que nuestra piel se ponga “roja”. Es decir si nuestra piel se quema en 20 minutos con un FPS 50 podemos mantener nuestra piel sin riesgo durante 20×50 minutos. Además de esta medida está la protección frente a radiación UVA y frente a la luz azul- luz visible que se consigue combinando en la formulacion distintos tipos de activos.

«La elección de un buen producto es fundamental. Los fotoprotectores se deben adaptar a nuestro tipo de piel, si es grasa- mixta o seca y a nuestro fototipo de piel, es decir a nuestra capacidad para broncearnos- quemarnos».

Otras medidas de protección incluyen reducir el tiempo de exposición y empezar con exposiciones breves e ir aumentando el tiempo de exposición a medida que la  piel se vaya bronceando. Evitar el tomar directamente el sol en las horas centrales del día, llevar gafas y ropa adecuada como gorros, camisas, vestidos que cubran la mayor superficie posible de la piel.

Especial cuidado han de tener las personas con una piel blanca, con cabello rubio o pelirrojo, ojos azules o verdes, personas que se queman fácilmente o se llenan de pecas o aquellos con un sistema inmunológico debilitado ya sea por enfermedades o tratamientos médicos.

«Otras medidas de protección incluyen reducir el tiempo de exposición y empezar con exposiciones breves e ir aumentando el tiempo de exposición a medida que la  piel se vaya bronceando».

¿Qué tratamientos existen en el mercado de cara a preparar la piel para el buen tiempo?

Pues si pensamos en los que señalamos inicialmente debemos buscar tratamientos de hidratación intensiva y de protección de los posibles daños que puede producir el sol en nuestra piel.

En este punto creo importante señalar una serie de pautas para realizar en casa y que pueden ser complemento de otra serie de cuidados profesionales desde la consulta de Dermatología.

A diario debemos adoptar una rutina de cuidados cosméticos que aporten principios activos antioxidantes como vitaminas C y E, coenzima Q10, los polifenoles y flavonoides del te verde o el resveratrol… En esta línea algunos fotoprotectores han incorporado algunos activos que potencian el bronceado, uno de ellos, el ácido glicirretínico alarga el bronceado a la vez que aumentan la defensa de la piel ante el sol.

«Debemos buscar tratamientos de hidratación intensiva y de protección de los posibles daños que puede producir el sol en nuestra piel».

Otra ayuda es la nutricosmética, con un contenido en betacarotenos y vitaminas, nos ayuda a reducir el riesgo de quemadura solar, estimular el bronceado y disminuir el daño producido por la radiación. Yo recomiendo empezar 2-4 semanas antes de la exposición solar y mantener la toma durante toda la temporada de sol.. Junto con la nutricosmética siempre recomendamos una dieta rica en frutas y verduras de color rojo-naranja como zanahoria, tomate, melocotón, sandia, frutas de piel oscura como nectarinas, ciruelas, alimentos de alto contenido en omega 3 como los frutos secos, el aceite de soja o el pescado azul y alimentos con polifenoles: manzanas, cebollas, te verde, uvas y alguna copita de vino tinto.

Por otro lado existe el bronceado “artificial” para esas personas que no pueden o no quieren tomar el sol, tienen intolerancias solares o se queman fácilmente. Su activo es un derivado de la caña de azúcar que produce una reacción con las células de la capa más superficial de la piel (capa córnea) y las tiñe de un color que imita al bronceado. Cada vez este tipo de productos están más desarrollados y ofrecen resultados estéticamente muy recomendables.

«Otra ayuda es la nutricosmética, con un contenido en betacarotenos y vitaminas, nos ayuda a reducir el riesgo de quemadura solar, estimular el bronceado y disminuir el daño producido por la radiación».

Junto a esta rutina de cuidado en casa existen tratamientos que se pueden realizar en cabina profesional o en la consulta de Dermatologia para preparar nuestra piel para el verano como una exfoliación periódica, más intensa para retirar la capa de células muertas, alisar y uniformar la piel, el bronceado con spray de caña de azúcar una técnica cada vez más popular por el buen aspecto que consigue en la piel, los tratamientos de hidratación intensiva con envolturas de mascarillas emolientes que retienen agua en la piel de una forma más intensa y duradera o tratamientos más dermatológicos como la mesoterapia con ácido hialurónico y vitaminas o la radiofrecuencia para proteger y retardar el envejecimiento del colágeno.

«Junto a esta rutina de cuidado en casa existen tratamientos que se pueden realizar en cabina profesional o en la consulta de Dermatologia para preparar nuestra piel para el verano».

¿Cuáles son sus principales recomendaciones al respecto?

Pues, resumiendo todos los cuidados que hemos ido señalando, el verano es una época ideal para disfrutar de nuestra piel.

Será muy importante la hidratación tanto externa como interna, bebiendo al menos 8 vasos de agua al dia, comiendo al menos 5 piezas de fruta o verdura y evitando las exposiciones prolongadas al sol.

Escoger un buen fotoprotector. El comportamiento de la piel ante el sol cada vez se conoce mejor y, de hecho, los últimos avances en cosmética lanzan productos que, aparte de bloquear la radiación solar, protegen la célula, impiden los daños en el ADN y revierten futuras lesiones en la piel fotoexpuesta. Algunos de ellos hasta incluyen algunos principios que bloquean los mecanismos por los que se producen las manchas.

«El comportamiento de la piel ante el sol cada vez se conoce mejor y, de hecho, los últimos avances en cosmética lanzan productos que, aparte de bloquear la radiación solar, protegen la célula, impiden los daños en el ADN y revierten futuras lesiones en la piel fotoexpuesta».

Uno de los problemas más frecuentes de la exposición al sol son las manchas o lentigos que éste ocasiona en la piel (muchas veces a pesar de tomar muchas precauciones). ¿Qué tratamientos podría recomendar para paliar esta situación y mejorar el aspecto de nuestra piel?

En Dermatologia utilizamos varios tratamientos y técnicas para eliminar las “manchas” o lentigos de la piel. Empezaremos por una buena historia clínica que nos oriente al diagnostico tanto de la lesión como del tipo de piel del paciente: si es una piel sensible, o cicatriza mal, o es una piel oscura…, ya que será fundamental para que el tratamiento sea lo más seguro y obtengamos los mejores resultados.

En cuanto a las técnicas que podemos ofrecer están los diferentes tipos de peelings quimicos (glicólico, tricloroacético, láctico, fenol…), diferentes tipos de laser (IPL, laser Qswitched, laser de pico segundos, laser fraccionado…), mesoterapias con vitaminas y activos despigmentantes, diferentes tipos de tratamientos en cabina con acción despigmentante, líneas de cosmética dermatológica especificas, nutricosmética…

«En Dermatologia utilizamos varios tratamientos y técnicas para eliminar las “manchas” o lentigos de la piel. Empezaremos por una buena historia clínica que nos oriente al diagnostico tanto de la lesión como del tipo de piel del paciente».

¿Desea añadir algún comentario adicional?

Nuestra piel, como bien sabemos, nace con un “capital solar”. A medida que vamos recibiendo radiación solar se van gastando sus mecanismos de defensa de una forma acumulativa, de manera que llega un momento en el que comienzan a aparecer signos de alarma en forma de manchas, verrugas, queratosis… Todo ello nos indica que debemos intensificar las medidas de protección para evitar daños más importantes como podría ser el cáncer de piel.

Para finalizar, aconsejar el tener especial cuidado con nuestros niños y adolescentes y enseñarles esa rutina de cuidados de la piel igual que se hace, por ejemplo, con los dientes. Porque es la piel que llevamos encima y la que nos acompañará toda nuestra vida.

«Aconsejo tener especial cuidado con nuestros niños y adolescentes y enseñarles esa rutina de cuidados de la piel igual que se hace, por ejemplo, con los dientes».

La Dra. Segurado ofrece un 20% de descuento en el tratamiento exfoliante y bronceado de caña de azúcar para las lectoras de Muy Segura en SClinic (Lagasca 18). http://www.sclinic.es/proyecto/tratamientos/.

Deja una respuesta