Dra. Paloma Nacher (pediatra): «Creo que, en general, los padres no estamos preparados para el confinamiento con nuestros hijos»

‘Muy Segura’ entrevista a la Dra. Paloma Nacher, licenciada en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en el Hospital Gregorio Marañón. Coordinadora jefe del Servicio de Pediatría y Neonatología del Hospital La Milagrosa hasta el año 2019.

Recientemente, la Dra. Nacher ha participado en el encuentro online: «Resuelve tus dudas», organizado por el Colegio Ábaco con el objetivo de ayudar a los padres a solventar una amplia gama de dudas y preguntas acerca del cuidado de nuestros hijos ante la situación generada por la llegada del COVID-19.

¿Puede contarnos los principales hitos que identifica en su trayectoria profesional y qué han significado para usted?

Señalaría como pintoresco el día que obtuve mi título de Médico y me dieron una suplencia de verano en un ambulatorio de Madrid.  No he pasado más miedo en mi vida.

Pero, sin duda, lo que más me ha marcado en mi trayectoria profesional y seguramente en mi vida también, ha sido trabajar en África en la selva de Camerún, junto a un grupo de valientes monjitas que entregan su vida todos los días por atender a los enfermos allí. Con muy pocos medios, se consiguen auténticos milagros, hasta el punto de que la ciencia y el milagro se dan la mano continuamente.

«Lo que más me ha marcado en mi trayectoria profesional y seguramente en mi vida también, ha sido trabajar en África en la selva de Camerún, junto a un grupo de valientes monjitas que entregan su vida todos los días por atender a los enfermos allí».

En un momento como el actual ¿cómo esta viviendo desde su profesión las distintas fases por las que estamos atravesando?

Pues supongo que como todo el mundo. Al principio con incredulidad. Luego con auténtica sorpresa, para seguir con ánimo suficiente para ayudar a todo el que se pueda. Los sanitarios, de alguna forma, estamos entrenados a mirar antes por el bienestar de los demás que por el nuestro, y ha quedado demostrado con todas las situaciones heroicas que se han vivido solo pensando en salvar vidas.

«Los sanitarios, de alguna forma, estamos entrenados a mirar antes por el bienestar de los demás que por el nuestro».

COVID-19 y niños: Si bien parece que la influencia de la enfermedad sobre los niños, a día de hoy, es mínima, ¿cuáles son las principales repercusiones de esta crisis para nuestros pequeños?

Es verdad que en la mayoría de los casos, los niños no padecen la enfermedad o lo hacen de forma muy inespecífica. Esto les hace especialmente peligrosos para la trasmisión del virus, ya que el niño, portador sano, lo toca todo, se arrima a todos los sitios, besa a todos, hay que cambiarle pañales, ayudarle a vestirse o vestirle, limpiarle moquetes,…..  Todo esto son maniobras en contra de la distancia de seguridad y de la seguridad en general. Pero son niños… ¿Quién puede detenerlos?

Pero esto ha llevado a dañar mucho otros aspectos. El niño que tiene un abuelo, tiene un tesoro. Tesoro al que adora. Y el abuelo que tiene un nieto, pierde la vida por él. La situación ha hecho que se haya tenido que romper ese hilo de conducción tan bonito y tan necesario para las dos partes. Confío en que muy pronto vuelvan a abrazarse.

El confinamiento con los padres ha conseguido que la mayoría de los niños que no estaban acostumbrados a convivir tantas horas con los padres, ahora pueden disfrutar de ellos todo el día. Este es el mejor premio para un niño, y seguramente muchos se verán afectados cuando tengan que volverse a separar.

Y no quiero dejar pasar la oportunidad de recordar a los padres que la tableta, el móvil…..las pantallitas en definitiva, son el peor recurso al que se debe recurrir para que el niño se tranquilice y no incordie.  Los niños son niños y los adultos tenemos que aprender a entretenerles, tenerles ocupados, en definitiva, tenemos que aprender a ser padres.

«No quiero dejar pasar la oportunidad de recordar a los padres que la tableta, el móvil…..las pantallitas en definitiva, son el peor recurso al que se debe recurrir para que el niño se tranquilice y no incordie».

Según su experiencia: ¿cuál es la percepción de un niño acerca de este nuevo ‘bicho’?

Mi experiencia es que en algunos aspectos nos hemos pasado. Hemos volcado nuestro esfuerzo en hacer comprender al niño que en la calle había un bicho que nos podía matar, y la imaginación del niño ha hecho el resto. Tenemos niños con crisis de ansiedad, pesadillas, no duermen bien por la noche, atemorizados por su vida y por la de sus padres y abuelos… una pena. Hay muchos que ahora se niegan a salir a la calle por temor a encontrarse con el bicho.

En cualquier caso, la cabeza de un niño es tremenda y se acopla a todo. Lo hemos visto en estos dos meses que han permanecido encerrados. Volverán a la normalidad, pero hay que seguir hablando con ellos. Mucho…

«Tenemos niños con crisis de ansiedad, pesadillas, no duermen bien por la noche, atemorizados por su vida y por la de sus padres y abuelos… una pena. Hay muchos que ahora se niegan a salir a la calle por temor a encontrarse con el bicho».

¿Considera que estábamos, o que estamos, los padres lo suficientemente preparados para vivir junto a nuestros hijos una situación de confinamiento? ¿Cuáles son nuestras principales preocupaciones?

En general, nadie estaba preparado para una situación así.  Nos ha desbordado a todos.

Los padres hoy día, vivimos una vida muy complicada. Trabajamos y trabajamos para darles lo mejor a los hijos y no nos damos cuenta de que lo mejor para ellos es estar mucho más tiempo con nosotros. Y eso, precisamente, es lo que no les damos. Con el afán de mejorar nuestras vidas, vivir mejor, tener mejores cosas, etc, no hemos aprendido a ser padres, por lo que en una situación como esta, de convivencia intensa un día después de otro, los padres estamos machacados. No entendemos a nuestros hijos, no sabemos entretenerles, vivimos un mundo distinto, nos agotan y desquician y difícilmente llegamos a un acuerdo. Y vuelvo a insistir, desgraciadamente el acuerdo se consigue a través de las pantallitas.

En definitiva creo que, en general, los padres no estamos preparados para el confinamiento con nuestros hijos, pero no importa, la bondad e inteligencia de ellos hace que estén felices por este acercamiento y convivencia intensa que el coronavirus les ha regalado.

«Los padres hoy día, vivimos una vida muy complicada. Trabajamos y trabajamos para darles lo mejor a los hijos y no nos damos cuenta de que lo mejor para ellos es estar mucho más tiempo con nosotros».

Prudencia, prevención, sensibilización, sentido común… ¿hay algo que podamos aprender de nuestros pequeños acerca de la gestión de esta crisis?

El virus sigue estando ahí. Se sigue infectando gente, algunos con complicaciones severas. Esto solo quiere decir una cosa: que no bajemos la guardia, sigamos manteniendo la distancia social (para mi la mejor arma de la que disponemos) y sigamos lavándonos las manos continuamente con agua y jabón o con los geles de hidroalcohol. Las mascarillas en niños menores de 4 años no tienen razón de ser. Diría que son hasta contraproducentes y, en niños más mayores, si las saben manejar y no las manosean, bien. Los guantes no sirven nada más que para crearnos una falsa sensación de protección que no es verdad.

Y cuando empiecen los colegios, por favor, no lleven a los niños si están malitos.

«Cuando empiecen los colegios, por favor, no lleven a los niños si están malitos».

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