Redacción ‘MS’- Según las previsiones de Euler Hermes, en Europa las tasas de ahorro de los hogares podrían aumentar en +20pp, hasta un 36% de media en el segundo trimestre de 2020 (véase el gráfico 1). Esto supone 1,3 billones de euros de ahorro adicional o el 10% del PIB. El ahorro total podría alcanzar un máximo de 2,3 billones de euros. En 2009, el ahorro de los 28 países miembros de la Unión Europea aumentó en 100.000 millones de euros, con un total de 1,1 billones de euros de ahorro total (anualizado) durante la crisis. En España, la tasa de ahorro durante el confinamiento ha crecido un 35% y podría seguir siendo muy alta durante la desescalada, casi un 25%. Hacia finales de año, podría estar cerca del 20%, lo que reflejaría una falta de confianza.
El confinamiento ha provocado que el consumo en muchos sectores – desde comer fuera hasta viajar – sea literalmente imposible. El consumo privado caerá aproximadamente el 35% durante el confinamiento. Además, según las previsiones, el 40% de la población activa podría sufrir desempleo parcial, lo que en parte protegerá sus ingresos, pero provocará una pérdida del 20% al 40% de sus ingresos disponibles; el ingreso total de los hogares podría disminuir del 8% al 16%. En general, la tasa de ahorro aumentaría unos +5pp debido a una caída del ingreso total de los hogares del 5% y una caída del consumo privado del 10%.
En España, la tasa de ahorro durante el confinamiento ha crecido un 35% y podría seguir siendo muy alta durante la desescalada, casi un 25%. Hacia finales de año, podría estar cerca del 20%, lo que reflejaría una falta de confianza.
Durante la salida progresiva del confinamiento, el ahorro preventivo podría convertirse en un problema: las tasas de ahorro permanecerían +6pp por encima de los niveles anteriores a la crisis, en un 21% a finales de 2020. Esto significa unos 400.000 millones de euros, o el 3% del PIB. En tiempos convulsos, los hogares se vuelven más reacios al riesgo y pueden huir del consumo o la inversión. Estos ahorros preventivos repercuten en la actividad económica, manteniéndola por debajo de su potencial. Los ahorros excesivos o preventivos no suelen utilizarse como capital a largo plazo, sino como depósitos bancarios. Los bancos probablemente restringirán las condiciones de crédito y se mostrarán reacios a conceder nuevos préstamos en tiempos de crisis. Durante el proceso de salida del confinamiento, prevemos que el consumo privado permanecerá entre un 10% y un 15% por debajo de los niveles previos a la cuarentena, ya que esperamos que, de media, un tercio de los empleados con desempleo parcial puedan perder sus trabajos.
Mientras no haya una vacuna eficaz contra el COVID-19, los países seguirán siendo vulnerables a nuevos brotes de la pandemia, lo que provocaría la repetición de las fases de confinamiento y reinicio. La reacción obvia de los hogares será aumentar el ahorro, especialmente en los países con altos niveles de deuda familiar y creciente desempleo (países nórdicos, Países Bajos, Reino Unido y, en menor medida, Francia, Bélgica, España y Portugal, véase el gráfico 2).
Durante el proceso de salida del confinamiento, prevemos que el consumo privado permanecerá entre un 10% y un 15% por debajo de los niveles previos a la cuarentena, ya que esperamos que, de media, un tercio de los empleados con desempleo parcial puedan perder sus trabajos.
Los legisladores deberán centrarse en políticas para desbloquear el ahorro. La confianza debe ser lo primero: tests, máscaras, protocolos sanitarios, tratamientos y vacunas ayudarán a crear un entorno propicio para el desahorro:
- Acciones específicas y complementarias a las existentes. Los planes de desempleo parcial y de garantías públicas, muy eficaces en tiempos de crisis, pueden fomentar el ahorro preventivo por miedo a la pérdida de empleo y a unas condiciones crediticias más estrictas. Evitar los efectos inesperados y de arrastre podría ayudar a financiar una inversión pública concreta (verde, digital, I+D) con grandes efectos multiplicadores – incluyendo recortes en los impuestos de sociedades y sobre el trabajo, en lugar de en impuestos al consumo o transferencias.
- Protección social flexible. Es imperativo superar las cautelas de los hogares contra la inversión de su exceso de ahorro, por ejemplo, para la jubilación. La clave del éxito son los productos adecuados – que combinan seguridad, flexibilidad y rentabilidad a largo plazo – así como más inversiones en formación financiera, fácil acceso a la gestión patrimonial y apoyo para personas de ingresos bajos y medios, para evitar los errores de 2009.
- Fluidez estructural. Los multiplicadores fiscales y la propensión al consumo dependen del tamaño relativo del mercado interno de cada país, la flexibilidad salarial, el tamaño de los estabilizadores automáticos y sus niveles de deuda.