El reto del Humanismo Digital en el Seguro

Por Javier García-Bernal, Presidente de APROMES;

y Alberto Hoyos Moliner, Director Académico de la Escuela Internacional de Seguros y Finanzas

JAVIER GARCÍA-BERNAL: «Los límites a la digitalización«

Si echamos la vista atrás hacia la historia de la humanidad, observamos que las dos grandes revoluciones nacidas a finales del Siglo XIX y a comienzos del Siglo XX, me estoy refiriendo a la demográfica y a la industrial, nos han adentrado en un paradigma, que ha propiciado una nueva revolución, en este caso científica.

Hoy, ese nuevo paradigma abordado por Thomas Kuhn al referirse a los cambios sociológicos fundamentalmente debemos encontrarlo en la vertiginosa evolución de las máquinas, y no me estoy refiriendo a las invenciones transformadoras surgidas en el Siglo XX, como fueron el ferrocarril, el telégrafo eléctrico, entre otras, sino al mayor desarrollo que podíamos imaginar y que cada día empuja con más fuerzas en nuestro mundo actual, como es el avance de las tecnologías.

Acudo a lo largo del año a encuentros en el sector asegurador y no existe ni una sola intervención profesional o ponencia que no aborde lo que hoy conocemos como “Inteligencia Artificial “. Por ello, me pregunto: ¿qué pensarían Tales de Mileto o Benjamín Franklin, si supiesen que hoy, lo artificial, tiene memoria?,

El mundo digital ayuda, pero como todo, sin control, genera riesgos permanentes; prueba de ello son los cada vez más numerosos ataques informáticos, los que conocemos como ciberataques. Por ello, la Unión Europea acaba de acordar ser la primera región mundial que regule de forma completa los usos de la Inteligencia Artificial (IA), a través de una vanguardista normativa que va a marcar la forma por la que debe regirse la tecnología, limitando al máximo los riesgos y garantizando la protección de los principios humanos y de la confianza, basados en la ética.

Con avances normativos como el referido se encontrará, no solo la eficacia de la información y la comunicación en todos los órdenes de la vida, sino el respeto al bien más preciado como es la persona, ya que ésta es la creadora de estas herramientas y, por lo tanto, nunca estos avances pueden llegar a anular el lado humano. Solo de ese modo seguiremos avanzando en este camino marcado por la actual revolución científica, sin que caigamos en aquello que, en cierta medida, ha supuesto el fracaso por falta de previsión de futuro, las mencionadas revoluciones demográfica e industrial.

«El mundo digital ayuda, pero como todo, sin control, genera riesgos permanentes; prueba de ello son los cada vez más numerosos ataques informáticos, los que conocemos como ciberataques».


ALBERTO HOYOS MOLINER: «La necesaria humanización de las organizaciones en la era digital»

En los últimos años, estamos viviendo en una gran transformación tecnológica y digital, desde la pandemia podemos decir que una auténtica aceleración digital,  que ha cambiado nuestras formas de comunicación y hasta nuestras costumbres sociales. Si nos referimos al mundo empresarial, estamos viviendo la era de la digitalización en todos los órdenes.

Pero no podemos describir el momento actual sin mencionar las siguientes realidades que afectan a las empresas y organizaciones:

  • un mundo y una economía global
  • el acceso a toda la información en Internet
  • gran competencia en todos los sectores y países
  • nuevos negocios y nuevos puestos de trabajo con las nuevas tecnologías
  • grandes multinacionales que operan en mercados globales
  • clientes más informados y más exigentes con nuevas necesidades
  • nuevos clientes digitales y negocio digital
  • la rentabilidad, la eficiencia y la productividad.

Y un hecho generalizado que está marcando el modelo social de comportamiento como es el culto al dinero, ganancias rápidas y fáciles, frente a la cultura del esfuerzo, del mérito y del trabajo a medio y largo plazo:

«El valor por lo que tienes, más que por lo que eres».

Todas estas realidades condicionan el funcionamiento interno de las Empresas, que son un reflejo de las sociedades donde nacen, donde se desarrollan y donde viven y los profesionales trabajan en organizaciones cada vez menos humanas y más tecnológicas siendo, en muchas ocasiones, números productivos, sin pasado ni trayectoria profesional.

Cuanto más tecnología, más humanización, cuanto más digitalización, más necesario el humanismo. La tecnología puede aislar, enfriar, distanciar…debemos hacer más esfuerzo que nunca en humanizar las organizaciones.

El ser humano es comunicación y es un ser social y cada vez se pasa más tiempo aislado y solo con las redes sociales, la navegación por internet y la comunicación escrita digital.

Se puede decir que la falta de compromiso y de motivación de los trabajadores de las empresas y los profesionales colaboradores de ellas, son producto de organizaciones frías, robotizadas, individualizadas,… deshumanizadas.

Esta creciente deshumanización se traduce en el día a día y se observa en los siguientes hechos:

  • falta de compromiso, falta de implicación y escasa motivación
  • sin identificación con el proyecto empresarial
  • sin sentimiento de pertenencia
  • se trabaja por el objetivo de cobrar a fin de mes
  • desinformación, comunicación informal y rumorología
  • sin valoración del pasado ni de la trayectoria profesional
  • sentimiento de número sustituible por encima del sentimiento de persona
  • fuga de talentos sin retención
  • sustitución de la experiencia, del talento senior por el trabajo junior y barato

Toda empresa y organización está integrada por personas con sus sentimientos, vida privada, miedos, inquietudes, problemas…, son sistemas que funcionan por la suma del trabajo de personas, no son logotipos, marcas, edificios que funcionan solos.

Cuántas veces se escucha:

  • “El capital humano es lo más importante de la empresa“
  • “Las personas son el factor clave para la competitividad“
  • “El factor humano es lo esencial para ser líderes“
  • “Las personas son nuestro valor diferencial”
  • “De todos los recursos de la empresa, los recursos humanos son lo primero“

Son frases hechas y repetidas que suenan bien en Congresos, en Conferencias y en Presentaciones de empresa, son buenas expresiones que han ido perdiendo valor por no ser creíbles si los hechos no son coherentes.

Por todo ello, es necesaria la humanización de las organizaciones empresariales actuales con hechos, no con palabras.

La herramienta que tenemos para desarrollar es un modelo de humanismo digital, con la gestión de personas que comience con el Cliente Interno (empleados y colaboradores) y se proyecte hacia el Cliente Externo (clientes y sociedad).

El modelo de humanismo digital tiene como objetivo principal conseguir el compromiso, la implicación y la identificación con los objetivos comunes de la organización y la empresa, a través de la motivación, trato, valoración, reconocimiento y experiencia de los empleados y colaboradores como personas, en toda la dimensión de la palabra.

Este modelo debe conseguir la calidad de vida personal y profesional, la conciliación y equilibrio personal y profesional, con sistemas efectivos y medidas concretas y satisfacer las necesidades reales de empleados y clientes mediante la escucha activa y la medición de la experiencia como empleado y persona.

La humanización tiene que establecerse dentro del modelo de gestión de personas pero también tiene que recogerse como principio y valor esencial de la organización y dentro del plan estratégico de la empresa e implantarse en los diversos planes operativos, con el director de Personas en el Comité de Dirección con poder ejecutivo.

«Cuanta más digitalización, más humanización. Hechos, no palabras«.

«La herramienta que tenemos para desarrollar es un modelo de humanismo digital, con la gestión de personas que comience con el Cliente Interno (empleados y colaboradores) y se proyecte hacia el Cliente Externo (clientes y sociedad)».