Innovación y creatividad en equipo: Una necesidad para las empresas

Por Eva García, socia fundadora en Coaching on Focus, consultora de RR.HH., Bioquímica y Neurocoach.

Vivimos en la era de la inteligencia. Ya hemos dejado atrás la era del conocimiento, donde se prestaba más atención a los contenidos y a la cantidad de información que éramos capaces de almacenar. Ahora toca saber qué hacer con toda esta información, toca desarrollar nuestra creatividad.

No fue hasta mediados del pasado siglo cuando se comenzó a hablar de creatividad. Guilford, presidente de la Asociación Americana de Psicólogos, daba la voz de la alarma acerca de los pocos estudios que se habían realizado sobre la creatividad si lo comparábamos con los estudios sobre la inteligencia. Ambos conceptos tienen algo en común: durante mucho tiempo se consideraron estáticos, es decir, o eras inteligente o no podías llegar a serlo, y lo mismo ocurría con ser o no ser creativo.

«A día de hoy sabemos que, lejos de ser estáticos, creatividad e inteligencia son constructos dinámicos, en cuyo desarrollo y adquisición tiene mucho que ver el ambiente, el entorno y la motivación».

Aunque desde hace décadas se considera la creatividad como una habilidad que puede ser aprendida y enseñada, nos encontramos aun hoy en día con multitud de mitos alrededor de ella:

Mitos alrededor de la creatividad:

  • Es un talento natural que no puede ser enseñado
  • Proviene solo de los rebeldes
  • Sólo son creativos los artistas
  • Solo requiere liberar la mente
  • Se produce de manera espontánea y no por experiencia y reflexión
  • Son una ráfaga de ideas descabelladas
  • Genera siempre ideas “grandiosas” o que se da a pasos agigantados

Nada más lejos de la realidad. Quizá no todos podamos ser genios, pero de lo que no me cabe ninguna duda es que todos podemos ser creativos.

Ya no vale esa frase de “¡Es que yo no soy nada creativo!! ¿te reconoces? O cuantas veces lo hemos oído a personas de nuestros equipos cuando tenemos un reto o nos planteamos  la búsqueda de una solución diferente.

El proceso creativo no es fruto de las musas, sino del esfuerzo y del trabajo. No es el resultado únicamente de la inspiración, sino de un proceso bastante más organizado.

«La creatividad se entrena, tanto a nivel individual como colectiva».

¿Por qué debemos desarrollar la creatividad en nuestros equipos?

En un mundo en constante cambio, la innovación es la diferencia que marca la diferencia entre unas empresas y otras. La innovación es el corazón de la propuesta  de valor para el cliente.

Si queremos ser competitivos, debemos ser innovadores y para ello debemos ser creativos. No podemos entender la innovación sin creatividad.

La creatividad es una habilidad que se ha asociado en múltiples estudios con otras habilidades propias del emprendimiento, como son la curiosidad y la asunción de riesgos. ¿Quién no quiere un emprendedor dentro de sus equipos? Es cierto que para ello, debemos crear entornos adecuados que permitan potenciar la creatividad.

¿Cómo podemos potenciar la creatividad?

  1. Objetivos compartidos: debemos garantizar que los objetivos marcados sean compartidos y conocidos por todo el equipo. El sentido de pertenencia
  2. Entornos de confianza: potenciar ambientes donde nuestros equipos se sientan libres para poder contribuir y compartir sus ideas, sin riesgo de ser juzgados.
  3. Ver el error con una connotación positiva: y como un paso necesario para alcanzar el éxito
  4. Empoderar las diferencias: organizar los equipos fomentando la diversidad y la multiculturalidad. Obtendremos diferentes perspectivas y puntos de vista que enriquecerán y multiplicarán las opciones.
  5. Conocer las motivaciones del equipo: no a todos nos mueven las mismas cosas, conocer qué es importante para cada integrante del equipo, es fundamental para mantener los niveles de motivación adecuados.
  6. Dotar de herramientas y recursos a nuestros equipos: difícilmente se puede ser creativo si no se dispone del tiempo, espacio y manejo de herramientas adecuadas para llevar a cabo el proceso creativo.
  7. Potenciar el pensamiento divergente: enfocarnos en el problema, y a partir de aquí generar ideas. De este modo tendremos muchas y más variadas soluciones. Eso sí es necesario un equilibrio entre pensamiento divergente y convergente para poder aterrizar y concretar las soluciones.

“Todo acto de creación es en primer lugar un acto de destrucción”

Pablo Picasso

A veces es necesario romper con las reglas establecidas para comenzar a crear algo nuevo.

¿Estamos preparados para innovar?