La comunicación feliz

Por Guillermo Taboada Martínez, CEO del World Happiness Fest.

«Utilizando un lenguaje positivo estamos generando una nueva realidad, una realidad plena de creatividad, optimismo, innovación, cooperación y sinergias».

El lenguaje es uno de los elementos que distinguen a los seres humanos del resto de los seres vivos, ya que les proporciona la capacidad para comunicarse de manera sistematizada y comprensible. Me gusta mucho la definición de lenguaje que hacen los lingüistas americanos Bernard Bloch y George L. Tracer: «un lenguaje es un sistema de símbolos vocales arbitrarios por medio de los cuales un grupo social coopera». Una de las principales características del lenguaje humano es la de que todo es comunicable, creando cuando es necesario nuevas palabras que puedan describir o expresar nuevas realidades, por eso nunca hay áreas que sean incomunicables.

Académicos y lingüistas han tratado de entender durante siglos el porqué de tantas lenguas diferentes en el mundo, sin tener éxito. En muchas culturas hay leyendas que sugieren que alguna vez hubo un solo lenguaje común entre los pueblos y al hacer enojar a alguna deidad, ésta los separó y lo obligó a hablar idiomas diferentes. Más allá de la mitología, esto no ha podido ser explicado aún, sin embargo, The Ethnologue: Languages of the World calcula que actualmente hay cerca de siete mil lenguas vivas en nuestro planeta.

Decía el maestro Dr. Rafael Echeverría en su libro «Ontología del lenguaje”:  «el lenguaje tiene poder generativo y recursivo para el diseño del futuro y la gestión del cambio». Cuando hablamos actuamos, y cuando actuamos cambiamos la realidad, generando una nueva, a eso se le llama capacidad generativa del lenguaje. El lenguaje genera identidad, genera coordinación de acción, es responsable del sufrimiento o la felicidad.

Una sociedad sin lenguaje no tendría la posibilidad de existir, por la dificultad de consolidar comunidades significativas, en donde dan origen a determinadas estructuras de poder, como la familia e incluso la misma escuela. Está muy claro que además de ser una poderosa herramienta de comunicación, el lenguaje crea SER, por ello debemos de ser conscientes de su auténtico potencial y de su influencia en nuestras vidas.

Si nos fijamos en el lenguaje que utilizamos habitualmente cuando nos referimos a la situación actual, podemos observar que los términos más utilizados son: pandemia, muerte, crisis, desconfianza, recortar, reducir, despedir, bajar, improductividad, cierres, pesimismo, opacidad, desempleo, destrucción del talento, ineficiencia, …Pero, ¿qué ocurriría si cambiásemos el lenguaje utilizado? Si los términos empleados fuesen: vida, confianza, invertir, incrementar, felicidad, subir, abrir, productividad, empleo, talento, positividad, eficiencia, eficacia, colaboración, crecimiento, desarrollo del talento, transparencia, … ¿cambiaría algo?

«El lenguaje genera identidad, genera coordinación de acción, es responsable del sufrimiento o la felicidad».

Utilizando un lenguaje positivo, como el que hemos descrito anteriormente, estamos generando una nueva realidad, una realidad plena de creatividad, optimismo, innovación, cooperación y sinergias… todas ellas fundamentales en esta nueva era que estamos viviendo y que requiere lo mejor de nosotros mismos. ¿habíamos reparado en esto?

Es muy importante concienciarse del lenguaje que utilizamos para dirigirnos a nosotros mismos, para darnos cuenta de que si tomamos conciencia podemos decidir abrirnos a otras posibilidades, a cambiar la perspectiva, en definitiva a vernos desde otro ángulo más positivo. Además de ser la más potente herramienta de comunicación, genera identidades, relaciones, compromisos, posibilidades, futuros diferentes, mundos distintos…genera SER.

Al reconocer que hablar genera acción y que la acción cambia la realidad, estamos reconociendo la importancia de un factor determinante del lenguaje, la escucha, pero no la escucha como un acto pasivo, sino la escucha activa, (percibir+interpretar) aquella que hace preguntas, que no se conforma con el simple relato, la que indaga, en definitiva, la que nos permite que los conceptos nos queden claros y que podamos emitir juicios consistentes. La escucha es la base del coaching ontológico.

El lenguaje positivo y la escucha activa son sencillos y poderosos recursos que tenemos a nuestro alcance para construir el Futuro y hacer un presente con más bienestar y felicidad.

«El World Happiness Fest es un ejemplo de organización con propósito, sostenible, ética y consciente  que lleva a la sociedad un mensaje positivo y una visión optimista de la vida para crear un mundo mejor».