La reanimación cardiopulmonar puede salvar la vida de hasta el 40% de los mil vascos que mueren cada año por paro cardíaco

Redacción ‘MS’- Las enfermedades cardiovasculares son la causa más importante de mortalidad a nivel mundial. Algunas patologías coronarias pueden desencadenar una muerte súbita, cuya incidencia es superior a la de los accidentes de tráfico. Unas mil personas fallecen por esta causa cada año en el País Vasco, lo que se traduce en una media de tres muertes al día; una de cada tres corresponde a personas menores de 65 años. Así lo explica IMQ a través de un reciente comunicado.

«Es necesario señalar que de cara a la supervivencia el tiempo es un factor crítico. Cada minuto sin actuar cae un 10% la probabilidad de seguir con vida. Lo cierto es que las maniobras de masaje cardíaco se realizan a tiempo en apenas uno de cada cinco casos cuando sucede fuera del centro médico, motivo principal por el que se celebra cada 16 de octubre el Día Mundial de la reanimación cardiopulmonar«, añade el comunicado de IMQ.

Para celebrar la efeméride y con el objetivo de que este tanto por ciento aumente y se cuadripliquen las cifras de supervivencia, desde la Clínica IMQ Zorrotzaurre se ha ofrecido hoy un taller gratuito de hora y media de duración a las y los miembros de la Asociación de Comerciantes de Deusto, que son quienes a pie de calle pueden llegar a salvarnos la vida. Para ello, y por primera vez en Euskadi, IMQ ha combinado la parte práctica siguiendo métodos tradicionales, con la escenificación de casos a través de un simulador que utiliza la realidad virtual, una tecnología que permite al alumno/a aprender en varias situaciones realistas, tanto de manera guiada como independiente, aportando una experiencia formativa diferente, inmersiva y motivadora. Esta herramienta formativa surge en 2019 dentro del programa Bizkaia Open Future, en un marco de colaboración público-privada, donde desde las Clínicas IMQ se plantea un reto de innovación abierta a la comunidad de nuevo talento emprendedor local e internacional.

El masaje cardíaco y la cadena de supervivencia

Las técnicas de reanimación forman parte de un conjunto de acciones consecutivas denominadas cadena de supervivencia. Si se da una situación en la que una persona está inconsciente y no respira, el primer paso es alertar a los servicios de emergencia y, a continuación, comenzar el masaje cardiaco y utilizar un desfibrilador si se tiene a mano hasta que llegue el personal sanitario.

«El masaje debe realizarse con el paciente boca arriba y sobre una superficie dura. Se aplica en medio del esternón, más o menos a la altura de las mamilas. El reanimador se sitúa a un lado de la víctima y coloca el talón de la mano en esta posición. La otra mano se posiciona encima entrelazando los dedos para evitar que se apoyen fuera del esternón. Los brazos se colocan extendidos y perpendiculares al tórax, y con el cuerpo erguido se carga el peso para conseguir, con el menor esfuerzo físico, la mayor eficacia posible«, detalla IMQ.

«La relación del tiempo compresión/descompresión debe ser 1:1, con una cadencia de aproximadamente 100 compresiones por minuto y una profundidad de entre 5 y 6 centímetros«, concluye el comunicado.