Leer es una Fiesta: «Los libros infantiles son como ventanas abiertas al mundo, ayudan al crecimiento personal e intelectual mientras disfrutamos»

Redacción ‘MS’- Leer es una fiesta nace de la asociación de cuatro libreras en Madrid con el objetivo de desarrollar festivales y encuentros para las familias y los libros y que, como su nombre dice, leer sea una fiesta. Su vocación es convertirse en una convocatoria nacional. «Entre nuestras librerías, el lector estará siempre como en casa y vivirá cosas que difícilmente te puede proporcionar Internet«. Es uno de sus grandes lemas. Las libreras y librerías que integran dicho proyecto son: Zaida Pérez, Liberespacio; Marina Díaz, Turuletras; Ester Madroñero, Kirikú y la bruja; y Clara Echeverría, El Dragón Lector.

«Los libros infantiles son como ventanas abiertas al mundo, ayudan al crecimiento personal e intelectual mientras disfrutamos; cuanto antes se empieza a jugar con los libros, más gustan«, sostiene Zaida Pérez. Opinión compartida por su compañera Marina Díaz, que detalla que: «La literatura infantil es un mundo mágico que actualmente ofrece un montón de posibilidades a los niños y a las niñas para que puedan forjar el vínculo con los libros que les acompañe a los largo de los años«. Ester Madroñero corrobora las reflexiones de sus compañeras libreras y añade que, para ella: «La literatura infantil y juvenil es una gran oportunidad para niñas y niños. Les ayuda a comprender el mundo que les rodea, a escuchar las ideas de otros, dándoles la oportunidad de ser más críticos, a disfrutar de historias que les emocionen, etc«. Para Clara Echeverría: «La lectura y los libros me acompañan desde que puedo recordar asociados a una sensación de inmensa felicidad«.

Preguntadas acerca de por qué apostaron por este sector como libreras, Zaida Pérez no duda en afirmar que fue por: «El amor por los libros, compartir y trasmitir mi pasión a los demás y principalmente a las familias para crear lectores a futuro». Marina Díaz recuerda que: «Cuando llegué a Madrid y conocí las librerías infantiles especializadas me enamoré de ellas. Me apasionan los libros, los niños y las librerías, así que cuando decidí abrir una lo tenía claro«. Por su parte, Ester Madroñero corrobora que: «Desde mi origen, como ilustradora, siempre me ha interesado el mundo de la infancia. Me interesa el reto de acompañar a niñas y niños en su camino para convertirse en lectores«. Y Clara Porras afirma que: «Con el nacimiento de mis hijos volví a disfrutar de ese género que había dejado atrás y que volvió a fascinarme. Tan sencillo como eso, y con la idea de perseguir un sueño, me hice con El Dragón Lector hace ya 7 años«.

Sin lugar a duda, las diferentes etapas de evolución de la pandemia sanitaria están ejerciendo su influencia sobre el desarrollo de la actividad de estas cuatro libreras, que explican cómo están afrontando y gestionando la situación dentro de sus negocios. Zaida Pérez no duda en afirmar que: «Todo lo que tiene de maravilloso el mundo del libro lo tiene de duro, cada día es un empezar de nuevo, la situación de la pandemia ha agudizado esta situación. En un primer momento parecía que el público valoraba el libro y las librerías apoyando la compra local; ese primer impulso vemos cómo se va perdiendo según se alarga la situación«. Argumento similar al que aporta Marina Díaz, que sostiene que: «La primera etapa de cierre y cuando ya pudimos abrir fue muy duro, sobre todo por la incertidumbre. Más adelante la respuesta del público fue excepcional, pero desde hace unos meses, con los avances y retrocesos constantes y la subida de precio de las materias primas, está empezando a afectarnos bastante«. Ester Madroñero recuerda que: «Han cambiado muchas cosas aunque, poco a poco, regresamos a la normalidad “normal”. Se han complicado los procesos y, la prudencia y el respeto al otro, nos ha obligado a estar constantemente alerta. El reto ha sido el de seguir “enamorando” con los libros en esta situación de distancia social«. Por su parte, Clara Echeverría afirma que: «La pandemia nos ha traído a la librería mas clientes, más jóvenes lectores ávidos de historias, más padres con ganas de contar buenos relatos, de ver bonitas ilustraciones. Por eso, creo que los libros y el papel  todavía tienen mucho que contar«.

Y es que la manera en la que la digitalización ejerce su influencia en un mercado como el de los libros es creciente, aunque gran parte del público continúa su apuesta por el formato papel. Zaida Pérez destaca que: «Las ediciones infantiles son muy atractivas, los pop up, troqueles, pestañas, etc., no tienen equivalente en el mundo digital; tocar, sentir los libros es una experiencia diferente que despierta y estimula a los más pequeños. Por ello, creo que por el momento se gestionan en paralelo. Según van creciendo los lectores sí se ve la evolución hacia lo digital; por ello, se apuesta por ediciones especiales, cuidadas y más atractivas que hacen seguir queriendo el libro físico, como objeto. Es más que solo lectura«.

Al respecto de la digitalización, Marina Díaz coincide en señalar que: «El formato digital afecta más a los libros para adultos. La literatura infantil tiene unas ediciones muy atractivas y unos formatos, como el pop up y los troqueles, con los que es difícil que compita lo digital«. Y Ester Madroñero es optimista al señalar que: «El mundo digital es un aliado, nos permite que nuestra voz llegue más lejos, pero seguimos apostando por la venta del libro de papel. Creemos que, y sobre todo en la infancia, hay que tocar el libro, pasar sus hojas, disfrutar de sus ilustraciones, etc.«.