Los analgésicos, el peor aliado frente a la resaca

Redacción ‘MS’- Las celebraciones que rodean a la Navidad, como las cenas de Nochebuena y Noche Vieja, o las comidas de Navidad y Año Nuevo se ven acompañadas con frecuencia y de manera tradicional por bebidas alcohólicas. Desde los habituales vinos y cervezas, hasta los cavas, sidras y bebidas espirituosas, en las mesas de muchas casas, los comensales acostumbran a acompañar los esperados festines con estas bebidas. Y más allá de estos momentos, cuando se sale de casa, en muchos locales, el consumo de alcohol aumenta.

«En estos casos, lo primero que debe preocupar a las personas que beben alcohol y a sus acompañantes es hacerlo con moderación. Una intoxicación etílica puede poner en peligro la vida de la persona que la sufre y es algo que, por desgracia, puede suceder si somos imprudentes», advierte el Dr. Fidel Fuentes, jefe del servicio de Urgencias de las clínicas IMQ.

Entre los síntomas que pueden aparecer con una intoxicación etílica se pueden citar «vómitos, tez pálida, hipotermia, respiración lenta o irregular, convulsiones, dificultad para mantenerse consciente e, incluso, pérdida de conocimiento. En esta última circunstancia, el peligro es alto y la persona afectada debe ser atendida por los servicios sanitarios tan pronto como sea posible, y dando cuenta sus acompañantes al 112 para seguir las instrucciones precisas en estos casos, como colocar a la persona inconsciente en la posición lateral de seguridad mientras llega la ayuda», advierte el Dr. Fuentes.

Resaca

Si bien los casos de intoxicación etílica aguda son los menos frecuentes pero los más graves, los casos en los que las personas padecen resaca acostumbran a ser frecuentes, cuando se trata de ingestas excesivas de alcohol.

La resaca suele venir acompañada de sed, dolor de cabeza, dolor muscular, náuseas, sudor, mareos, malestar de estómago, sensación de fatiga y taquicardias. «También es responsable, con frecuencia, de un aumento de sensibilidad ante la luz y el ruido, de una disminución de la concentración y la destreza a la hora de realizar tareas complejas, así como una mayor ansiedad e irritabilidad. Incluso puede propiciar síntomas depresivos», pone de manifiesto el responsable del Servicio de Urgencias de la aseguradora vasca, IMQ.

Por ello, el Dr. Fidel Fuentes señala que las personas con fuerte resaca deberían abstenerse de realizar actividades en las que puedan verse alteradas sus facultades, como, por ejemplo, conducir, ya que puede afectar directamente a un desempeño de la actividad en óptimas condiciones de atención, concentración, percepción y destreza.

Causas

A mayor ingesta de alcohol, mayor probabilidad de tener una resaca. El etanol es el principal responsable de la aparición de resaca, aunque no es la única causa; otros compuestos, como los sulfitos y lo que se conoce como ‘congéneres’, tales como acetonas, polifenoles, aminas, amidas, taninos, metanol, histamina, acetaldehído y otros, que se generan durante los procesos de fermentación y destilación del alcohol, tienen mucho que ver con las resacas. Estas sustancias químicas actúan en el organismo irritando los vasos sanguíneos y el tejido cerebral. En general, los licores con colores más oscuros son los que más contenido en congéneres presentan.

Asimismo, existen otros factores, desencadenados por la ingesta alcohólica que pueden contribuir a la resaca, como la deshidratación a causa de una mayor diuresis, la generación de acetaldehído por parte del hígado, irritación gastrointestinal, sueño de menor calidad y cantidad, y otros.

Mitos para prevenir o paliar la resaca

El Dr. Fidel Fuentes desmiente varios mitos existentes sobre la prevención de la resaca. «En primer lugar, es preciso recordar que el consumo de alcohol produce unos efectos variables en las personas, tanto por la cantidad ingerida como por la rapidez, la edad, la masa corporal, el hecho de haber comido o no, etcétera. Y es que el organismo dispone de medios limitados para extraer esta sustancia y, con ello, hacer desaparecer sus efectos. El funcionamiento de los órganos implicados no se puede acelerar, sino que sigue su propio ritmo».

Para eliminar el alcohol, el cuerpo se vale de tres mecanismos: la evaporación, la excreción (orina) y la metabolización (hígado). «El ritmo habitual con el que nos desprendemos del alcohol en sangre es de unos 20 miligramos por decilitro a la hora. Pero, aunque se metabolice o elimine de una manera constante, los efectos del alcohol serán de duración variable para cada individuo en función de su sexo, peso, cantidad de alimentos ingeridos, interacción con ciertos medicamentos, estado de salud del hígado o incluso la velocidad con la que se ha ingerido el alcohol».

Los efectos también varían en función del tipo de bebida ingerida, tanto por el porcentaje de alcohol como por el tipo, distinguiendo entre las bebidas destiladas y las fermentadas.

No obstante, en la búsqueda de soluciones para prevenir o paliar los efectos de la tan temida resaca, «se han creado numerosos mitos que carecen de base científica. Por ejemplo, hay personas que se toman, después de haber ingerido alcohol y antes de dormir, medicamentos frente al dolor. Y es que los medicamentos que actúan contra el dolor como el paracetamol, el ibuprofeno o el ácido acetilsalicílico pueden causar toxicidad hepática o irritación gástrica, por lo que se desaconseja su ingesta tras haber bebido alcohol».

Para el médico de IMQ resulta pertinente despejar algunas dudas acerca de remedios populares que, supuestamente, contribuyen a eliminar el alcohol del organismo, «especialmente porque muchos de ellos parecen ser recursos habituales a la hora de evitar sanciones de tráfico por conducir bajo los efectos del alcohol. Ni que decir tiene que además de los peligros que entrañan estos trucos sin fundamento para la seguridad vial, a efectos de salud no mejoran en absoluto la velocidad de eliminación del alcohol en el organismo».

Entre estas falsas creencias, el Dr. Fidel Fuentes cita «tomar café o bebidas con excitantes, ingerir azúcar, ducharse, mascar chicle, beber los distintos tipos de bebidas alcohólicas en un orden determinado, e, incluso, beber un poco de alcohol pasadas pocas horas, para ‘pasar la resaca’. Todo esto, no tiene ningún efecto positivo para paliar la resaca. Es más, algunos de ellos son directamente contraproducentes».

Según concluye el Dr. Fidel Fuentes, jefe del servicio de Urgencias de las clínicas IMQ, «la mejor manera de no tener resaca es no beber alcohol; o si se hace, beberlo con gran moderación».