Revolución Phygital: tecnología al servicio de las personas

Por Óscar Herencia, Vicepresidente para el Sur de Europa

y Director General de MetLife Iberia

Hoy más que nunca, es innegable la importancia que tiene la tecnología, en general, en el desarrollo del mundo en el que vivimos. Sin embargo, no debemos perder de vista su sentido, es decir, el “¿para qué?”. Mi respuesta la tengo clara: mejorar la vida de las personas, y contribuir a construir un futuro mejor y… más seguro.

Cuando hablamos de tecnología, de innovación, la primera imagen que se nos viene a la cabeza tiene que ver con un escenario de ciencia ficción: robótica, inteligencia artificial, realidad virtual, metaverso… Pero, hoy en día, la realidad es bien distinta. Por ejemplo, en MetLife la inclusión de la robótica o de la inteligencia artificial en procesos tan sencillos como puede ser la contratación de una póliza, nos permiten automatizar determinadas tareas favoreciendo el ser más eficiente en el entorno laboral y, a la vez, ofrecer procesos más sencillos a los clientes. Los empleados pasan a hacer tareas más productivas y encaminadas a solucionar los verdaderos problemas y puntos de dolor de nuestros asegurados.

El sector asegurador es uno de los que más atención debe poner en los avances que la tecnología trae consigo, pues trabajamos para una sociedad que demanda inmediatez, trato directo y mucha transparencia. Y es nuestra obligación utilizar la tecnología para facilitar procesos y crear soluciones que ayuden a proteger a las personas cuidando de su salud y bienestar. Eso sí, siempre desde la empatía y el trato humano.

«El sector asegurador es uno de los que más atención debe poner en los avances que la tecnología trae consigo, pues trabajamos para una sociedad que demanda inmediatez, trato directo y mucha transparencia».

En este sentido, me gusta hablar de un nuevo paradigma: la revolución Phygital, porque la tecnología no debe separarnos o enfriar relaciones, sino todo lo contrario. Valoramos más la tecnología cuando sirve para conectarnos y facilitarnos los procesos. Queremos una tecnología que sepa unir lo físico y lo digital, aportando un acompañamiento e interacción humana. Y esto es clave en conceptos como la omnicanalidad y la experiencia que se ofrece al  cliente. Y es que nunca se puede perder el valor del papel que cada persona jugamos en la sociedad.

La tecnología es instrumental, y lo que verdaderamente es diferencial es la contribución de las personas. Y es que el desarrollo tecnológico, solo tiene sentido si trascendemos esa tecnología para ponerla al servicio de las personas y, con ello, contribuimos a una transformación social, que nos debe conducir a crear un mundo mejor para todos.

«Queremos una tecnología que sepa unir lo físico y lo digital, aportando un acompañamiento e interacción humana».