Teresa Viejo: “El liderazgo femenino auténtico es el que implementa facultades intrínsecamente femeninas a las que también deben de acercarse los hombres”

‘Muy Segura’ entrevista a Teresa Viejo, periodista y escritora. Fotografías de Luis Malibrán.

No hay más que visitar su perfil profesional en LinKedIn (sin hacer mención a su extensa e impecable trayectoria profesional) para ver que es una mujer sin límites: contadora de historias que inspiran, escritora, conferenciante, formadora, periodista, embajadora de UNICEF. ¿Puede Teresa Viejo resumirnos qué destacaría dentro de este largo camino y qué actividades principales ocupan su tiempo en la actualidad?

Vaya pregunta difícil. Desde que empecé a trabajar me dije que no habría trabajos grandes ni pequeños sino bien hechos o mal hechos, ahora añado que cualquier trabajo debe sumar a mi aprendizaje, ayudarme a crecer, y esto se convierte en un mantra cada vez que emprendo algo. Bien es cierto que un reloj interno empieza a parpadear cuando interpreta que ese intercambio ha llegado a su fin y me lanza a una nueva actividad; además soy esencialmente curiosa, tanto que si el destino no enreda para ponerme otro reto en el camino, lo busco yo. Tengo la sensación también de moverme en un péndulo imprescindible para mí: de la reclusión y el silencio cuando escribo, al contacto con la gente en las charlas o conferencias.

De todas maneras siempre vuelvo a la escritura, tarde temprano el algo empieza germinar dentro y no puedo parar hasta soltarlo. El contacto con los lectores me hace muy feliz. Urdir una novela es una escuela de vida y soy mejor persona desde que cuento historias en un papel. Escribiendo vuelvo a la niñez, invento egos de ficción, creo escenarios, viajo en el tiempo… es muy perverso y adictivo.

El universo es muy generoso conmigo; siempre digo gracias, gracias, gracias por todo lo que me permite vivir.

«Desde que empecé a trabajar me dije que no habría trabajos grandes ni pequeños sino bien hecho o mal hechos, ahora añado que cualquier trabajo debe sumar a mi aprendizaje, ayudarme a crecer».

¿Qué es para usted el liderazgo femenino, algo tan de moda hoy en día pero donde, sin duda y según muchos indicadores, queda mucho camino por recorrer? Y, yendo a más, ¿cuál es su prototipo de mujer líder en el siglo XXI?

He reflexionado bastante en esto y pienso que, en efecto, hay una manera de ejercer el liderazgo desde lo femenino y otra desde lo masculino, lo cual no debe de traducirse como que todas las mujeres ejerzan el liderazgo femenino y los hombres el masculino. Las mujeres que se incorporaban hace años a la alta dirección no tenían en quién mirarse y terminaban adoptando formas de sus superiores hombres. Elisabeth Badinter sentenciaba algo terrible: “Las mujeres se han convertido en el pálido calco de sus amos”; por suerte ha pasado el tiempo y ahora ejercemos, a veces, un liderazgo innato y otras trabajado, en función de cómo somos cada uno/a: si somos seres inquisitivos trasladaremos ese talante a nuestra forma de ejercerlo, si nuestra paciencia y nivel de tolerancia es bajo nos costará ser empáticos y permisivos, etc., por ello interpreto que la preparación de un buen líder forma parte del trabajo de crecimiento personal que debe de realizar cada individuo.

El liderazgo femenino auténtico es el que implementa facultades intrínsecamente femeninas a las que también deben de acercarse los hombres como la empatía, la compasión, la capacidad de integrar a los diferentes y no excluir, la escucha activa, el diagnóstico a través de la observación, la valoración de alternativas, el sentido común y práctico a disposición del colectivo… por tanto un liderazgo empático que distribuye el trabajo en red, delega y estimula a sus equipos. A mi juicio debe de ser un liderazgo esencialmente curioso, de apertura y flexibilidad ante lo nuevo, que no busca tener en su mano todas las respuestas sino hacerse todas las preguntas, y contagiar ese entusiasmo y esa curiosidad a sus equipos.

«El liderazgo femenino auténtico es el que implementa facultades intrínsecamente femeninas a las que también deben de acercarse los hombres como la empatía, la compasión, la capacidad de integrar a los diferentes y no excluir, la escucha activa, el diagnóstico a través de la observación…».

¿Qué ha aprendido, y qué enseña, en su formación como Mediadora en Comunicación No Violenta? ¿Es quizá la mujer más afín al empleo de este tipo de comunicación, o lejos de ser una cuestión de género, depende de la sensibilidad de la persona?

Aún sigo formándome como mediadora en Comunicación NoViolenta con una profesora excelente que es Pilar De La Torre, ya que modificar el lenguaje es un trabajo de orfebre en el que hay que tener una práctica continua; al mismo tiempo compartir mi aprendizaje con quien desea comprobar lo transformadora que puede ser esta Comunicación (CNV) forma parte de mi propósito vital. Se puede ayudar tanto mediante ella.

La mujer emplea más palabras en su discurso que el hombre –lo explican los lingüistas- y puesto que la CNV necesita invertir en ellas, en el modo en que nos expresamos, cabría suponer que sí, que le resultaría más fácil poner en acción la Comunicación NoViolenta. Al mismo tiempo ellos pueden ser tan empáticos y compasivos como nosotras, solo tienen que focalizar su atención. Si la persona presenta disposición, y por tanto una sensibilidad a disolver los conflictos que pueden surgir en la relación, este será el instrumento idóneo para ello. La capacidad de la palabra y el lenguaje de crear realidades y modificar todo es formidable.

Teresa Viejo explica que, dado que la mujer emplea más palabras en su discurso, tal y como exponen los lingüistas, y como la CNV necesita invertir más en ellas, cabe suponer que es ésta es más afín al empleo de este tipo de comunicación. No obstante, añade que los hombres pueden ser tan empáticos y compasivos como nosotras.

¿A qué se refiere cuando afirma que le apasiona la «salud 360º» y qué «ingredientes» engloban este bonito concepto?

En esto me siento alineada con algunos médicos cuando explican que su trabajo es preservar la salud y no tanto curar la enfermedad. Mi idea de salud pasa por un equilibrio integrador de lo que somos: como seres humanos, disponemos de cuatro dimensiones que debemos de cuidar de forma saludable porque las cuatro interactúan y si descuidamos alguna, las demás se resienten.

Contamos con un cuerpo físico –esa suma de órganos, músculos huesos, piel, células vivas y neuronas en constante agitación- por el que hay que velar, no agredirlo y ofrecerle aquello que le conviene, no siempre lo que nos gusta a nosotros/as. Existe un cuerpo psicológico que demanda salud y tiene el cerebro cómo órgano principal y otro emocional (que interactúa estrechamente también con el aparato intestinal). Y una última dimensión: la salud espiritual; mucha gente olvida esta última… su enfermedad empieza siendo difusa y contamina a las demás. Cada persona debe de encontrar el modo de cuidar esta salud espiritual (no hay reglas ortodoxas como en las anteriores) y las vías pueden ser tan variadas como la meditación, el contacto con la naturaleza, los retiros, la religión, la filosofía, la astrología arquetípica, el yoga etc. Si se busca claridad recomiendo algunas lecturas espirituales que contribuyen a disipar las nebulosas; para mí han sido de gran ayuda.

Por ello trato de practicar una salud 360°, lo que no evita, por ejemplo, que de vez en cuando me atice la fascitis plantar. Mi noción del paso del tiempo se liga a esto y cuando alguien me pregunta qué he hecho para cumplir años con buen aspecto, aparte de alguna crema, recomiendo un puñado de lecturas y practicar yoga.

 «Cada persona debe de encontrar el modo de cuidar su salud espiritual y las vías pueden ser tan variadas como la meditación, el contacto con la naturaleza, los retiros, la religión, la filosofía, la astrología arquetípica, el yoga, etc.».

Traiga a colación para ‘Muy Segura’ y todas las mujeres profesionales del sector asegurador que forman parte de su audiencia alguna breve historia/ consejo inspirador.

Vaya, tengo un montón de experiencias con el mundo “seguros” y de todas clases. Menos mi vida –mi salud sí- tengo asegurado el resto, y cometo, como muchos usuarios/as, el error de no leerme la letra pequeña, por eso es tan importante confiar en tu agente de seguros. Sí comentaría que la tendencia conformista casi nunca da buen resultado y a veces me he visto obligada a aparcar mi voluntad de no pleitear para defender mis derechos, cuando ha sido así he logrado que se reconocieran. Esto me hace pensar que la negociación es un ingrediente fundamental de las relaciones y la búsqueda de consenso, de saldar el acuerdo sin víctimas ni victimarios, sin vencedores ni vencidos, se convierte en un arte al que deberíamos aspirar todos. La razón absoluta casi nunca está de nuestra parte, pero tampoco de la del contrario.

Os deseo mucha suerte a todas y un camino lleno de luz para “Muy Segura”.

«Menos mi vida –mi salud sí- tengo asegurado el resto, y cometo, como muchos usuarios/as, el error de no leerme la letra pequeña, por eso es tan importante confiar en tu agente de seguros».

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