Aceptación y realidad, ingredientes que no pueden faltar en los proyectos del nuevo curso

Por Nuria Domínguez Cuenca, Coach de Coaching On Focus y Experta en Mindfulness por la UCJC

Septiembre es un buen momento para replantear qué proyectos nos gustaría comenzar. Quién no se hace una pequeña lista de nuevos retos para el curso que comienza, desde apuntarse al gimnasio para estar en forma, sacarse el carné de conducir o retomar ese hobby que tenías ya olvidado como tocar la guitarra o pintar acuarelas. Todo esto es muy positivo, son nuevas ilusiones que ponen en marcha el motor, que generan las denominadas “hormonas de la felicidad”. Ahora bien, cuando esas nuevas metas empiezan a pesar sobre nosotros y terminan generando frustración, angustia, estrés… se van convirtiendo poco a poco en una tarea inalcanzable y finalmente, incluso terminan siendo desagradables porque no nos estarán produciendo ningún tipo de beneficio, sino todo lo contrario. Por todo ello es fundamental medir muy bien qué tipo de objetivos nos queremos fijar a principio de curso, que sean  lo que se denomina en el argot de coaching, SMART, específicos, alcanzables, medibles, realistas y relevantes para nuestro propio interés.

Si cumplen estos criterios lo más fácil es que puedas conseguir lo que te propongas y mantengas tu compromiso de cumplimento hasta el final, de lo contrario, en algún momento decaerá el entusiasmo y la procrastinación hará acto de presencia para que tus planes se caigan por el camino. Ahora bien, cada paso del camino es también una parte del objetivo a alcanzar, hay que ir aceptando la realidad de cada momento porque la vida es cambio; por lo tanto, es fundamental ser flexible.

«Es fundamental medir muy bien qué tipo de objetivos nos queremos fijar a principio de curso, que sean  lo que se denomina en el argot de coaching, SMART, específicos, alcanzables, medibles, realistas y relevantes para nuestro propio interés».

El dicho “divide y vencerás”, aquí se puede aplicar a los objetivos, se pueden planificar pequeñas metas que lleven a alcanzar los objetivos finales, de esta manera siempre se mantendrá un hilo conductor y, lo más importante, la motivación para alcanzarlo, porque se irán consiguiendo pequeños logros en el camino.

Porque como ya apuntaba Gandhi: “El camino es la meta”, por eso, disfruta del proceso porque es parte de lo que estás consiguiendo día a día y no dejes que los proyectos se conviertan en un deber sino en un querer. Así que si todavía no has hecho esa lista de nuevos propósitos o proyectos del curso que acaba de comenzar, este es el momento de hacerte algunas preguntas que te llevarán a definirlos de una forma más realista y positiva:

¿Para qué quiero conseguir este objetivo?

¿Cómo lo voy a conseguir? ¿con qué recursos cuento?

¿Qué indicadores me van a ayudar a medir su cumplimiento?

«En el autocuidado está parte del éxito, cuida tu bienestar porque es esencial para cualquier meta que te propongas alcanzar».

Por último, recuerda que en el autocuidado está parte del éxito, cuida tu bienestar porque es esencial para cualquier meta que te propongas alcanzar. Mantener una alimentación equilibrada, respetar las horas de descanso, realizar un nivel adecuado de ejercicio físico diario y mantener unas relaciones sociales positivas son aspectos que debemos cuidar pero no solo pero sin olvidarse de lo que realmente quieres, recuerda cambiar el deber por el querer, así que este curso añade un espacio solo para ti, un espacio individual, un espacio de libertad y de disfrute para que cada cual pueda disfrutar de esos pequeños momentos que aportan bienestar en mayúsculas, un paseo por el monte, una ducha sin prisa, una meditación a la mañana, una lectura pausada… todas tienen algo en común, la calma, así que busca tu espacio para la calma y así conseguirás saborear aún más cada paso del camino hacia tus objetivos.