La Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid, ASEME, colabora en esta sección con ‘Muy Segura’ con el objetivo de dar a conocer a nuestra audiencia los diversos y valiosos perfiles de sus empresarias que constituyen, sin duda, un claro ejemplo para tod@s nosotr@s.
Este mes entrevistamos a Alicia de la Fuente, fundadora y directora editorial de Espinas.
¿Cómo fueron sus inicios profesionales?
El comienzo fue un camino emocionante y de desarrollo continuo, aunque también hubo mucho de incertidumbre y miedo. Nunca he estado sola, apoyada desde el principio por mi familia, la inseguridad se ha ido disolviendo con el paso del tiempo, y ahora veo que lo que hoy es Espinas viene de un proceso de crecimiento personal y profesional inmenso. He aprendido muchísimo, no solo de edición; también de estrategia, comunicación y relaciones públicas. Ese primer sentimiento de ‘salto al vacío’ se va disipando tras las primeras semanas, aunque nunca desaparece del todo. Cuando emprendes en solitario, transitas un mundo que bien puede conducirte a un estado de aislamiento peligroso. Para mí, lo más importante ha sido saber que contaba con mi entorno, que nunca me ha dejado sola.
«Nunca he estado sola, apoyada desde el principio por mi familia, la inseguridad se ha ido disolviendo con el paso del tiempo, y ahora veo que lo que hoy es Espinas viene de un proceso de crecimiento personal y profesional inmenso».
¿Qué mejores momentos atravesó en su primera etapa? En el lado opuesto: ¿qué dificultades afrontó?
La recepción de la editorial fue muy positiva desde diferentes sectores. Conseguimos una rápida respuesta de medios de comunicación, prescriptores de libros y seguidores en redes sociales. La parte más positiva es ver cómo llegamos a las lectoras desde la emotividad y la necesidad, cómo hemos creado vínculos con ellas y cómo confían -cada vez más- en nuestras publicaciones. El lado más difícil es lidiar con la propia inseguridad y encontrar agentes activos que colaboren con nosotras de forma continuada. El ensayo-error con proveedores y colaboradores se vio saldado con un resultado positivo, teniendo hoy en día una red de suministradores activos en la que confiamos plenamente. Los inicios son duros, pero con un aprendizaje necesario para el desarrollo sostenible de nuestro proyecto.
«La parte más positiva es ver cómo llegamos a las lectoras desde la emotividad y la necesidad, cómo hemos creado vínculos con ellas y cómo confían -cada vez más- en nuestras publicaciones».
¿Podría mencionar los hitos acontecidos para usted, hasta la fecha, en el transcurso de su recorrido laboral? ¿Por qué han tenido un significado especial?
La primera vez que salimos en prensa fue quizá el momento que más ‘real’ sentí la editorial; descubrir que la respuesta era la que esperaba, fue pisar un espacio seguro, caer de pie.
De las veces que han mencionado Espinas figuras relevantes del mundo de la cultura, la más especial para mí fue cuando Irene Vallejo mencionó en sus redes nuestra editorial. Es una persona a la que admiro profundamente, y fue un subidón de energía saber que consideraba que nuestro proyecto era valioso.
Cuando se le concedió a Espinas el premio del Ayuntamiento de Madrid al mejor proyecto en el ámbito de la economía naranja.
«La primera vez que salimos en prensa fue quizá el momento que más ‘real’ sentí la editorial; descubrir que la respuesta era la que esperaba, fue pisar un espacio seguro, caer de pie».
¿En qué responsabilidades está envuelta en la actualidad y qué objetivos tiene, desde su posición, en el medio plazo?
Sigo siendo la directora editorial del sello; este año quiero darle un empujón a la editorial; he creado una nueva colección y quiero seguir dándole voz a las escritoras que no la tuvieron. Ya hemos digitalizado la mitad del catálogo y la intención a medio plazo es convertirnos en una editorial de referencia para las instituciones educativas, ya que ofrecemos un contenido sencillo, adaptado y, sobre todo, necesario.
«Este año quiero darle un empujón a la editorial; he creado una nueva colección y quiero seguir dándole voz a las escritoras que no la tuvieron».
¿Cuándo y por qué surge su vínculo con ASEME? ¿Qué es lo que más valora de su pertenencia a esta Asociación?
Surge en el tercer hito de la editorial; en la concesión del premio. Lo que más valoro es poder estar en contacto con otras emprendedoras y aprender de ellas y de sus proyectos. Creo que las asociaciones que tejen redes de apoyo son indispensables.
«Lo que más valoro es poder estar en contacto con otras emprendedoras y aprender de ellas y de sus proyectos».
¿Desea lanzar un mensaje a la mujer profesional que, desde distintos mercados y posiciones, constituye una parte destacada de la audiencia de Muy Segura?
Que no se sienta sola, que busque apoyo cuando lo necesite y que, si cree que su proyecto merece la pena, lo intente.
