Desaprender para aprender

Por Nuria Domínguez Cuenca, Coach de Coaching On Focus y

Experta en Mindfulness por la UCJC

Siempre que comenzamos un año nuevo, renovamos nuestros compromisos, nuestros buenos propósitos, pero alguna vez nos hemos hecho esta pregunta: ¿qué me gustaría dejar de tener presente? ¿qué quiero desaprender para aprender nuevos hábitos, nuevas habilidades?

Esta reflexión también se puede extrapolar al ámbito profesional, ya que seguimos incorporando nuevos conocimientos, pero no limpiamos nuestra mente de aquello que ya no nos sirve para la función que desempeñamos. En un mundo tan cambiante como el que nos está tocando vivir en la actualidad, es fundamental desarrollar la capacidad de aprender a desaprender porque debemos poder adaptarnos con agilidad a las condiciones cambiantes del mercado. Así que ahora puede ser buen momento para parar, observar, analizar, eliminar para dejar espacio para lo nuevo, para lo que realmente creemos que nos puede aportar algo bueno.

Como le decía el  viejo maestro al discípulo en el famoso cuento zen “La taza de té”:

Desde hace un mes lo único que hago es sentarme y ver cómo se derrama el té de la taza. — Al igual que la taza, estás lleno de opiniones y especulaciones. ¿Cómo vas a aprender si no empiezas por vaciar tu taza? —respondió el viejo sabio.

Por lo tanto, al igual que el discípulo no era consciente que para aprender era necesario desaprender o siguiendo con la parábola, vaciar la taza para llenarla, también nos cuesta liberarnos, vaciar nuestra mente de ideas, conocimientos que nos impiden aceptar nuevas informaciones o adquirir nuevos hábitos en nuestra vida.

Si echamos la vista hacia atrás desde que éramos pequeños, desde la escuela hemos ido acumulando conocimiento, una gran cantidad de información que, muchas veces, sin cuestionarnos su veracidad, hemos identificado como veraz y, por lo tanto, válida. Pero ¿todo eso nos ha servido o nos ha ayudado a ser mejores personas o desempeñar mejor nuestra labor profesional? Seguramente muchas sí, pero otras no tanto. A veces cuando nos sucede algo grave, como una enfermedad o un accidente, es cuando nos paramos a analizar qué estamos haciendo con nuestra vida, qué nos hace realmente felices y qué necesitamos en ese momento.

De igual modo, cuando vivimos un cambio importante como puede ser un cambio de trabajo o de vivienda, nos surgen muchas preguntas y estamos dispuestos a investigar y buscar nueva información que nos ayude a saber cómo afrontar esta nueva situación, deberíamos ser conscientes que esta actitud de apertura mental es positiva.

Desaprender es una herramienta muy útil si queremos mantenernos al día en todas las esferas de la vida.

Como decía el divulgador científico Eduard Punset: “Desaprender la mayor parte de las cosas que nos han enseñado es más importante que aprender”.

Es un proceso en el que se deben seguir tres pasos para identificar, reaprender y disfrutar del nuevo aprendizaje:

Aceptación e identificación: Lo primero de todo es reconocer que lo ha funcionado hasta ahora ya no tiene los mismos resultados.

Reaprendizaje. Una vez eliminado el proceso habitual, debe ser reemplazado por conocimientos nuevos, esto fomenta la curiosidad y la experimentación.

Apertura mental. Poner el foco de atención en los nuevos patrones para permitir que el nuevo aprendizaje tenga espacio para desarrollarse. Esta fase consiste en una inmersión total en nuevo.

Gracias a este proceso, saldremos de nuestra zona de confort, desafiaremos a nuestras propias creencias e incluso cambiaremos algunos hábitos. Todo ello creará nuevos procesos mentales que desarrollarán nuevas destrezas y favorecerá nuestro crecimiento personal.