Elena Valenciano (Fundación Mujeres): «La mediación humanitaria pretende intervenir para desbloquear situaciones estranguladas, en las que las partes enfrentadas no dialogan y las poblaciones sufren las consecuencias»

‘Muy Segura’ entrevista a Elena Valenciano, presidenta de la Fundación Mujeres.

¿Cómo fueron los inicios de su andadura laboral? ¿Qué aspectos más importantes para su aprendizaje como profesional destacaría de aquella primera etapa?

Mi primera experiencia laboral -si puede llamarse así- fue dar clases particulares a alumnos de mi colegio, el Liceo Francés. Lo hice durante los últimos años escolares y de manera bastante intensa. Me sirvió para rodarme en responsabilidad, paciencia y preparación previa. Suponía un esfuerzo importante porque debía compaginarlo con mis estudios. ¡Lo mejor era disponer de dinero de bolsillo propio! Empecé a los 15 ó 16 y ya nunca he dejado de trabajar.

«Mi primera experiencia laboral -si puede llamarse así- fue dar clases particulares a alumnos de mi colegio, el Liceo Francés».

Si pudiera seleccionar los que, hasta el momento, son los hitos principales que han acontecido para usted en el transcurso de su recorrido profesional, ¿cuáles destacaría y por qué?

Mi recorrido profesional tiene momentos muy difíciles y otros maravillosos. Tal vez lo más bonito fue fundar la Asociación Mujeres Jóvenes en 1986 y conseguir montar un gran proyecto de empleo en un tiempo de gravísima crisis del empleo juvenil. Mucho más tarde (1999) fui elegida diputada en el Parlamento Europeo que ha sido el trabajo más exigente, intenso e interesante que he hecho nunca. En todo caso, jamás he sentido tanta emoción y responsabilidad como cuando ocupé mi escaño en el Congreso de los Diputados.

«Tal vez lo más bonito fue fundar la Asociación Mujeres Jóvenes en 1986 y conseguir montar un gran proyecto de empleo en un tiempo de gravísima crisis del empleo juvenil».

Centrémonos en su etapa de casi una década (2000 a 2009), dedicada al mundo de la política, siendo diputada en el Parlamento Europeo y en el Congreso de los Diputados, ¿en qué proyectos más destacados ha participado y, en el lado opuesto de la balanza, qué acontecimientos le han causado un mayor sinsabor dentro de su responsabilidad en todo ese tiempo?

Los mayores sinsabores, en mi etapa política, han sido siempre las víctimas de la violencia. ETA, ISIS, los conflictos armados, los desplazados, refugiados, perseguidos por sus ideas, encarcelados, torturados…esa realidad existe y somos muy poco eficaces combatiéndola. La defensa de los derechos humanos necesita muchos más medios y muchísima más voluntad política.

«Los mayores sinsabores, en mi etapa política, han sido siempre las víctimas de la violencia».

¿Desde cuándo está vinculada con la actividad de Fundación Mujeres? Cuéntenos su trayectoria dentro de ésta: ¿por qué su retorno, como su nueva presidenta y qué retos clave tiene marcados?

Creamos la Fundación Mujeres en el año 1994, Carlota Bustelo maestra de feministas, fue su primera Presidenta y yo la directora y también Presidenta un tiempo, hasta el año 1999 que fui en las listas del PSOE al Parlamento Europeo. Permanecí en el Patronato durante unos años y ahora, gracias a la generosidad de éste, vuelvo a la Fundación Mujeres. Estoy muy ilusionada y es una manera preciosa de cerrar el círculo de mi militancia feminista.

«Permanecí en el Patronato durante unos años y ahora, gracias a la generosidad de éste, vuelvo a la Fundación Mujeres».

¿Cómo define la etapa COVID que atraviesa el mundo y de qué manera piensa está afectando, tanto en el lado positivo como en el negativo de la balanza, a los temas relacionados con la igualdad de género?

Estamos viviendo una crisis sanitaria de consecuencias devastadoras en muchos países del mundo, no sólo en términos de enfermedad y muerte, también en caída de las economías y en el ritmo de desarrollo. La igualdad entre mujeres y hombres sufre las consecuencias de esta crisis, por supuesto, desde muchísimos puntos de vista: en el empleo, en el reparto de las cargas domésticas, en el marco de violencia en el que muchas mujeres viven…

«La igualdad entre mujeres y hombres sufre las consecuencias de esta crisis sanitaria desde muchísimos puntos de vista».

¿Cuál es su definición de feminismo? ¿Por qué valores relacionados con este moviendo usted lucha y qué propuestas defiende con mayor firmeza en este ámbito?

El feminismo es una filosofía, una ideología y una agenda. Pretende rescatar los valores del humanismo para que lleguen a la vida de las mujeres, quiere corregir la desigualdad estructural e histórica que golpea a las mujeres. La agenda tiene elementos comunes en todos los lugares del mundo y otros específicos en función de la realidad política y social que viven las mujeres. Pero “libertad, igualdad y dignidad para las mujeres del mundo” es un buen resumen de nuestros objetivos.

“Libertad, igualdad y dignidad para las mujeres del mundo” es un buen resumen de nuestros objetivos».

Nos consta que a lo largo de su carrera ha desarrollado un trabajo importante en mediación humanitaria, así como que en los últimos meses trabaja en diplomacia privada con el Centro para el Diálogo Humanitario Henri Dunant en Ginebra, ¿qué puede contarnos de su labor al respecto?

Mi trabajo actual es apasionante. La mediación humanitaria pretende intervenir para desbloquear situaciones estranguladas, en las que las partes enfrentadas no dialogan y las poblaciones sufren las consecuencias. Es una tarea discreta, callada, independiente que procura acercar posiciones…no es fácil pero cada pequeño paso es útil. Ahora sólo quiero trabajar pegada a la realidad, directa y cruda.

«La mediación humanitaria pretende intervenir para desbloquear situaciones estranguladas, en las que las partes enfrentadas no dialogan y las poblaciones sufren las consecuencias».

¿Desea lanzar un mensaje a la mujer profesional, que constituye una parte muy destacada de la audiencia de Muy Segura?

¡A las mujeres profesionales les diría que no se rindan nunca! Soy consciente de las dificultades que enfrentan la mayoría de ellas pero su tarea es imprescindible para el avance de todas.

Cuando tengo un día malo y me siento frustrada por algún fracaso o por ver que todo va despacio y mal, pienso en esas madres que he conocido en los campos de refugiadas, pasando todo tipo de necesidades y horrores, rodeadas de cientos de niñas y niños que sólo las tienen a ellas, y ellas lo saben y pelean cada minuto de sus vidas por no rendirse. Esas a las que nunca vemos, son el objetivo de todo mi trabajo y mi esfuerzo.

«¡A las mujeres profesionales les diría que no se rindan nunca! Soy consciente de las dificultades que enfrentan la mayoría de ellas pero su tarea es imprescindible para el avance de todas».

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