Redacción ‘MS’- Fundación Pelayo ha firmado un acuerdo con Fundación Tengo Hogar para desarrollar un proyecto de terapias individuales para niños procedentes de familias en situación de vulnerabilidad. La iniciativa beneficia directamente a 81 menores, además de a sus 54 madres y/o padres, prestando una atención especializada a los 9 niños que presentan Trastorno del Espectro Autista (TEA) o Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Estos menores, procedentes de entornos en riesgo, carecen de acceso a terapias psicológicas vitales. Por ello, el programa garantiza un año de terapias individuales adaptadas (desde Terapia Conductual hasta Neurofeedback) y un acompañamiento social integral a las familias, asegurando que los problemas socioeconómicos no lastren el desarrollo de estos menores.
Para formalizar este apoyo se ha suscrito un acuerdo de colaboración y se ha celebrado un acto institucional con la presencia de los presidentes de ambas entidades: Álvaro Gil-Robles, por parte de Fundación Pelayo, y Jorge Martínez, por parte Fundación Tengo Hogar. El acto ha contado también con la presencia de José Boada, presidente de honor de Fundación Pelayo, Francisco Lara, presidente de Grupo Pelayo, y Cristina del Campo, gerente de Fundación Pelayo, además de la directora de Fundación Tengo Hogar, Esther Macías.
La intervención pone el foco principal en la salud mental y, además, se complementa con el acceso a actividades educativas y de integración. Por un lado, proporciona a los 9 menores con diagnósticos específicos sesiones de terapias individuales adaptadas. Y, por otro, se dirige a los 72 menores restantes en situación de vulnerabilidad. Entre las actividades complementarias, contempla talleres de creatividad, jornadas de bienestar emocional con caballos y visitas culturales a instituciones como el Museo Thyssen-Bornemisza y el Palacio Real, cuantificando así el impacto en desarrollo psicosocial.
En los últimos años, Fundación Tengo Hogar ha dado protagonismo al Programa Infancia para identificar y atender las necesidades de menores en entornos al borde de la exclusión social. Estos carecen de acceso a terapias psicológicas en el sector privado debido a su elevado coste; paralelamente, los tiempos de respuesta y la frecuencia de atención en el sistema público resultan insuficientes. Esta ausencia de intervención temprana, de no ser subsanada, puede condicionar su desarrollo vital. Por ello, el programa está diseñado para impulsar resultados concretos: lograr la mejora del rendimiento escolar mediante el desarrollo de habilidades clave, estimular el pensamiento crítico a través de actividades educativas que fomentan el razonamiento lógico, y conseguir el fortalecimiento de la autoestima al dotar a los niños de nuevos conocimientos y seguridad.
«Este acuerdo refuerza el compromiso de ambas entidades por fomentar la mejora de la calidad de vida de la infancia y juventud en situaciones desfavorecidas«, concluye el comunicado de Pelayo.
































































