Helen Wilkinson (UNIR): «El desarrollo no es un beneficio que debería ser reservado solo a las elites en una empresa»

‘Muy Segura’ entrevista a Helen Wilkinson, directora de Executive Education en UNIR (Universidad Internacional de La Rioja).

¿Cómo fueron los inicios de su andadura profesional? ¿Qué enseñanza considera que extrajo de aquella primera etapa?

Lo primero que hice en el mundo laboral fue acompañar a un procurador durante la carrera de Derecho que estudié en la Universidad de Barcelona: recuerdo correr por los andenes de metro para llegar a su despacho. Luego, ya cursando el Doctorado, impartí clase en distintas escuelas universitarias como ESERP o el Abat Oliba e incluso la escuela de Mossos d´Esquadra de Mollet del Vallés. Para poner un toque de humor, creo que en esa etapa lo que aprendes es lo mal que se vive a nivel salarial y que debes tomarte todo con mucho sentido del humor, tratando de disfrutar mientras asumes que estás en etapa de aprendizaje a todos los niveles.

«Lo primero que hice en el mundo laboral fue acompañar a un procurador durante la carrera de Derecho que estudié en la Universidad de Barcelona: recuerdo correr por los andenes de metro para llegar a su despacho».

En su opinión: ¿qué hitos ha travesado, hasta el momento, a lo largo de su trayectoria? ¿Por qué los destacaría como tales?

No sé si me siento cómoda hablando de hitos, más bien lo que veo es una carrera de fondo en la que a veces crees que te has salido hasta del camino, pero que retomas manteniendo la lucha y miras atrás y descubres que no valía la pena agobiarse tanto en determinadas etapas del camino. Sí hay momentos de sprint, claro. Uno de ellos fue el aprendizaje que supusieron los primeros años de trabajo en IESE Business School. Recuerdo el constante estímulo intelectual, la ilusión de participar en el diseño de programas enfocados, de escribir distintas notas técnicas o el libro de Creciendo como Líder, el vértigo de las primeras sesiones de coaching a miembros del comité de dirección de distintas empresas.

«No sé si me siento cómoda hablando de hitos, más bien lo que veo es una carrera de fondo en la que a veces crees que te has salido hasta del camino, pero que retomas manteniendo la lucha y miras atrás y descubres que no valía la pena agobiarse tanto en determinadas etapas del camino».

Si pudiera contarnos cuáles han sido las vivencias que le han supuesto una mayor dificultad o reto profesional: ¿cuáles nos mencionaría? ¿Cuál ha sido el aprendizaje para usted?

Los mayores retos suelen venir del manejo de personas, no necesariamente de los que tengas en tu equipo como colaboradores, sino del manejo de personas transversales que no dependen jerárquicamente de ti pero que necesitas para que los proyectos salgan adelante. Ilusionarlas, implicarlas, requiere de paciencia, tesón, comunicación… Otras veces, el reto es no molestar a personas con mucho peso en una organización. Los seres humanos son siempre seres humanos y hay inevitablemente malentendidos, celos, envidias, intentos de abarcar mayor control y poder, etc. He metido la pata muchas veces. Y el principal aprendizaje es que no pasa nada, el caerse y levantarse tantas veces como sea necesario garantiza que sigas avanzando, siempre hacia delante. Para quienes no somos Albert Einstein nuestra única receta es trabajar mucho y levantarse y seguir trabajando, si uno se cae.

«He metido la pata muchas veces. Y el principal aprendizaje es que no pasa nada, el caerse y levantarse tantas veces como sea necesario garantiza que sigas avanzando, siempre hacia delante».

Como experta en desarrollo de directivos, ¿cuál es su definición de liderazgo? ¿Qué cualidades debe tener un buen líder?

Un buen líder debe querer el bien de su equipo, blindarlo del estrés y la presión que llega de arriba, marcar una visión e ilusionar al equipo en un trabajo ágil, con sentido de urgencia, para conquistar esa visión. Debe ser también capaz de comunicar hacia fuera la buena labor del equipo.

¿Qué significó para usted la publicación de la obra: “Creciendo como líder”, de la que es coautora? ¿Cuál es el mensaje principal que deseaban transmitirle a los directivos o a los trabajadores de otra categoría profesional?

Con «Creciendo como Líder» queríamos animar a los directivos a crecer en liderazgo: el líder no sólo nace sino que se va haciendo, el líder aprende a ser líder, al final es una cuestión de adquisición de buenos hábitos. Las competencias de liderazgo son hábitos que pueden entrenarse y adquirirse. Como todo, es cuestión de ir avanzando en plano inclinado hasta lograr determinadas metas. Es importante liderar no para conseguir algo para uno mismo, sino para contribuir a construir un mundo más humano, con más oportunidades.

Con «Creciendo como Líder» queríamos animar a los directivos a crecer en liderazgo: el líder no sólo nace sino que se va haciendo, el líder aprende a ser líder, al final es una cuestión de adquisición de buenos hábitos.

Ahora que ha transcurrido casi una década desde su lanzamiento: ¿cómo considera que ha evolucionado el “líder” del que nos hablaba, qué aspectos cambiaría o qué novedades introduciría en la obra?

Haría hincapié en que el líder de hoy debe saber leer la información clave que proviene del big data. No podemos marcar una visión estratégica ni tomar decisiones importantes sin la información que nos llega del big data, pero es tal la avalancha, que no es sencillo saber leer los patrones, las tendencias, lo próximo en llegar o triunfar. También destacaría que, hoy más que nunca, uno solo no puede construir algo sostenible y exitoso, sin que sea un proyecto compartido. Fomentar el liderazgo a través del bienestar corporativo es inteligente, no sólo éticamente correcto.

«No podemos marcar una visión estratégica ni tomar decisiones importantes sin la información que nos llega del big data, pero es tal la avalancha, que no es sencillo saber leer los patrones, las tendencias, lo próximo en llegar o triunfar».

También ha escrito la novela para adolescentes: «Flighters», ¿qué puede explicarnos acerca de esta otra obra suya?

Está ambientada en el siglo XXIII, con clases en el colegio muy distintas y modos de vida diferentes. Me la publicó Palabra en junio de 2018. Dos hermanos huérfanos están envueltos en la trama de la misteriosa muerte de sus padres, que tienen clase de silencio interior, por ejemplo, y un enorme vínculo de amistad con sus compañeros de clase del equipo rojo. 

Me permitió reflexionar acerca de lo importante que es para mantener una buena salud mental el cuidar la meditación, las relaciones sociales positivas, el ejercicio físico y los hobbies. En mi caso, esos hobbies serian el paseo, la lectura y la escritura, y de ahí Flighters. Es más importante todavía para la mujer el que se proponga cuidarse, que se dé mimos, momentos de relax que le sirvan de recuperación de energía física y mental.

«Mi novela «Flighters» me permitió reflexionar acerca de lo importante que es para mantener una buena salud mental el cuidar la meditación, las relaciones sociales positivas, el ejercicio físico y los hobbies».

Tras casi cinco años de labor en la UNIR, Universidad Internacional de la Rioja, ¿cómo ha evolucionado su responsabilidad?

Empecé diseñando, junto a grandes profesionales, altos cargos en distintas empresas, como Enrique Valer, recientemente fallecido, que fue presidente de Schneider Electric Iberia, Carlos Grau, Director de la Fundación Mobile World Capital, Paloma Arias, Directora de RRHH del Hotel Four Seasons Madrid, Patricia Ferruz, entonces Directora de Marketing en Vodafone, Cristobal Ripoll, CEO de Ledvance, Jaime de Jaráiz, Presidente de LG Iberia y muchos otros grandes profesionales, un Programa de Desarrollo Directivo que desde su primera edición, gustó muchísimo al alumnado y fue evolucionando hasta pasar a ser un  EMBA (Executive Master in Business Administration) y ya en la quinta edición seguimos disfrutando todos con este programa: profesores, alumnos, coaches, mentores.

Luego saqué varios programas de temática y extensión variada como un programa de mentor-coaching o un Máster en Liderazgo y Crecimiento Personal. Ahora he pasado a centrarme en diseñar nuevos Másteres Executive con el formato, la metodología y la extensión de un EMBA. En Otoño sacaremos cinco Executive Másters nuevos: en Dirección de RRHH, en Dirección Financiera, en Transformación Digital, en Marketing Digital y en Industria AgroAlimentaria.

¿Cuáles es su principal cometido en la actualidad, como directora de Executive Education?

Busco que los programas Executive que lanzamos en Unir supongan la accesibilidad de un producto premium a un precio asequible, que los mandos medios puedan acceder a productos de muchísima calidad, con un profesorado de primer nivel a la vanguardia del sector empresarial de referencia. Tengo un claustro extraordinario y un acompañamiento muy personalizado al alumno: el alumno tiene un tutor, un project master y un coach personal. Súmale a esto las ventajas de poder asistir a clases en directo pero en línea, lo que supone poder seguirlas desde tu casa o desde la oficina, cosa que un ejecutivo necesita. Y, además, poder trabajar el método del caso en equipo cada semana, también en línea, compartiendo con compañeros y profesores, haciendo un networking que en el siglo XXI no pasa por pisar el suelo de los edificios físicos de escuelas de negocio sino por relacionarse en línea con ocasionales encuentros físicos. ¿No es acaso esto hoy la vida real? ¿No debe el directivo hoy conseguir sacar adelante proyectos trabajando con personas en remoto, usando teams, zoom, etc? Eso es lo que hacen nuestros alumnos Executive.

El desarrollo no es un beneficio que debería ser reservado solo a las elites en una empresa. UNIR aspira, con los programas “Executive Master”, hacer accesible a cualquier ejecutivo una experiencia de aprendizaje puntera – a la cual el alumno pensaba que nunca podría acceder, porque la consideraba “de lujo”. Lograr esto es una satisfacción inigualable, y será la clave de nuestro éxito.

«El desarrollo no es un beneficio que debería ser reservado solo a las elites en una empresa».

Haciendo un guiño a gran parte de la audiencia de Muy Segura, integrada por mujeres profesionales: ¿qué cualidades destacaría en una mujer líder? ¿Hay aspectos peculiares que puedan distinguir el liderazgo en función del sexo?

Creo que las cualidades o competencias de un buen líder no tienen género. Pero las mujeres, porque históricamente han tenido que enfrentarse a muchos obstáculos a superar, porque han tenido que combinar muchísimas responsabilidades y tareas en diversos frentes, pueden tener muy desarrollada la resiliencia y la adaptabilidad, la gestión del cambio. También la capacidad de escucha.

«Creo que las cualidades o competencias de un buen líder no tienen género».

En línea con la pregunta anterior: ¿considera que en nuestro país se están desarrollando las acciones adecuadas para promover el tan ansiado liderazgo femenino en los puestos de alta dirección? ¿Cuál sería su propuesta al respecto?

En cualquier puesto de dirección o responsabilidad, lo ideal es que prime el mérito, mérito no únicamente entendido como mérito académico o profesional, sino también mérito por calidad humana manifestada en que la gente que haya trabajado con esa persona haya reportado que con ella ha trabajado muy bien, ha crecido y ha disfrutado. Pero hay situaciones históricas que llevan su inercia y su lastre y que hay que corregir, para lo cual es adecuado que se busquen incentivos. Diría que hay que seguir explorando vías creativas que potencien ese deseado liderazgo femenino y también una equiparación salarial. Hay algo que de por si creo que la era post covid va a facilitar y es la promoción de la flexibilidad de horarios y de espacios de trabajo, punto que encuentro muy positivo y muy necesario en nuestra forma de vida de siglo XXI.

«Diría que hay que seguir explorando vías creativas que potencien ese deseado liderazgo femenino y también una equiparación salarial».