Soraya Bajat (Sanitas): «El principal desafío es tratar de que la mente no nos juegue malas pasadas haciéndonos creer que esta situación va a durar para siempre»

‘Muy Segura’ entrevista a Soraya Bajat, jefa de Psicología en el Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela y jefa de Salud Mental en el Hospital Sanitas La Moraleja.

Hace un año que se desató la pandemia sanitaria. ¿Cuáles son los principales cambios a los que la sociedad se ha visto expuesta?

Los principales cambios a los que se ha visto expuesta la sociedad son los relacionados con las restricciones tanto en la movilidad como en los contactos sociales. Eso ha alterado por completo nuestras rutinas (laborales, académicas, familiares, de relación, etc.), y ha generado una sensación prácticamente permanente de pérdida de libertad, así como de desvinculación social, que, concretamente en nuestra sociedad española, ha generado más impacto por estar principalmente caracterizada por una cercanía y proximidad interpersonal elevada junto con una amplia cultura de actos y eventos sociales de todo tipo, presentes prácticamente a diario antes de la pandemia.  

A parte de las restricciones de relación, se ha generado un cambio en las relaciones personales, ya que estas ponen en juego la convivencia con la supervivencia. Estamos cambiando patrones cognitivos y conductuales en nuestras relaciones sociales, de tal forma que podamos tener relación sin ponernos ni poner a los demás en riesgo.

Pese a que todos sabíamos la vulnerabilidad que tenemos los seres humanos a la enfermedad, es como si, de repente, casi todos nos hubiéramos dado cuenta de ello y tomado conciencia de golpe. Esto está generando un cambio conceptual en cuanto a la enfermedad, al autocuidado y cuidado de los demás, cambiando nuestro estilo relacional tanto por normas impuestas como por precauciones autoimpuestas. Estamos en pleno proceso de cambio y adaptación a una nueva realidad que ha venido de manos del covid.19. 

«A parte de las restricciones de relación, se ha generado un cambio en las relaciones personales, ya que estas ponen en juego la convivencia con la supervivencia».

Poniendo el foco en la salud mental, su área de especialidad, ¿qué problemáticas más destacadas han constituido el día a día de sus consultas?

A parte de la continuidad con los tratamientos previos que ya estaban en curso, y que muchos de ellos se han visto claramente perjudicados por la situación de pandemia, la demanda de intervención en salud mental (tanto psicológica como psiquiátrica), ha aumentado debido a todo lo que conlleva la situación actual que continúa un año después. 

La sociedad ha tenido que aprender a convivir con el miedo. Miedo a enfermedad y la muerte propia y de las personas queridas, miedo a la pérdida de trabajo u oportunidades laborales/académicas, miedo a la pérdida de libertad para desarrollar actividades lúdicas o sociales, miedo a la soledad permanente y a no poder disfrutar/acompañar a las personas mayores por ser más vulnerables, etc.  En gran parte de la población, ese miedo se ha traducido en ansiedad, irritabilidad y tristeza principalmente. La pandemia es una situación de incertidumbre que afecta a las principales fuentes de preocupación de las personas así como a nuestra autonomía y relaciones interpersonales, incrementando la sensación de soledad y de pérdida de control de nuestras vidas. En muchas personas, en el día a día se traduce en un malestar emocional por la falta de sensación de control en el presente, así como en una sensación de falta de futuro o sensación futuro incierto no muy halagüeño, que ha suscitado que muchos de ellos demanden ayuda psicológica.  

Los cambios en el terreno laboral (como el teletrabajo, los despidos, los ERTES, etc) y en el académico, han favorecido en muchas familias conflictivas por la convivencia excesiva a la que no estaban acostumbradas, aumentando las consultas por esos motivos. El duelo, los trastornos de alimentación y de adicciones también han sufrido un incremento en nuestras consultas en relación a antes de la pandemia, entre otros. 

Además, desde el comienzo del 2021 hemos visto reflejado un pico en la demanda de salud mental, probablemente favorecido por el factor agotamiento tras un año en situación parecida. 

«La pandemia es una situación de incertidumbre que afecta a las principales fuentes de preocupación de las personas así como a nuestra autonomía y relaciones interpersonales, incrementando la sensación de soledad y de pérdida de control de nuestras vidas».

¿De qué manera han gestionado la atención a sus pacientes, en un contexto de confinamiento que restringía las consultas físicas?

Afortunadamente Sanitas ha puesto al alcance tanto de todos sus asegurados como de los profesionales las herramientas necesarias para poder realizar todas las consultas de manera virtual (videoconsultas o consultas telefónicas), que han permitido la continuidad en la atención de todos los pacientes justamente en los momentos más difíciles. 

Esa facilidad se hace extensiva a día de hoy, donde todos los pacientes siguen teniendo a su alcance el recurso virtual, ya que sigue siendo imprudente el exceso de circulación de pacientes por los centros para consultas que no requieren necesariamente presencialidad. 

«Afortunadamente Sanitas ha puesto al alcance tanto de todos sus asegurados como de los profesionales las herramientas necesarias para poder realizar todas las consultas de manera virtual (videoconsultas o consultas telefónicas), que han permitido la continuidad en la atención de todos los pacientes justamente en los momentos más difíciles». 

¿Cuál es la situación en la actualidad y qué principales desafíos afronta la población este año, en materia de salud emocional y mental?

La situación actual está predominantemente marcada por la incertidumbre que tenemos desde el principio de la pandemia junto con agotamiento por la duración de la misma.

El principal desafío es tratar de que la mente no nos juegue malas pasadas haciéndonos creer que esta situación va a durar para siempre, porque no es así, y, aunque lo fuera, al final nos adaptaríamos a ella, como lo hemos hecho a lo largo de nuestra vida a muchísimas más cosas de las que somos conscientes. 

La percepción lo es todo, pero no siempre funciona correctamente y no podemos dejar que nos engañe. Hay mucha gente que desde que pasó el confinamiento ha empezado a hacer actividades (como ejercicio físico) y a salir muchas más horas y días que antes en términos objetivos, y, sin embargo, su percepción es de que lo hacen mucho menos que antes porque hay toque de queda, por ejemplo. La realidad y lo que percibimos de ella no siempre se corresponden, y debemos esforzarnos por tratar de ser lo más objetivos posibles, resaltando no sólo lo negativo de la situación, sino también todos los cambios positivos que nos han ocurrido a muchas personas (cambios en los valores personales, seguir con vida cuando tantísima gente la ha perdido, etc.). Hay muchas familias que están viviendo verdaderos dramas, y aún así saldrán aunque les lleve mucho más tiempo y esfuerzo, así que tratemos de mirar más allá de nosotros mismos y valoremos lo bueno de hoy, que siempre hay algo, por aparentemente insignificante que pueda parecer a priori. Yo creo que si alguna lección podemos sacar sin duda, es que cada segundo estando bien cuenta.

Así que el principal desafío en términos de salud mental hasta que el riesgo médico esté controlado, es lo que más nos cuesta a casi todos, desarrollar la paciencia y tolerancia a la frustración. No anticiparse a problemas futuros que aún no existen e ir manejando y resolviendo los desafíos del día a día.  

«La realidad y lo que percibimos de ella no siempre se corresponden, y debemos esforzarnos por tratar de ser lo más objetivos posibles, resaltando no sólo lo negativo de la situación, sino también todos los cambios positivos que nos han ocurrido a muchas personas (cambios en los valores personales, seguir con vida cuando tantísima gente la ha perdido, etc.)».

Poniendo el foco en el negocio, la tecnología y las soluciones digitales, ¿puede explicarnos cuáles son las principales apuestas de Sanitas?

Basándose en los valores de la compañía que pone el foco en favorecer vidas más largas, sanas y felices, yo resumiría la apuesta de Sanitas por la accesibilidad tanto a los recursos médicos/sanitarios como a intervenciones preventivas y/o inmediatas para prevenir/controlar problemas de salud tanto físicos como mentales. Fácil acceso a los recursos, rápida respuesta a las necesidades de los pacientes y promoción de la salud y del bienestar emocional.

«Basándose en los valores de la compañía que pone el foco en favorecer vidas más largas, sanas y felices, yo resumiría la apuesta de Sanitas por la accesibilidad tanto a los recursos médicos/sanitarios como a intervenciones preventivas y/o inmediatas para prevenir/controlar problemas de salud tanto físicos como mentales».

En cuanto al Asistente Virtual SanIA, ¿cuánto tiempo lleva en funcionamiento y con qué resultados? ¿Se esperan nuevos avances o evoluciones en dicho proyecto?

Lleva en funcionamiento desde finales de 2018 con excelentes resultados ya que ha facilitado a cientos de miles de usuarios el acceso a la citación y centros más próximos, a los datos de salud (informes, recetas, etc.), dar información sobre el COVID19, chequeos inteligentes, asesoramiento sobre tratamientos como la obesidad, valoración problemas de sueño, sesiones de mindfulness, etc., así como la valoración y asesoramiento psicológico de miles de personas, con un claro aumento durante el confinamiento. Sin interferir en el trato directo con los profesionales de salud y de los centros sanitarios, ha facilitado tanto las necesidades del paciente como de los profesionales, evitando consultas innecesarias para recogidas de informes/resultados, evitando la saturación de las líneas telefónicas para los pacientes que requieren asesoramiento en el proceso de citación más allá del ofrecido por la web, evitando colas innecesarias para el checking de los pacientes, etc., que, además, eran fundamentales en momentos de pandemia. En cuanto a la valoración del estado emocional ha resuelto dudas y facilitado asesoramiento en momentos de malestar emocional generalizado, así como gestionado la citación con el profesional más indicado (psicólogo, psiquiatra, médico general, neurólogo, urólogo o ginecólogo). 

Respecto a la parcela concreta de la valoración psicológica del Asistente, que fue la parte que diseñé ajustándola a los principales motivos de consulta en población española en ese momento, y con la finalidad de aconsejar la necesidad o no de valoración/intervención médica o psicológica, se está adaptando aumentando la evaluación y valoración del impacto de problemas que, ya estaban contemplados, pero que actualmente tienen mayor incidencia debido a las consecuencias de la pandemia como el malestar relacionado con el duelo por el fallecimiento de un ser querido o los relacionados con el confinamiento/restricciones como las fluctuaciones en las alteraciones del ánimo y la irritabilidad, entre otros.

«El Asistente Virtual SanIA lleva en funcionamiento desde finales de 2018 con excelentes resultados».

En definitiva, como experta con una amplísima experiencia en la materia: ¿qué mensaje podría lanzar a las personas que tienen problemas emocionales o de salud mental en este contexto de pandemia que se alarga más de un año, de cara a poder llevar una vida más saludable?

Lo primero es comprender que no encontrarse al 100%, o como antes de la pandemia, es razonable. Por tanto, es importante no pretender estar como si esta situación no estuviera ocurriendo. Cierto malestar es absolutamente natural en estos momentos, es algo transitorio y como tal tenemos que vivirlo.  Las crisis pueden convertirse en oportunidades impensables en otras circunstancias. Vivimos en un mundo de posibilidades, siempre es posible crear nuevas rutas y aprender nuevas pautas. 

A nivel relacional, esta experiencia, nos está suponiendo a la mayoría un cambio positivo en los valores, ya que la importancia de la familia, los amigos, el contacto social con compañeros y conocidos está cobrando una dimensión de gratificación, satisfacción e importancia, que probablemente hasta ahora no éramos conscientes e incluso, en muchos momentos, nos parecía insuficiente para resultarnos gratificante. Al final esto podría aumentar nuestra resiliencia, favoreciendo que seamos más flexibles con respuestas más adaptadas al estrés, y mayor capacidad para vivir el momento. 

La forma más saludable de vivir circunstancias como la actual empieza por asumir que durante el proceso de cambio no siempre vamos a estar bien, como acabo de exponer, pero que el resultado del proceso en absoluto tiene que ser negativo. Viviremos en algunas cosas de forma diferente, pero no por eso de forma menos satisfactoria. 

Debemos centrarnos en lo que sí podemos hacer. Afortunadamente vivimos en un momento histórico en el que la tecnología nos une a los demás, y aunque sea de una forma distinta, podemos seguir teniendo relaciones sociales (virtuales a veces y presenciales con ciertas limitaciones otras). 

Debemos tratar de mantener las rutinas lo más posible en todos los aspectos: alimentación, sueño, obligaciones versus ocio claramente diferenciado, actividad física, etc. 

Es fundamental ser consciente de que las medidas de seguridad son necesarias por el bien de todos. Es importante dejar de vivir las restricciones como imposiciones arbitrarias, ya que eso genera rechazo y hace que lo vivamos con malestar. Cuando uno no conduce después de haber ingerido alcohol, no porque lo diga la DGT o te pongan una multa, sino porque comprende que es un riesgo para uno mismo o para los demás, transforma una imposición en una convicción, y las convicciones personales las hacemos sin coste emocional. Sería importante hacer esto mismo con las medidas que se requieren para superar esta pandemia con el menor coste humano posible.

Y por último, pero no por ello menos importante, si el malestar continua, aunque sea de forma moderada, pero es persistente, es importante pedir ayuda profesional. Al final, tarde o temprano, la inmensa mayoría logrará adaptarse, pero no merece la pena encontrarse emocionalmente mal más tiempo del estrictamente necesario, ya que con cierta ayuda uno puede recuperar mucho antes el bienestar emocional.  

Aquellos pacientes que ya estaban en tratamiento antes, es importante que no lo dejen porque esta situación tan crítica puede ser motivo de recaídas innecesarias si uno no está bajo supervisión profesional, y, en caso de tenerlas, se resuelven mucho antes cuanto antes se actúe sobre ellas. 

«La forma más saludable de vivir circunstancias como la actual empieza por asumir que durante el proceso de cambio no siempre vamos a estar bien, como acabo de exponer, pero que el resultado del proceso en absoluto tiene que ser negativo. Viviremos en algunas cosas de forma diferente, pero no por eso de forma menos satisfactoria». 

¿Quiere añadir algún comentario o reflexión adicional?

Sí, recalcar la importancia actualmente de apelar a la tolerancia. De una forma u otra, todos, en mayor o menor medida, tenemos motivos para no encontrarnos bien o con la misma estabilidad de antes. Comprendamos que los demás están igual que nosotros, el que vive solo porque le pesa la soledad, los que viven en familia porque hay más roces por el aumento de la convivencia, el que trabaja porque trabaja mucho, el que está sin empleo por un miedo/incertidumbre económica actual o futura… Tengamos tolerancia para minimizar los errores de los demás, su mal humor, una posible frase desafortunada…. No nos centremos en pequeños roces cotidianos que pueden ser sólo fruto del malestar general de fondo al que estamos todos expuestos y aprendamos a minimizar, eso facilitará que los demás también sean más tolerantes con nosotros y nos ahorrará disgustos innecesarios, que en este momento preciso, ya nos sobran. 

«Tengamos tolerancia para minimizar los errores de los demás, su mal humor, una posible frase desafortunada…».