Vicepresidente de MetLife para el Sur de Europa y director general para España y Portugal
Las estructuras tradicionales, puestos de trabajo fijos y horarios laborales cerrados han pasado a ser cada vez menos importantes. En la actualidad, las organizaciones debemos buscar la forma de desplegar el talento de manera más eficiente, tratando de ayudar a nuestros empleados a adaptar mejor su trabajo a sus propias necesidades. Al fin y al cabo, todos necesitamos ese sano equilibrio entre vida personal y vida laboral. Tanto es así, que una buena gestión del tiempo y recursos dedicados al trabajo y a la vida cotidiana es sinónimo de bienestar y productividad.
Los trabajadores son el pilar de cualquier compañía. Siempre he sido de la opinión de que los empleados son el activo más importante. De su rendimiento dependen los resultados finales de cualquier compañía.
«Una de las características de cómo ha ido evolucionando el contexto laboral tras la pandemia tiene que ver con lo difícil que resulta distinguir entre la vida personal y la vida profesional. La popularización del teletrabajo y las jornadas a veces interminables hacen más necesario que nunca tener en cuenta lo que se conoce como work-life balance».
Este término anglosajón se refiere al equilibrio entre el tiempo y los recursos dedicados al trabajo remunerado y el tiempo y los recursos dedicados al resto de las ocupaciones vitales. Tanto el trabajo como el tiempo libre son necesarios para garantizar el bienestar físico y psicológico de los empleados.
Una persona con un buen work-life balance trabaja las horas estipuladas en un horario flexible y adaptado a sus necesidades, lo que le permite conciliar su vida personal con la laboral pero siempre cumpliendo con los objetivos marcados por la compañía. Y es este sano equilibrio vida-trabajo lo que conduce a un equipo feliz, a un incremento de la creatividad, optimismo, motivación y, en definitiva, a un aumento en el nivel de compromiso de los empleados.
Hay una frase de Steve Jobs que creo, refleja esta realidad: “Si hoy fuese el último día de tu vida, ¿querrías hacer lo que vas a hacer hoy?” Mi respuesta sería si, sin lugar a duda, porque soy feliz haciendo lo que hago. ¿Pero… y la de nuestros trabajadores?
Cada vez escuchamos más a los responsables de talento sobre la importancia de la conciliación de la vida laboral y familiar entre los trabajadores. Pero se trata más bien de una mezcla de trabajo y vida. A medida que el trabajo y la vida personal de la gente se mezclan, es cada vez más importante que los directivos apoyen el aspecto personal de la vida de sus empleados para asegurar que sienten el apoyo que necesitan para estar centrados y tener éxito en el trabajo.
