Yolanda González (Cepsa): «El no conformarme y siempre querer sacar lo mejor de mí, ha hecho que llegara a donde estoy ahora»

‘Muy Segura’ colabora en esta sección con Women in a Legal World (WLW), organización sin fines de lucro nacida en España, cuyos miembros son mujeres profesionales del sector legal, con capacidad de influencia, que desean transformar el entorno en el que se desenvuelven. Persigue generar las condiciones que permitan que todos los profesionales, hombres y mujeres, tengan la misma oportunidad de brillar y de conseguir el éxito en su carrera, configurando así un modelo que satisfaga a todos.

Este mes de febrero entrevistamos a Yolanda González Corredor, Data Protection & Privacy Officer de Cepsa.

¿Cómo fueron sus inicios profesionales? ¿Qué mejor recuerdo se llevó de aquella primera etapa?

Casi me da un poco de vértigo pensar en mis inicios profesionales, porque era muy joven y lo miro con cierta nostalgia. No había trabajado nunca y decidí quedarme sin verano con 17 años por unas prácticas en Cepsa. Esas prácticas se convirtieron en un contrato eventual y, desde entonces, aquí sigo. Tuve que compaginar mi trabajo con la universidad, me perdí un poco la vida universitaria tal y como sabemos que es, una de las mejores etapas de la vida, pero el desarrollo profesional, académico y personal que tuve fue increíble. Sin duda, me ha marcado mucho como persona y todo ello ha contribuido para convertirme en la mujer que soy ahora. Fue una mezcla de ilusión, esfuerzo, compromiso y mucha fuerza de voluntad.  

Miro hacia atrás y, como digo, con nostalgia y, al mismo tiempo, con gran alegría, porque veo que, a pesar del tiempo transcurrido, puedo decir que sigo manteniendo las mismas ganas de seguir aprendiendo de las personas que conozco y tengo la suerte de compartir conocimiento. Ahora, lo hago con la ventaja de la madurez adquirida.

Tengo muchos recuerdos y mentiría si dijera que todos son buenos, pero de todo se aprende y todo te aporta a seguir creciendo. En cambio, guardo con mucho cariño los recuerdos que tengo de las personas que contribuyeron a mi crecimiento profesional, las que dedicaron con mucha paciencia y generosidad su tiempo para enseñarme, y con las que compartí momentos fuera de la oficina en celebraciones. Me quedo con esas personas que siempre formarán parte de mi vida y que, por suerte, después de tantos años, algunos de ellos siguen estando a mi lado y, lo que es mejor, siempre seré para ellos, la niña que entró casi con coletas a trabajar.

«No había trabajado nunca y decidí quedarme sin verano con 17 años por unas prácticas en Cepsa».

¿Qué hitos han acontecido para usted, hasta la fecha, en el transcurso de su recorrido laboral? ¿Por qué han tenido un significado especial?

El primero de ellos fue cuando conseguí entrar a trabajar en la Asesoría Jurídica de Cepsa, después de haber estado ocho años compaginando la universidad, primero estudié la diplomatura de Graduado Social y, seguidamente, empecé Derecho. Todo ello mientras trabajaba en el departamento financiero de Cepsa. Así que, cuando terminé Derecho me cambié a la Asesoría Jurídica, y desde ese mismo momento me sentí abogada. Mi gran vocación, ya estaba donde quería y había luchado mucho por llegar.

Nunca había pensado que esto fuera un hito, pero haciendo memoria y, sobre todo, resaltaría también la primera vez en la que me dieron la responsabilidad de liderar un equipo, porque ahí también me di cuenta lo que me apasionaba la gestión de personas. Ser capaz y tener la voluntad de sacar lo mejor de las personas que trabajan contigo, hacer que brillen, inspirarles, superar obstáculos, y celebrar éxitos, compartir fracasos y errores juntos, es muy enriquecedor. Son hitos de los que me siento muy orgullosa.

«Resaltaría también la primera vez en la que me dieron la responsabilidad de liderar un equipo, porque ahí también me di cuenta lo que me apasionaba la gestión de personas».

No puedo evitar ser una persona inquieta e inconformista y esto es lo que me llevó a profundizar en cómo hacer las cosas de otra manera en el ámbito jurídico y llegué al mundo de la transformación digital y Legaltech. Sabía que había algo, no sabía qué, pero cuando lo vi, se me abrió una puerta de un área inmensa y apasionante de la que no he salido y en la que espero seguir creciendo como profesional y persona. Tampoco me olvido de cuando tuve que preparar la estrategia de transformación digital de la Asesoría Jurídica de Cepsa y cuando me tocó defenderla en el Comité de Transformación Digital de la compañía.

Sabía que era difícil, porque no había conciencia de que las abogadas hablaran de innovación, tecnología y metodologías de trabajo distintas a las tradicionales. Yo iba ya con la venda puesta, pero me la tuve que quitar, porque, aunque les sorprendió, les gustó y recuerdo que ese mismo día me encontré después en el ascensor al que era el CEO en ese momento, y me dijo: “lo tenías difícil y me ha sorprendido para bien, enhorabuena, sigue adelante”. Esas dos últimas palabras no se me olvidan, y muchas veces las he recordado para remontar momentos puntuales de frustración.

Y como dicen los americanos: the last but not the least, cuando me ofrecieron el puesto de DPO de Cepsa. Fue como una montaña rusa. Antes de ser DPO, llevando asuntos de protección de datos, me di cuenta de la gran responsabilidad de esta función. Una vez más, salieron las personas a relucir, y es verdad que me di cuenta de que no solo se estaba hablando de proteger los datos, sino también de proteger a las personas. Ya sabemos: “todo poder conlleva una gran responsabilidad”. Pues, yo me siento un poco así, muy responsable de las personas que no veo, pero que están detrás de los datos con los que trabajo. Por lo que, siempre intento no aislarme de la frialdad del dato, para tener presente que esto va de personas.

«Cuando me ofrecieron el puesto de DPO de Cepsa fue como una montaña rusa. Antes de ser DPO, llevando asuntos de protección de datos, me di cuenta de la gran responsabilidad de esta función».

¿Por qué se decantó por el sector jurídico y qué es lo que más le atrae de él?

Ya desde los primeros momentos en la Facultad de Derecho, sabía que era lo que quería. Es verdad que dudé, porque me interesó mucho el Derecho Natural. Recuerdo cuando nos pusieron la película de “Los juicios de Núremberg”, lloré y lloré no solo por la barbarie que allí se estaba juzgando, sino también, por lo que el Derecho representaba: hacer justicia, tener unos derechos universales que están por encima del derecho escrito, y sabía que aquí me tendría que dedicar a la investigación, que no me importaba y a la docencia, otra pasión que con los años he encontrado. Cuando terminé la carrera y me incorporé a la Asesoría Jurídica de Cepsa y, en concreto, al área mercantil, toqué el derecho de verdad, algo vivo, que está presente en nuestro día a día, que implica un razonamiento con el objetivo de encontrar soluciones para resolver problemas.

No puedo olvidar el impacto social y ético del derecho y, sobre todo, el reto constante de adaptarse a las nuevas realidades y necesidades de la sociedad, la obligación, casi moral, de estar siempre aprendiendo para contribuir, en mi caso, a un enfoque de excelencia dentro de mi organización y la contribución social, pequeña, pero que forma parte de un todo, de todo lo que aporta a la sociedad el Derecho.

«Ya desde los primeros momentos en la Facultad de Derecho, sabía que era lo que quería».

Se considera una “apasionada de la transformación digital”, ¿puede hablarnos de cómo está afectándole al mundo de la abogacía?

Totalmente apasionada. Tuve la suerte de compartir esta aventura con grandes profesionales y mejores personas cuando empezamos a impulsar la transformación digital del área de Legal de Cepsa. Me di cuenta de que era necesario y posible acercar dos mundos, el tecnológico y el legal, acercar el lenguaje, hablar de tecnología y de personas.

Yo creo que las profesionales del Derecho estamos de enhorabuena, sinceramente, porque nos ha tocado vivir un momento apasionante y retador que nos va a permitir romper muchos estereotipos de nuestra profesión. Me niego a admitir determinados comentarios como “explícamelo para abogados”, no, explícamelo para que lo entienda, pero no porque sea abogada.

Nuestro entorno es cada vez más competitivo, cambiante y las soluciones que tenemos que dar deben ser rápidas e innovadoras, y no digo ya, con la incorporación de la inteligencia artificial (IA) en nuestra profesión. Todo este contexto nos obliga a incorporar al perfil técnico-jurídico, nuevas habilidades y competencias, dejando que la curiosidad y el error formen parte de nuestro día a día.

Es nuestra obligación formarnos más, no nos podemos conformar con lo que ya sabemos, porque eso ahora no es suficiente. Vivir con el miedo que la IA nos va a sustituir y seguir haciendo lo mismo, no soluciona el problema, porque lo es. Hay que saber de tecnología, hay que incorporar la IA a nuestra profesión. Los discursos apocalípticos que la IA sobre que nos va a sustituir a los abogados no funcionan, pero hay que ser realista, la IA está tiendo ya un impacto en el mundo legal, realizando tareas mucho más rápidas que las personas, así que, la solución es saber incorporar la IA como una oportunidad de desarrollo y en aras de estar siempre dispuestos al más correcto y mejor ejercicio de nuestra actividad profesional.

«Creo que las profesionales del Derecho estamos de enhorabuena, sinceramente, porque nos ha tocado vivir un momento apasionante y retador que nos va a permitir romper muchos estereotipos de nuestra profesión».

¿Cómo han evolucionado sus responsabilidades en la compañía y en qué objetivos está centrada en el momento actual?

Desarrollo y evolución continuas. Esa ha sido mi suerte. Tener la oportunidad de empezar desde abajo, ir aprendiendo, escuchando, esforzándome y con grandes dosis de compromiso. El no conformarme y siempre querer sacar lo mejor de mí, ha hecho que llegara a donde estoy ahora, Data Protection Officer& Privacy Officer de Cepsa que, como he dicho, lo vivo con verdadera pasión. Pasión que me acompaña a un nuevo reto y en el que estoy muy implicada, trabajar de forma conjunta con diversas áreas de Cepsa, para establecer un marco de gobierno de uso responsable de la inteligencia artificial en la organización y establecer esos principios éticos que tienen que guiar, mejor dicho, formar parte intrínseca, del uso y desarrollo de la IA. Estoy muy ilusionada con este nuevo reto que tengo por delante.

«El no conformarme y siempre querer sacar lo mejor de mí, ha hecho que llegara a donde estoy ahora, Data Protection Officer& Privacy Officer de Cepsa que, como he dicho, lo vivo con verdadera pasión».

¿Por qué crees que asociaciones como  Women in a Legal World son importantes para la sociedad?  

Es esencial contar con estas asociaciones, y con mujeres valientes y generosas que dedican su tiempo para lograr la igualdad en el mundo legal. Porque debemos seguir dando visibilidad al talento femenino, rompiendo estereotipos anticuados que ya huelen a rancio que, por desgracia, sigue frenando a algunas compañeras en su trayectoria profesional. En mi caso, en Cepsa nunca me he encontrado con este problema, porque tengo muy claro que el talento no hace distinciones de ningún tipo. Por eso, es tan importante que mujeres desde distintos sectores del mundo del derecho, se unan en una sola voz para lograr una sociedad igualitaria que no puede existir, sin que exista esa igualdad en el sector legal.

«Debemos seguir dando visibilidad al talento femenino, rompiendo estereotipos anticuados que ya huelen a rancio que, por desgracia, sigue frenando a algunas compañeras en su trayectoria profesional».

Mujer y sector jurídico: ¿Cuál es su percepción acerca del nivel de notoriedad de la mujer en el mundo de la abogacía?

En mi opinión, todavía queda mucho por avanzar. Algo sigue fallando si hay más mujeres que hombres en la Facultad de Derecho o si somos mayoría a la hora de aprobar oposiciones. En cambio, esta realidad de momento no se refleja en puestos de responsabilidad de muchas compañías o instituciones jurídicas.

Me gustaría pensar, como apasionada también de la transformación digital, que, aunque el debate social acerca de cómo la IA va a provocar una mayor desigualdad, creo que en el mundo jurídico la IA nos va a poner en una situación más igualitaria a mujeres y hombres. Ahí, sí que creo que vamos a estar en igualdad de condiciones, porque partimos de la misma casilla de salida.

Como he dicho anteriormente, el Derecho es esencial en nuestra sociedad, para que esta sea cada vez más justa y equitativa, por lo que resultaría una contradicción que esa palanca esencial para el cambio, no reflejara los valores de la igualdad y equidad, sería una especie de oxímoron.

«Creo que en el mundo jurídico la IA nos va a poner en una situación más igualitaria a mujeres y hombres».

¿Desea lanzar un mensaje a la mujer profesional que desarrolla su actividad profesional en distintos mercados y desde diferentes responsabilidades, entre ellos el sector asegurador, y que constituye una parte destacada de la audiencia de Muy Segura?

Que no renuncien a su esencia de mujer para llegar a puestos de responsabilidad, que no lleven la carga de tener que satisfacer las expectativas de liderazgo de otros, para centrarse en cumplir con sus objetivos profesionales. Se habla mucho del liderazgo masculino frente al femenino y no creo que esta comparación beneficie a nadie. Estamos hablando de igualdad y diversidad, y la diversidad es riqueza, es valor. Nosotras, por lo que somos, cómo somos y por lo que representamos, tenemos que formar parte en igualdad de condiciones en todos los sectores de la sociedad para lograr una sociedad justa, por eso, nos lo tenemos que creer, romper techos de cristal y sacar los mejor de nosotras como mujeres y para ello, también necesitamos también que los hombres nos acompañen en este viaje.

«Nosotras, por lo que somos, cómo somos y por lo que representamos, tenemos que formar parte en igualdad de condiciones en todos los sectores de la sociedad para lograr una sociedad justa».