En medio de una pandemia mundial con crisis incluida… doy vida a mi segunda hija: b4 Correduría

Por Noelia Valverde, miembro de NEWCORRED.

Si alguien me hubiese dicho hace 15 años que iba a trabajar en el sector asegurador me hubiera reído mucho. Si me hubiesen contado entonces que, además, iba a constituir una empresa propia me habría muerto por un ataque súbito de hilaridad.

¡Hola! Me llamo Noelia Valverde y, contra todo pronóstico, soy la creadora de una correduría de seguros llamada b4 (La Zona Segura). Digo que lo soy a pesar de las apuestas porque, bueno… para ser sincera, este no fue precisamente el sueño de mi infancia.

En realidad, con 20 años, soñaba con escribir… Por eso me licencié en Humanidades, me especialicé en edición lexicográfica y trabajé de editora durante unos años. Entonces, en la tierna juventud, tenía clarísimas dos cosas esenciales: que mi pasión era la cultura y que jamás sería empresaria (demasiado riesgo, demasiado complicado). Como ya te habrás imaginado, mis planes iniciales se han ido diluyendo poco a poco, como acuarela mojada, hasta pintar el lienzo en el que b4 Correduría se retrata hoy.

«Fue al finalizar mi último proyecto editorial cuando alguien me invitó a trabajar en una compañía de seguros. En aquel momento tuve escalofríos de terror: ¡los seguros eran lo más aburrido del mundo!, muy poco creativo para mí… Pero acepté el reto porque necesitaba con urgencia un cambio de dirección. Y menos mal que me atreví. Lo que descubrí dentro de esta realidad –primero gris, después soleada- me enamoró para siempre… ¡y aquí sigo!, más de una década después».

Sin embargo, y a pesar de estar convencida de que no me movería del sector asegurador, nunca tuve vocación de empresaria, para ser honesta. Aprobé el examen de corredor por el mero gusto de saber más, de ser mejor profesional: nada más. Fue la vida la que me llevó de la mano a las puertas de mi propia empresa y no me quedó otra opción que aceptar el desafío.

Todo empezó cuando nació Jorge, mi hijo. Tiene ahora 3 años y una energía desbordante. Desde el primer día que llegó al mundo demandó una atención constante que no me dejaba descansar, ni de día ni de noche, porque durante el primer año de vida nunca durmió más de una hora seguida. Esta experiencia agotadora empezó a pasarme factura: por supuesto, en un sentido personal, físico y emocional, pero también profesional. Hoy Jorge está diagnosticado con el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Hace 3 años estaba convencida de que la conciliación laboral-personal era una realidad consolidada, pero tengo que admitir que para mí este camino no ha sido fácil.

Y no lo ha sido precisamente por adolecer de los respaldos necesarios por parte de mis jefes…, sino, quizá, por la realidad de nuestro sistema laboral. Cuando Jorge nació yo trabajaba con el mejor de los equipos, el de Lupe García (directora de Amcisa Correduría), quien es mucho más que una jefa para mí: siempre ha sido un apoyo, una benefactora, una amiga y además el espejo en el que me gusta mirarme. Ella tuvo que luchar muchísimo por encontrar su lugar en el mundo empresarial porque nació en un momento de nuestra historia en que el que lo que se esperaba de ella es que fuese esposa y madre. Y lo es (una de las grandes), y también una empresaria de bandera que ha encontrado por sí misma el equilibrio entre lo personal y lo laboral sin que nadie le señalara el camino: valiente, profesional y triunfadora, es un ejemplo de feminidad. Tuvo conmigo infinita paciencia, pero finalmente mi nueva realidad como madre, la enorme demanda de esfuerzo y recursos que me planteaba, me llevaron al límite en todos los sentidos imaginables.

«Por eso exploré otras opciones laborales… hasta que no me quedó otra elección que admitir que lo que más ilusión me hacía era asumir una responsabilidad completamente nueva: b4 Correduría. Estás loca, ¡En medio de una pandemia! y ¿¡En qué estás pensando!? fueron algunas de las opiniones que recibí cuando anuncié que iba a emprender un proyecto empresarial propio».

Inicié los trámites de solicitud de autorización para ejercer como corredora a comienzos de 2020, de la mano de Newcorred. ¡Y menos mal que existe Newcorred!, porque no tenía ni idea de por dónde empezar. Les pedí que gestionasen mi expediente y… unas semanas después llegó una pandemia mundial.

«Durante aquellos largos meses de incertidumbre el equipo administrativo de Newcorred fue un faro en medio de la tormenta para mí, hasta tal punto que, una vez obtenida la autorización para ser corredora, no tengo ninguna intención de separarme de la asociación en el futuro. Siguen siendo un apoyo incuestionable y una luz brillante cuando algún problema parece demasiado oscuro».

Así fue como las circunstancias le fueron dando forma a b4 Correduría. Hoy puedo decir que estoy orgullosa de haberme arriesgado, aun en medio de una pandemia mundial con crisis incluida, a haberle dado vida a mi segunda hija: b4 Correduría. Aquí es donde, junto con mi equipo, hemos construido una auténtica Zona Segura.

Me hubiese reído muchísimo si alguien, hace 15 años, me hubiera contado todo esto. Pero… ¡ya lo ves!, la vida siempre está dispuesta a sorprendernos. Y, afortunadamente, cuando la identidad y el trabajo se convierten en una única cosa el resultado es, a menudo, brillante.