El uso y abuso de las pantallas. Cuando se convierte en adicción

El uso y abuso de las pantallas. Cuando se convierte en adicción

Por Mª Jesús Álava Reyes, presidenta de Apertia-Consulting y de la Fundación María Jesús Álava Reyes. También dirige el Centro de Psicología Álava Reyes y el Instituto de Bienestar Psicológico y Social.

Estamos terminando el periodo vacacional y muchos progenitores han visto con sus propios ojos hasta qué punto sus hijos están enganchados a sus pantallas y priorizan estas sobre cualquier actividad del entorno.

La Comunidad de Madrid será la primera en España que intentará que este próximo curso escolar 2025/26, se eliminen de sus colegios el uso individual de dispositivos digitales en alumnos de Educación Infantil y Primaria.

Igualmente, para este próximo curso, el Gobierno obligará por primera vez a colegios e institutos a regular, de acuerdo con las normas autonómicas, el uso de pantallas en las aulas con fines educativos.

Hoy abordaremos las principales consecuencias del uso abusivo de las pantallas, cómo detectar si nuestros hijos están desarrollando adicción a las mismas y qué podemos hacer.

Principales contenidos del texto  de la Comunidad de Madrid

El Gobierno regional establecerá que los alumnos de Infantil y Primaria no podrán trabajar de forma individual con dispositivos digitales, y sus maestros tampoco podrán programar la realización de deberes u otras tareas académicas en las que tengan que utilizar tablets, ordenadores, móviles o similares fuera del horario escolar. En concreto

Niños de 0-3 años, no tendrán contacto con estos dispositivos.

En cuanto al uso compartido entre dos o más alumnos, se permitirá siempre con una finalidad pedagógica, bajo la supervisión de los docentes y con limitaciones de tiempo en función de las edades y etapas. Así, en el segundo ciclo de Educación Infantil (niños de 3 a 6 años) y en los dos primeros cursos de Primaria, este manejo compartido estará restringido a una hora semanal.

Por su parte, los alumnos de 3º y 4º de Primaria tendrán una hora y media para su empleo conjunto durante la semana, mientras que los de 5º y 6º podrán usarlas con estas condiciones un máximo de dos horas semanales.

En cuanto a la etapa de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), serán los propios colegios e institutos que la imparten los que delimiten el uso individual o compartido de tablets, ordenadores y demás dispositivos, según las características de las enseñanzas, la edad y el grado de madurez de sus alumnos.

Habrá excepciones a estas restricciones a los alumnos con necesidades específicas

Era necesaria la nueva ley que se ha aprobado

Si, era una ley absolutamente necesaria, porque cada vez tenemos mayor evidencia empírica de cómo un mal uso, un abuso de la tecnología, de las redes sociales, de los videojuegos, tiene un impacto negativo en la salud mental de los niños y de los adolescentes. Así, aquellos adolescentes que abusan más de la tecnología, tienen un estado de ánimo más bajo, y cursan más casos de depresión, más de ansiedad y más de estrés.

En este sentido, la Comunidad de Madrid fue la primera en la creación del Servicio psicopedagógico de intervención especializada en adicciones a las nuevas tecnologías a adolescentes y sus familias (s.a.a.t.) comunidad de Madrid

Este servicio atiende a Adolescentes, Familias y Profesionales y da respuesta a la necesidad de asesorar, prevenir y, en su caso, intervenir frente al uso inadecuado, abuso y/o dependencia de las tecnologías en adolescentes de entre 12 y 17 años de edad.

Al frente está un equipo multidisciplinar formado por profesionales del ámbito de la psicología, la educación social y el trabajo social.

Qué efectos produce el exceso de las pantallas en nuestro cerebro y en nuestra salud física

El uso de la pantalla, según la Asociación Nacional de Pediatría, es perjudicial, pues cuanto más pantalla, menos horas del sueño, peor calidad del mismo, dietas menos saludables, menos actividad física… y todo eso influye negativamente en la salud cardiovascular; influye negativamente en la vista, favorece la miopía y el estrabismo y  en la corteza prefrontal hay zonas que se desarrollan menos, zonas que nos ayudan a prestar atención y concentrarnos.

En resumen, el uso de pantallas ha favorecido trastornos del sueño, problemas de alimentación, autolesiones, intentos autolíticos…

Igualmente, se deterioran los procesos de atención, concentración, memoria, agilidad y rapidez mental, entre otros

¿Cómo identificamos un problema de adicción en nuestros hijos?

Ahora que ya sabemos el efecto nocivo que puede tener el abuso de las pantallas en la salud mental de los menores, muchos padres se plantean cómo pueden detectar si sus hijos tienen un problema de adicción a la tecnología.

La tecnología no es mala en sí misma. Depende mucho de la herramienta que estén utilizando, y además hay que añadir que no afectan por igual a todos los niños, dado que se relacionan de forma diferente con ella.

La variable más importante no es el tiempo, es el conflicto que genera su uso y el nivel interferencia que crea en su vida.

¿En qué nos tenemos que fijar?

  • En su bajo nivel de Tolerancia: cada vez el niño nota menos los efectos inmediatos y necesita más consumo y subir la dosis para notar estos efectos.
  • Modifica el humor. Si saben que van a utilizar la herramienta están de mejor humor.
  • Uso compulsivo.

Siempre que tenga un rato libre busca utilizarlo para engancharse. Algunos menores llegan a levantarse por la noche cuando sus padres duermen para jugar a determinados juegos.

  • Anticipación: durante el día planifican qué harán cuando lo tengan.
  • Falta de Autocontrol. No son capaces de cortar la partida o el uso de la herramienta. No controlan.
  • Conflicto. Esta es la variable más significativa. Una herramienta es un problema cuando entra en conflicto con otras facetas de la vida. Ej. horas de sueño, se salta comidas, roba horas de estudio, interfiere en la relación con los padres…
  • Experimentan Síndrome de abstinencia. Si se lo quitamos sufren. Y el sufrimiento se convierte en ira, y se enfadan o tienen estallidos emocionales cuando no pueden jugar o lo tienen que apagar. Si se lo quitamos sufren. Y el sufrimiento se convierte en ira, y se enfadan o tienen estallidos emocionales cuando no pueden jugar o lo tienen que apagar.
  • Recaídas. Lo intentan dejar y no lo consiguen, de nuevo recaen.
  • Alivio emocional. Si lo usan cuando se sienten mal para sentirse mejor.
  • Es un chupete emocional. Si se lo quitas no saben cómo manejar las emociones desagradables y no tiene estrategias de regulación emocional.

Hay que valorar todos los criterios. Todos en su conjunto, no únicamente cuantas horas le dedican.

Recomendaciones para el uso saludable de pantallas:

Antes de los 3 años: 0 pantallas. Eso implica no uso de teléfonos, tablets o televisión.

Tanto el cerebro del niño como el ojo son especialmente sensibles y necesitan madurar fuera de las pantallas.

De 3 a 6 años, niños de infantil: La Asociación de Pediatría recomienda ya 0 pantallas también para esta franja de edad; cómo mucho podrían utilizar 15 minutos al día para ver algún dibujito, siempre acorde a su edad y acompañado con sus padres. Es decir, son los padres quienes seleccionan el contenido y están con ellos mientras los ven.

La pantalla no es un canguro ni un aparca niños. Los puedes dejar viendo algo y cuando vuelves ves que tienen otro tipo de contenidos

Durante la primaria: podemos ampliar el rango de uso, sin embargo, los padres deben estar presentes mientras sus hijos utilizan las pantallas. Sobre el tiempo máximo de uso de los dispositivos electrónicos en esta franja de edad, estamos de acuerdo con la Comunidad de Madrid y sería de 1 a 2 horas a la semana, en función de los cursos.

Antes de darles su propio dispositivo (no es recomendable hacerlo antes de los 14 años), establezcamos un contrato sobre el uso del mismo y dejemos claro que no es suyo, es de los padres y mientras sean menores tendrán el acceso que los padres determinen.

A partir de los 16 años: El tiempo de uso de dispositivos no puede superar al de actividades off line como leer, quedar con amigos, estar con la familia, practicar deporte…

Fijemos la hora de apagar los dispositivos electrónicos.

Los dispositivos siempre deben de estar fuera de la habitación donde se duerme, tanto de los adultos como de los niños.

Las pantallas no deben interferir en la vida cotidiana: a nivel de estudios (que no bajen las notas, que no tengan incidencia con los deberes…) y tampoco interferirán a ni familiar, ni emocional.

No utilicemos las pantallas como un chupete emocional. Los niños y adolescentes tienen que aprender a convivir con las emociones desagradables, no permitamos que las tapen usando la tecnología.

Las comidas familiares estarán libres de pantallas. Es un espacio no solo para ingerir los alimentos, sino también de conexión familiar y para favorecer la comunicación.

El mejor dispositivo de control parental son los padres. Es necesario instalar aplicaciones de control parental, no obstante, eso no exime la responsabilidad de supervisar el contenido que consumen mientras son menores de edad.

Tú eres su modelo. Tus hijos te copian. Se consciente del uso que haces de los dispositivos electrónicos. No les exijas lo que tú no haces.

Conclusión final

Insistimos mucho en que hay que hacer un proceso de alfabetización digital, que hay que estar con ellos para ver exactamente cuál es el contenido que están viendo, cómo utilizan la tecnología, acotar los tiempos, los temas… sin embargo, esta responsabilidad no puede caer el 100% en las familias. En este sentido, necesitamos que las empresas tecnológicas también asuman parte de esta responsabilidad y que no sea tan fácil acceder a contenidos inapropiados, simplemente, mintiendo en la edad.