La importancia del corredor en el Canal Vida

Por Luiza Fragoso Teodoro, Independent Distribution Director, MetLife Iberia

Como decía Jeff Brezos, fundador y CEO de Amazon: “La cuestión no es saber qué va a cambiar en los próximos años, sino conocer qué va a permanecer constante para poder centrar en ello todos nuestros esfuerzos.” Y con esta afirmación tengo claro que lo que no va a desaparecer nunca son las personas.

El crecimiento digital ha incrementado el uso de asistentes virtuales, chatbot o incluso herramientas que integran Inteligencia artificial, que permite mantener conversaciones mediante texto y dar una respuesta a prácticamente cualquier pregunta de forma clara, precisa y coherente en cuestión de segundos  con el fin de reducir costes y optimizar recursos. Muchas personas se preguntan si serán reemplazados por estos agentes inteligentes y la respuesta tiene muchas aristas.

Soy de la opinión de que la tecnología debe convertirse en el medio y no el fin para la automatización de procesos y la gestión del negocio desde Recursos Humanos, pasando por operaciones y ventas hasta llegar a la experiencia del cliente y así poder afrontar los cambios de manera hábil y estratégica.

La tecnología son herramientas que deben estar siempre al servicio de las personas, que son a fin de cuentas las que tienen la capacidad de hacer un uso coherente de ellas.

«La tecnología debe convertirse en el medio y no el fin para la automatización de procesos y la gestión del negocio».

Para abordar la transformación digital y la automatización, debemos tener en cuenta que hay determinadas capacidades humanas que nunca podrán ser sustituidas por las máquinas por muy avanzada que esté la inteligencia artificial. Y os preguntareis a cuáles me refiero. Son todas aquellas en las que la inteligencia emocional juega un papel fundamental. La inteligencia artificial antes debe ser inteligencia humana. Pensar cómo piensan las personas para poder entender sus reacciones, sus necesidades y sus problemas reales. En el caso de los seguros de vida, no existe un algoritmo que te indique cuándo contratarlo o qué tipo de cobertura necesitas. Se trata de un producto que debe ir acompañado por un asesoramiento personalizado ofrecido por un profesional que conozca lo que realmente necesitas en ese momento, que sepa a qué riesgos te enfrentas cada día y también que sea consciente de las cargas familiares y/o personales que te acompañan.

En este sentido en MetLife lo tenemos muy claro, y es por ello por lo que hemos relanzado nuestro canal de corredores y seguimos apostando fuertemente por él. El papel del  corredor es hoy en día una pieza clave para nuestro sector. Porque son ellos los que realizan un estudio especializado en base a las necesidades de cada cliente y así es como brindan las mejores soluciones según las sus necesidades individuales.

Porque si de algo estamos seguros es que nuestro trabajo es acompañar a las personas, estar a su lado y protegerlas. Y esto, hoy en día, no lo puede hacer una máquina.

«En MetLife lo tenemos muy claro, y es por ello por lo que hemos relanzado nuestro canal de corredores y seguimos apostando fuertemente por él».