Por Eva García, socia fundadora en Coaching on Focus, consultora de RR.HH., Bioquímica y Neurocoach.
El concepto de liderazgo requiere una mayor simplicidad.
Ramón y Cajal se refería al potencial de las personas con la siguiente frase: “Todos, si nos lo proponemos, podemos ser escultores de nuestro propio cerebro”, por lo tanto, todos y cada uno de nosotros somos o podemos ser líderes.
Las competencias de liderazgo, como todas las competencias, se desarrollan, se potencian y con la práctica continua se mejoran y actualizan. Sin duda las habilidades personales naturales o innatas pueden facilitar el camino, pero solo si dedicamos tiempo y esfuerzo, podemos hacer del liderazgo una competencia consciente.
«La metáfora de la manada de lobos es ideal para entender qué es el liderazgo para algunos».
Hace unos años se hizo viral una imagen en la que se mostraba una manada de lobos bastante numerosa en la que nos indicaban los diferentes roles de los lobos en función de la posición que ocupaban cada uno de ellos.
“Los primeros son los más mayores o enfermos, marcan el ritmo del grupo; les siguen 5 lobos jóvenes y fuertes, a continuación el resto de la manada seguidos por otros 5 lobos jóvenes y fuertes. Por último el macho alfa, el líder del grupo. Desde esa posición, controla, tiene una visión de todo lo que pasa y dirige al grupo».
La interpretación que nos ha llegado de esta foto no es verdadera, como muestran muchos expertos, pero curiosamente contiene elementos que están muy arraigados en la sociedad respecto al liderazgo.
Si bien es una bonita historia, vemos que realmente refleja lo que muchos esperan de un líder, que alguien les guíe, les dirija y que esa misma persona asuma la responsabilidad absoluta.
Además de no ser realista, esta visión de la soledad del líder es muy injusta, poco eficaz y nada práctica. Ser líder hoy en día no es ser un superhéroe que todo lo puede, está en todas partes, toma todas las decisiones y asume todas las responsabilidades.
Quizá en siglos pasados en los que la sociedad estaba más jerarquizada se hacía necesaria una figura más totalitaria; sin embargo, una sociedad global como la actual requiere de líderes diferentes.
Ya no necesitamos personas que nos dirijan, sino personas que nos inspiren. No necesitamos personas que nos digan lo que hay que hacer, sino personas que escuchen y fomenten la participación y colaboración. Personas cercanas, que entiendan las necesidades de los equipos, de las organizaciones.
Personas que hagan crecer a otras personas.
Warren Bennis, uno de los mayores expertos en Liderazgo, daba una definición muy clara y concisa de lo que tenía que hacer una persona para ser líder: “Practicar lo que dices. “
Simplifiquemos. Cuando hacemos programas de liderazgo comenzamos haciéndonos preguntas sencillas, como: Un Líder ¿nace o se hace?
A partir de aquí iniciamos una reflexión en la que se cuestionan los diferentes modelos de liderazgo. Obviamente cada uno de estos modelos o estilos tienen sus beneficios y también sus desventajas. Un estilo autoritario en ocasiones puede tener buenos resultados y un estilo más solidario y transformacional puede no conseguir los objetivos y las metas deseadas. Aquí es donde el líder debe ser sensible al entorno, observar lo que le rodea.
Desde mi punto de vista, creo que la virtud está en saber flexibilizar el estilo del liderazgo a la situación, ejercer de lo que podemos definir, un liderazgo consciente.
El líder consciente es aquel que provoca o inspira una transformación, ya sea en el entorno o en las personas. Fomenta la creación de culturas de cambio, la flexibilidad, adaptabilidad, resiliencia y agilidad. Quizá no sabe el punto de llegada, la meta, pero sí conoce la dirección a tomar y no es solo aquel que conduce a los demás, más bien quien les acompaña y hace conjuntamente el camino.
Cualidades del líder consciente
- Trabajar y Escuchar; poner su rol al servicio del equipo, del propósito común y esto no se consigue si no es con una escucha activa. Transmitir confianza y tener confianza en los equipos es vital.
- Predicar con el ejemplo; porque ser modelo , liderar con acciones y con coherencia es la mejor manera de servir de referente a otros y de transmitir valores.
- Observar detenidamente el entorno; ser flexible y entender las necesidades de cada situación para poder adaptar de una manera ágil las estrategias.
- Promover la colaboración entre compañeros; con la participación y aportaciones de todos se conseguirán mejores resultados y mejorará el clima laboral.
- Ser claro en la toma de decisiones; es fundamental tener una comunicación eficaz para que los equipos tengan claros los propósitos, objetivos y metas.
- Ser asertivo; recibir y dar feedback es uno de los mejores regalos y una práctica que nos ayudará a crecer tanto en lo profesional como en lo personal.
- Ser consciente de los propios errores; tomar riesgos es una virtud, unas veces acertaremos y otras no. Recordemos que lo que más nos hace aprender son los errores.
«Desarrollar y potenciar estas cualidades en nosotros mismos y en las personas nos ayudará a crear líderes dentro de nuestros equipos».
Por último, un detalle más, la fotografía de los lobos pertenece a un documental de la BBC. La cadena confirmó que quien realmente lideraba la manada era la hembra alfa. No olvidemos que si bien la palabra líder es masculina el significado de la misma no es una cuestión de género.
